Intervención social con menores posibles víctimas de trata. niñas y niños que cruzan fronteras
Autor | Nuria Codero Ramos - Inmaculada Antolinez Domínguez - Esperanza Jorge Barbuzano |
Páginas | 226-243 |
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"En la medida en que realmente pueda llegarse a "superar" el pasado, esa superación consistiría en narrar lo que sucedió- H,Arendt
Nancy nace en 1996 en Nigeria, en un pueblo de Edo State. Su madre se queda embarazada de ella siendo muy joven y el padre las abandona. En ese momento, la madre decide dejar a Nancy en la calle. Será su tía y su abuela quienes vayan a recuperarla. Desde ese momento Nancy se cría con su abuela.
La madre se marcha a la ciudad, donde se casa con un hombre y tiene otros hijos. Únicamente se dirigen a Nancy para pedirle que les venga a cuidar puntualmente cuando la necesitan. Ella responde a la obligación de cuidarles, pero en cuanto se recuperan vuelve a vivir con la abuela.
A los 14 años su madre viene a buscarla para que se vaya a Europa a trabajar. Se la entrega a un hombre mayor, a cambio de dinero. Éste será quien la lleve desde Nigeria hasta Marruecos. Nancy
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desconocía que la finalidad de su itinerario migratorio era la explotación sexual, nadie le dijo nada. Sólo sabía que tenía que obedecer.
Durante el tránsito narra cómo evita, con la ayuda de las otras mujeres que viajan con ella, que no sea agredida sexualmente. Sin embargo, una vez en Maghnia (frontera de Argelia y Marruecos), ya no pudo hacer nada por evitarlo.
Durante el tiempo en Marruecos mendigó en las calles y se ocupó del cuidado de la casa de su madame y su marido. Éstos le avisaron, con intervalo de horas, que tenía que marcharse para ir a la costa y esperar la embarcación que la llevaría a Europa.
La embarcación tuvo un accidente importante, donde murieron la mayoría de las personas pasajeras (apunta que habiendo alrededor de 60 personas, sólo 7 se salvaron). Salvamento Marítimo rescata a Nancy junto con el resto de personas supervivientes, y las traslada a la costa donde son atendidas por Cruz Roja. De ahí la llevan al Centro de Protección de Menores donde estuvo hasta cumplir la mayoría de edad.
Ahora vive en Andalucía y prefiere no comunicar a su familia que ha sobrevivido porque teme las represalias de la red sobre ella y sus familiares.
Aunque el término trata26es actual, estamos ante un problema histórico. La trata de personas es una de las nuevas formas de denominar la esclavitud. Se organiza a través de redes que captan y trasladan a seres humanos utilizándolos como mercancías, para lograr beneficios económicos a través de diversas formas de explotación teniendo en cuenta las situaciones de especial vulnerabilidad a la que pueden estar sujetas.
Tal como reconoce Accem: "la trata de personas implica la violación de los derechos humanos que se reflejan a continuación: Derecho a no sufrir esclavitud o servidumbre forzada, derecho a no sufrir prácticas de tortura u otras formas de trato inhumano o degradante, derecho a la salud, derecho a una vivienda digna en condiciones de seguridad, derecho a no ser discriminado por razón de género, derecho a un trabajo justo y con condiciones favorables, derecho a la vida (...) (Accem, 2011:11)
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No existen datos exactos sobre el número de menores que sufren la trata, pero diversos organismos oficiales internacionales que trabajan en la prevención y erradicación de este delito- UNODC, OIT, UNICEF reconocen que existe una tendencia que va en aumento. Diversas organizaciones internacionales como OIM, calculan que aproximadamente el 80% de las víctimas transnacionales son mujeres y niñas, y hasta un 50% son menores. Según UNICEF, (2012), cada año, en torno a 1,2 millones de niños y niñas son víctimas de trata en todo el mundo, dentro de sus países o entre países distintos. Cuestiones como la feminización de la pobreza, las graves vulneraciones de derechos o la desprotección que sufren las mujeres y niñas en el mundo son algunas de las causas que explican estas cifras.
Entre las distintas finalidades que tiene la trata de personas se encuentra la explotación sexual que, junto con la laboral, son reconocidas como las formas más visibles de trata en los países occidentales. Los niños y niñas explotados carecen de protección y son objetos de sumisión por parte de adultos que dirigen sus acciones y su vida misma, manteniéndolos, a veces en cautiverio, mientras realizan tareas sexuales, domésticas, agrícolas, textiles, etc. O combinando varias de estas actividades.
Según define la relatora de Naciones Unidades (2009), estaríamos hablando de: "Niños que son objeto de trata con fines de explotación sexual, adopción o trabajo infantil (para servir en casas, hacer de niñeras o canguros, mendigar, llevar a cabo actividades delictivas como venta de drogas, etc.) y para participar en conflictos armados (como mercenarios/niños soldados o esclavos sexuales)- (Naciones Unidas 2009: 8). Si bien es cierto que existe una específica vulnerabilidad por razones de género tal y como se reconoce en los informes de Médicos Sin Fronteras (2010) y Women’s Link (2009), también señalamos que según la relatora "la creencia inicial de que sólo las niñas eran objeto de trata con fines de explotación sexual ya no es válida, puesto que la incidencia de niños víctimas de trata y explotados sexualmente mediante ardides que levantan pocas sospechas, como los deportes, está ganando terreno con rapidez-. (Naciones Unidas, 2009: 8).
Las personas menores son captadas por redes, que a veces, además de a la explotación se dedican a otras acciones delictivas como son el tráfico de personas, de armas y/o el narcotráfico. Estos delitos son diferentes a los anteriores, aunque tienen como común denominador captar a personas cuyas circunstancias de vulnerabilidad que facilita el sometimiento.
Para explicar de manera general el proceso de la trata en los y las menores, seguimos las aportaciones de Acién y Checa (2011) y Anguita (2007) sobre la trata de seres humanos, ya que según organizaciones como APRAMP (2016), la trata de menores para la explotación sexual reproduce, en la mayoría de los casos, las mismas fases que se suceden en el caso de las personas adultas (captación, traslado y explotación). No obstante, conviene subrayar que, de los elementos configuradores del concepto de trata que aparecen en la definición del Protocolo de Palermo (2000), en relación con los y las menores de edad, aunque exista consentimiento este resulta irrelevante. La explotación consentida de un o una menor u obtenida sin coacción, amenazas o engaño, siempre es considerada delito de trata.
Las condiciones de desigualdad de contexto generadas por el propio sistema capitalista y patriarcal son un factor fundamental a la hora de entender este fenómeno. Algunos autores llegan a afirmar que la
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captación de los y las menores se realiza en lugares donde existe pobreza, desigualdades y desprotección a la infancia, colocándoles en posición de indefensión. Como el caso de las mujeres, circunstancias como el hambre, las guerras y las faltas de oportunidades les obligan a emigrar buscando mejores condiciones de vida (Acién y Checa, 2011; Solana, 2007).
Los principales problemas a los que se enfrentan las posibles víctimas se pueden sintetizar brevemente de la siguiente manera:
- Problemas previos a la partida: situaciones como pobreza, desempleo, matrimonios forzosos, guerras, conflictos armados y catástrofes naturales que se dan en sus países de origen.
- Problemas durante el tránsito migratorio por tierra: caracterizado por arduos trayectos a pie o en precarios medios de transporte; falta de agua, comida y servicios básicos; duras condiciones climatológicas del desierto; duras condiciones sanitarias dependiendo de si permanecen en las ciudades o en los bosques; agresiones físicas y/o sexuales; retención o carencia de documentación acreditativa que las coloca en posición de vulnerabilidad en las fronteras; tratamiento arbitrario y/o vejatorio por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de los diferentes países etc.
- Problemas en los países de destino: situaciones de irregularidad, coacción y perpetuación de la deuda por parte de los y las tratantes o intermediarios, desconocimiento del idioma y de las claves culturales del país al que llegan, xenofobia por parte de la población receptora, falta de redes de apoyo, etc.
Una vez presentado de forma general el problema de la trata de menores nos vamos centrar de forma específica, en Nigeria, por ser el país de procedencia de la chica, cuya situación se expone en el caso práctico.
Las cifras que publica UNICEF (2012) describen la vulnerabilidad de los y las menores en Nigeria en los siguientes términos: el porcentaje de niños/as con edades comprendidas entre los 5 y 14 años que trabajan es del 29 %. El de mujeres con edades comprendidas entre 20 y 24 años que contrajeron matrimonio antes de los 18 años es del 39%. El número de huérfanos/as maternos/as es 5400000, el de huérfanos/as paternos/as 8300000 y el de huérfanos/as de ambos progenitores de 2.000000. El 30 % de las niñas han sufrido la mutilación genital femenina. Además, a esta situación hay que añadir la del alto porcentaje de menores que viven en las calles de las grandes ciudades, acusados/as de brujería y que son expulsados/as por sus familiares o que huyen para evitar situaciones de violencia (Rodríguez y Sánchez: 2013)
El Informe de Women’s Link (2012) sobre la trata de mujeres y niñas en Nigeria denuncia: "la violencia contra las mujeres y niñas, incluidas la violación, la agresión sexual y los abusos en el ámbito familiar, sigue siendo un problema grave (...) Además, la discriminación y la desvalorización que sufren las mujeres y las niñas en la sociedad...
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