Colaboración interdisciplinaria para el derecho y la inteligencia artificial: el reto lingüístico
| Autor | Philippe Prince-Tritto |
| Cargo del Autor | Universidad Panamericana, México |
| Páginas | 281-296 |
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CAPÍTULO 13
COLABORACIÓN INTERDISCIPLINARIA PARA EL
DERECHO Y LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL:
EL RETO LINGÜÍSTICO*
PHILIPPE PRINCE-TRITTO
Universidad Panamericana, México
1. INTRODUCCIÓN
Los agentes conversacionales (chatbots) son la típica imagen de lo que
llamamos Inteligencia Artificial (IA). En 2011, uno se volvió más po-
pular que otros: el llamado Siri, sistema de asistente de voz de Apple,
que su creador, Luc Julia (2020, p. 28), describe como estupidez artifi-
cial en lugar de inteligencia artificial. De hecho, Siri se desarrolló en
los años 90, cuando el reconocimiento de voz es un 85% efectivo. En
una página de un libro, esto significa que hay unas 45 palabras comple-
tamente ignoradas, lo cual mutila buena parte del mensaje. Ante este
problema, los desarrolladores de Siri recurrieron a guionistas de Holly-
wood para que diseñen las reacciones de Siri cuando se produjeran erro-
res en el análisis del lenguaje, de modo que respondiera con humor y
pareciera más humano.
El desarrollo de Siri, y de los chatbots en general, ilustra perfectamente
los límites de la tecnología en relación con nuestras expectativas res-
pecto a la IA. Ilustra también que queremos siempre rebasar estos lími-
tes y dar un barniz humano a nuestros sistemas. En el ejemplo de Siri,
con el humor. Pero no existe un sistema que pueda entender completa-
mente nuestro lenguaje, menos cuando se trata de lenguaje jurídico
* Este capítulo parte del Proyecto: UP-CI-2021-MEX-22-DER Nombre del IP: Hugo Saúl Ra-
mírez García (IP 1). Título del proyecto: Legal Language Identification Test for Restricting Ac-
cess (LLITRA). Entidad Financiadora: Universidad Panamericana a través de la subvención
“Fomento a la Investigación UP 2021”
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complejo y que se aplica a toda clase de asuntos humanos. El análisis
informático de los textos pasa necesariamente por su clasificación es-
pecífica, y la IA debe ser especializada en temas específicos y cuidado-
samente delimitados, sobre todo si la queremos utilizar en el campo del
derecho y cumplir con las esperanzas que se le atribuyen.
La tecnología ya no es sólo objeto de la “sociedad hecha duradera” (La-
tour, 1990, p. 103-131), sino que cada vez más se habla de Legaltech,
que ahora es parte integrante de las instituciones jurídicas. Como seña-
lan varios autores como Müller:
“Una amplia variedad de sistemas de apoyo a las decisiones se utilizan
cada vez más dentro del poder judicial. Los sistemas de apoyo a la de-
cisión de sentencias son ayudas para la toma de decisiones que se utili-
zan para determinar las sanciones. Se utilizan diferentes lógicas y cri-
terios. Estos sistemas pueden proponer decisiones basadas en textos o
precedentes legales significativos” (2019, p. 158).
El autor menciona lo que es solo un avance en materia de informática
jurídica, pero hay que ser consciente de que la IA tiene el potencial de
automatizar muchas de las tareas que actualmente realizan los aboga-
dos, y ayudar a superar varios obstáculos con lo cual podemos aproxi-
marnos al escenario que dibuja el artículo 28 de la Declaración Univer-
sal de los Derechos humanos, es decir, un contexto donde el orden ins-
titucional favorece que todo ser humano ejercite y disfrute sus derechos.
Pero el aprovechamiento de las herramientas de la IA implica necesa-
riamente una calibración previa y una disciplina para que se usen ade-
cuadamente. Si nos centramos solamente en la amplia preconfiguración
indispensable de los programas informáticos que aprovechan los datos
jurídicos, entendemos que mayor parte de dicha concierne la clasifica-
ción de los datos que utilice. Puesto que esta clasificación padece de
automatización, es una de las razones por las que el software legal es
hoy en día escaso y caro, pues representa una inversión significativa
tanto para el creador que, para el cliente final, lo cual supone una ba-
rrera a la innovación.
Para que un bufete de abogados pueda automatizar alguna parte del tra-
tamiento de datos textuales jurídicos, requiere los servicios de analistas
de datos. Por esta razón, varias empresas del sector de la informática
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