Asociación entre inteligencia emocional y adherencia a la dieta mediterranea en adolescentes

AutorMariana Pérez-Mármol, María Alejandra Gamarra-Vengoechea, Ana Vico-Cobos, OlgaHortas-Aliaga y Ramón Chacón-Cuberos
Páginas201-208
Intervención socioeducativa con TIC en la sociedad del conocimiento 201
26
Asociación entre inteligencia emocional y
adherencia a la dieta mediterranea en
adolescentes
Mariana Pérez-Mármol
María Alejandra Gamarra-Vengoechea
Ana Vico-Cobos
Olga Hortas-Aliaga
Ramón Chacón-Cuberos
1. INTRODUCCIÓN
Según numerosos autores, la nutrición juega un papel fundamental en el correcto desarrollo
y crecimiento funcional en la infancia y adolescencia. En este sentido, se ha observado que el
mantenimiento de unos hábitos poco saludables a estas edades, como pueden ser el consumo
de alimentos poco nutritivos y/o la carencia de actividad física (sedentarismo), tiene una
repercusión negativa en la salud, cuestión que resulta ser, un factor de riesgo en la adultez
(Mattavelli et al., 2022). Ante este problema, la adherencia a la dieta mediterránea, debido a su
influencia y contribución en la salud física y mental, es considerada como uno de los modelos
dietéticos más saludables.
Cuantiosas investigaciones de gran relevancia han demostrado que una dieta óptima ofrece
beneficios en la salud física, como por ejemplo una disminución de la circunferencia de la cintura,
un correcto porcentaje de grasa corporal, una menor probabilidad de enfermedades
cardiovasculares, neurodegenerativas y varios tipos de cáncer, así como, de forma general, una
mayor esperanza de vida (Bonaccio et al., 2022; Rosa-Guillamón et al., 2019). Por otro lado,
seguir este tipo de dieta también tiene una influencia beneficiosa en otras áreas como la salud
mental y emocional, en este caso, se ha demostrado que, las personas con un a mayor
inteligencia emocional o autoconcepto llevan una alimentación más saludable y toman mejores
decisiones (Gómez-Núñez et al., 2020).
De manera específica, este patrón dietético se caracteriza por una amplia variedad de
alimentos, basándose en el consumo de alimentos frescos y de temporada, principalmente frutas
y verduras, aceite de oliva, frutos secos, legumbres, cereales integrales y pescado, y se
caracteriza por un bajo consumo de carnes rojas, azúcares y grasas saturadas (Serra-Majem et
al., 2020). Según estudios como los de Manzano-Carrasco et al. (2020), se ha observado que a

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