La responsabilidad de las universidades públicas de las mexicanas en sus estrategias de comunicación

AutorCorona León - Héctor Enrique
Páginas589-605

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El objetivo de este trabajo consiste en hacer un análisis sobre la importancia que representa para la sociedad que las Universidades públicas mexicanas, utilicen de manera ética, responsable y con veracidad sus diversas estrategias de Comunicación Institucional Universitaria, considerando que todavía gran parte de la sociedad confía en la educación superior como una verdadera alternativa para mejorar su desarrollo integral y buscar una mejor calidad de vida. La hipótesis de esta investigación consiste en demostrar que las Universidades públicas mexicanas deben de ser éticas, responsables y honestas en sus Estrategias de Comunicación Institucional Universitaria, ya que la sociedad confía plenamente en ellas y deposita sus esperanzas para que a través de ellas sus integrantes logren un mejor desarrollo integral. La Justificación de este trabajo de investigación, versa en la importancia que representa que las Universidades públicas mexicanas, emitan de manera ética, responsable y honesta todos los contenidos de sus Estrategias de Comunicación Institucional

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Universitaria, ya que la sociedad confía en ellas y espera que sean las motivadoras y quienes coadyuven al desarrollo integral de sus alumnos. Este trabajo se delimitará únicamente a los aspectos torales y fundamentales de la Comunicación Institucional Universitaria y su relación con la deontología de la comunicación y la gran relevancia que representa la educación superior para la sociedad mexicana. Para la elaboración del presente sumario hemos utilizado un método hipotético-deductivo, el cual, a partir de las hipótesis planteadas derivadas de la observación participante de los fenómenos a estudiar y procedentes de las teorías analizadas y de las experiencias recabadas, buscaremos a partir de la deducción, otorgar los elementos para verificar nuestras hipótesis y lograr nuestros objetivos.

Para desarrollar este trabajo, hemos decidido iniciar con un breve bosquejo sobre los aspectos relacionados con la ética y la deontología en la comunicación; después realizamos un breve análisis de la importancia que representa la educación superior para la sociedad y continuamos con una breve delimitación sobre la Estrategia de la Comunicación Institucional Universitaria y concluimos nuestra investigación tratando de que con los elementos antes citados podamos obtener resultados satisfactorios de nuestra investigación.

Almansa (2011:159), señala que existen dos palabras griegas que dan sentido al término ética: ethos (costumbre) y ethos (cuadra de animales, carácter o manera de ser). A partir de estos significados, el término ha evolucionado hasta lo que hoy entendemos por ética: "ciencia, filosofía-normativa y teórico-práctica que estudia los aspectos individuales y sociales de la persona, al tenor de la moralidad de los actos humanos; bajo el prisma de la razón humana, teniendo siempre como fin el bien honesto (honestidad) ". La Real Academia, se refiere a la ética únicamente como "parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre". Xifra (2011:80) refiere que los temas relacionados con la ética y la deontología son temas que han preocupado desde siempre a los investigadores y profesores; El modelo de Comunicación Institucional no debe prevenir una Comunicación reduccionista, sino que debe conllevar la retroalimentación de un compromiso honesto y sincero con la ética por parte de la organización que se comunica, (Aznar, 2004:226); así mismo, Wilcox, Cameron y Xifra (2012) consideran que la ética se refiere al sistema de valores por el que una persona determina qué es lo que está bien, y qué está mal, qué

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es lo justo o injusto. Cutlip y Center (2000:190) dicen que la conducta correcta de los individuos implica una actuación en consonancia con las normas sociales y culturales establecidas. Grunig y Huts, (2000:141-142) señalan que hay dos principios éticos básicos los cuales son por una parte que los profesionales éticos tienen siempre la voluntad de ser éticos -es decir tienen toda la intención de ser honestos y dignos de confianza y no perjudicar a los demás- y por otro lado que sus acciones éticas no deberían tener consecuencias adversos para terceros. Aznar (2004:219-22) indica que la Comunicación Institucional es uno de los ámbitos de la comunicación que mas ha crecido en los últimos años y con toda seguridad va a seguir haciéndolo en los próximos años por lo cual es en sí misma una empresa humana cargada de exigencias éticas y quien recurre a ella no sólo moviliza un recurso instrumental, sino que invoca junto a ella una serie de exigencias éticas por lo cual se debe de construir un capital simbólico de la organización en términos de reputación, credibilidad y lógica de servicios y esta será sobre la base de cual asentar una relación de confianza y reconocimiento mutuo que se mantenga algo mas en el tiempo. Almansa (2011:162) considera que un comunicador no ético acabará por perder la credibilidad; por su parte Grunig y Hunt (2000:141-142) conceden gran importancia al profesional ético, pero se plantean hasta qué punto éste podrá imponer su ética, y es que cada vez más, el profesional de la comunicación se ve sometido a presiones políticas, económicas o empresariales, contra las que poco puede hacer individualmente, además como señala Almansa (2011:174) la propia rutina productiva de los medios de comunicación ha servido para potenciar el debate de la ética en los Gabinetes de Comunicación ya que las prisas con las que suelen trabajar los periodistas provocan que mas de una vez la información enviada desde el Gabinete de Comunicación se haga pública tal cual como es enviada ya que el periodista carece del tiempo necesario para buscar otras fuentes y relaborar la información, por lo cual se tiende a un periodismo mas "sedentario". Cutlip y Center (2001) consideran además que las Relaciones Públicas y la comunicación no podrán alcanzar su status profesional mientras no se extermine el problema del intrusismo y sólo sean auténticos profesionales, perfectamente formados, los que ejerzan la profesión; ya que con rigor trayectoria y fluidez serán los tres factores condicionantes en la creación de la imagen de cualquier organización o colectivo pero nunca hay que olvidar que sin ética no se consigue credibilidad ni el respeto de los públicos y serán las normas deontológicas le ayudaran al Director de Comunicación a ejercer dignamente su trabajo, aunque como señala

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Almansa (2011), estos códigos no agotan el tema de la ética, pero por lo menos suponen un paso y una materialización para el establecimiento de unos mínimos, sin embargo uno de los problemas con los que se encuentran en la actualidad es la forma de hacer cumplir ese Código y que hacer con quienes no lo respetan. El debate está abierto especialmente en el sentido de cómo poder hacer efectivas determinadas sanciones y hasta ahora, casi ninguna asociación habla en su Código de sanciones y en caso de que lo haga suelen ser multas o la expulsión de la agrupación. En este último caso, también cabe preguntarse si es adecuado que castigue la organización profesional o debería trasladarse a otras esferas, ya que al ser voluntaria la pertenencia a estas organizaciones, en la mayoría de los casos una sanción se salva dejando de pertenecer al colectivo que castiga. La existencia de Códigos Deontológicos generalmente están relacionados con las asociaciones profesionales, y esto supone un paso adelante en el afianzamiento de la ética. Por ello señala algunas asociaciones que por su transcendencia pueden ser referente para la actividad de Comunicación Institucional Universitaria: la Public Relations Society of America (PRSA), que cuenta con normatividad deontológica desde principios de la década de los cincuenta y sanciona a los miembros que la violan. La PRSA puede reprimir, suspender o expulsar al miembro que no cumple las normas del Código, sin embargo no puede impedir que esta persona siga trabajando en Relaciones Públicas ya que únicamente prohibe que forme parte de la sociedad, no tiene potestad para amonestar a aquellos profesionales que no estén asociados. Otra organización con Código de ética es la International Association of Busines Communicators (IABC), que cuenta con socios en todo el mundo, su Código deontológico enfatiza en la ética profesional de quien ejerce las relaciones públicas. Este organismo internacional no impone sanciones, sino que hace un llamamiento informal a quienes violan el Código. La...

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