Sinización y soft power chino: la comunicación pública e internet
| Autor | Gabriel Terol Rojo |
| Cargo del Autor | Universitat de València |
| Páginas | 205-232 |
CAPÍTULO 12
SINIZACIÓN Y SOFT POWER CHINO:
LA COMUNICACIÓN PÚBLICA E INTERNET
GABRIEL TEROL ROJO
Universitat de València
1. INTRODUCCIÓN
Con el propósito de analizar aspectos del mundo de la comunicación y
el pensamiento en el contexto chino, se propone reafirmar la relevancia
global de China para entender su interés y estrategias en el marco del
denominado Soft Power a saber, el enfoque persuasivo que en las re-
laciones internacionales involucra una influencia económica y/o cultu-
ral con el que la potencia asiática determina sus prácticas y programas
de comunicación. Con ello, se extiende el análisis al uso de Internet y,
con todo, se extraen resultados determinantes para la comprensión y pre-
visión de futuro. Este escenario futuro no es posible entenderlo sin la
premisa de aceptación del concepto de “sinidad” en el sentido de “modo
chino” con el que la asimilación de China de las tendencias y modos
occidentalizantes es asumido por el país asiático.
Previamente, es relevante considerar que el concepto de Soft Power
forma parte de los recursos de cooptación de las potencias mundiales y
del orden geopolítico y que, en ese sentido, parecería conveniente razo-
narlo para entender qué sentido tiene el llamado “Poder Blando” y cómo
funciona, así como su asimilación general por parte de China.
1.1. ORIGEN Y DESARROLLO POLÍTICO CONCEPTUAL DEL “PODER BLANDO”
Recuerda el geopolítico estadounidense profesor de Harvard Joseph Sa-
muel Nye, Jr. (2021) que cuando acuñó el término Soft Power en 1990
en su obra Bound to Lead: The Changing Nature of American Power
pretendía desafiar la visión entonces convencional del declive del poder
estadounidense. Observando que los recursos del poder económico y
militar de la potencia occidental posiblemente no lo alcanzara todo, es-
timó importante tener en cuenta la capacidad de afectar a otros mediante
la atracción y la persuasión en lugar de solo con una coerción financiera.
En aquella época trabajos como los de Kennedy (1987) alertaban del
riesgo de un excesivo imperialismo, quizás mono-económico, y de la
enseñanza de la Historia de acabar como la España del siglo XVII o la
Gran Bretaña pos victoriana.
De manera que quien en 1977 y junto a Robert Keohane cofundó la teo-
ría neoliberal de las relaciones diplomáticas en la obra conjunta Power
and Interdependence: World Politics in Transition —desarrollando los
conceptos de interdependencia asimétrica y compleja, explorando las re-
laciones transnacionales y la política mundial—, volvió a rebasar el pa-
radigma terminológico y conceptual de la geopolítica.
El término Soft Power vendría a ser “la habilidad de un Estado para per-
suadir a otros países evitando el uso de la fuerza o la coerción, valién-
dose de medios más sutiles, como su cultura, su modelo social o sus
valores políticos” frente al Hard Power “que consiste en modificar el
comportamiento de otros Estados mediante el uso o la amenaza del po-
der militar o la presión económica” y donde el Smart Power, sería “la
aspiración de un estado al uso racional, eficiente y combinado del poder
duro y el poder blando” (Orden Mundial, 2020). De manera que con el
Soft Power, un Estado o un ente global pretendería persuadir más de que
obligar a otros Estados o poderes fácticos, grupos sociales, etc.
En este sentido, es lícito entender que el enorme alcance de la cultura
estadounidense influye de una forma global y ello afecta a la economía
y al mercado, pero también es posible reconocer en estos términos la
fuerza de la aportación europea al respecto, especialmente desde sus re-
ferentes personificados en Francia o Alemania quienes actúan de alusi-
vos pacificadores, democráticos y/o en defensa de los derechos huma-
nos.
De hecho, y aunque se trata de un valor relativamente joven y de difícil
cuantificación, existen diversas organizaciones como la consultora polí-
tica Portland o la Brand Finance que valora tanto la capacidad digital,
como el tamaño de la diplomacia, el alcance global de la cultura o la
influencia del modelo económico para desarrollar un ranking anual que
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