Diferencias en la regulación emocional y el autoconcepto de universitarios de ciencias y ciencias sociales

AutorAna Vico-Cobos, Olga Hortas-Aliaga Ana Belén Belmonte-Arévalo y Mariana Pérez-Mármol
Páginas145-152
Intervención socioeducativa con TIC en la sociedad del conocimiento 145
19
Diferencias en la regulación emocional y el
autoconcepto de universitarios de Ciencias
y Ciencias Sociales
Ana Vico-Cobos
Olga Hortas-Aliaga
Ana Belén Belmonte-Arévalo
Mariana Pérez-Mármol
1. INTRODUCCIÓN
La adultez emergente es definida por Tanner y Arnett (2016) como aquel periodo del ciclo
vital comprendido entre los 18 y 30 años, en el cual se termina de configurar la identidad personal,
se potencian las relaciones sociales y se configura un estilo de vida asociado a la vida adulta.
Esta etapa, la cual se caracteriza por la exploración de posibilidades, la búsqueda laboral y la
emancipación familiar, coincide en plenitud con el proceso formativo asociado a la educación
superior o universidad, el cual tiene como objetivo principal la adquisición de compete ncias y
habilidades que permitan al adulto joven insertarse de forma efectiva en el mercado laboral y
ámbito profesional (Gordon y Steele, 2015).
En la última década se ha evidenciado uno de los principales problemas de la educación
superior, siendo este los bajos niveles de bienestar de los estudiantes y como se vinculan a un
pobre rendimiento académico, e incluso, al abandono universitario (Bücker et al., 2018). A este
respecto, son varios los trabajos que han destacado la importancia de potenciar ciertos factores
psicosociales en educación superior, como son por ejemplo, la inteligencia emocional o el
autoconcepto, los cuales actúan como agentes protectores ante el estrés, la ansiedad y el
abandono, potenciando el desarrollo motivacional, la conducta resiliente y ciertas estrategias de
aprendizaje (Kong et al., 2012).
Definiendo brevemente estos constructos, el autoconcepto es entendido como la imagen
que una persona configura de sí misma, quedando determinada por las experiencias personales
y vitales, así como el tipo de relaciones sociales que configura el individuo (García y Musitu,
2001). De este modo, una persona con un autoconcepto positivo poseerá mayor calidad de vida,
satisfacción personal, niveles de confianza, comportamientos proactivos y bienestar emocional
(Chacón-Cuberos, 2020). A este respecto, la inteligencia emocional es entendida como la
capacidad de percibir, comprender y regular las emociones propias y la de los demás, de forma
que mayores niveles de inteligencia emocional potenciaran la capacidad de adaptabilidad del

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