Intervención socioeducativa para prevenir la violencia de género en adolescentes
| Autor | Santiago Prado Conde, Iria Vázquez Silva, Carmen Verde-Diego, Rubén González-Rodríguez |
| Cargo del Autor | Profesor Contratado Doctor de Trabajo Social. Universidad Internacional de La Rioja/Doctora. Profesora de Sociología. Universidad de Vigo/Profesora Titular de Trabajo Social. Universidad de Vigo/Profesor Contratado Doctor de Trabajo Social. Universidad de Vigo |
| Páginas | 379-407 |
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CAPÍTULO XII
INTERVENCIÓN SOCIOEDUCATIVA PARA PREVENIR
LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN ADOLESCENTES
S P C
Profesor Contratado Doctor de Trabajo Social. Universidad Internacional de La Rioja
I V S
Doctora. Profesora de Sociología. Universidad de Vigo
C V-D
Profesora Titular de Trabajo Social. Universidad de Vigo
R G-R
Profesor Contratado Doctor de Trabajo Social. Universidad de Vigo
Sumario: 1. INTRODUCCIÓN. 2. VIOLENCIA DE GÉNERO: MÁSCARAS Y REALIDADES
EN LA ADOLESCENCIA. 2.1. Violencia de género y modos de dominación.
2.2. Violencia de género en adolescentes: alcance del fenómeno. 3. INTERVENCIÓN
SOCIOEDUCATIVA PARA PREVENIR LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN
ADOLESCENTES. 3.1. Acciones socieducativas para promover la igualdad de género
en adolescentes. 3.1.1. Nós tamén navegar!. 3.1.2. Actividades de igualdad en el IES Laxeiro.
4. CONCLUSIONES: implicación y prevención para un futuro de esperanza.
S P C - I V S - C V-D - R G-R
1. INTRODUCCIÓN
Cada 25 de noviembre se celebra uno de los días más tristes del año, el Día
Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y también las
Niñas. ÚNETE es la campaña que en el año 2008 comenzó el Secretario General
de la ONU, Ban Ki-moon. Recaudar fondos es fundamental, puesto que sin finan-
ciación no se pueden llevar a cabo proyectos tanto de prevención como de inter-
vención sobre una lacra que no entiende de países ni de culturas.
La ONU estima que el 35% de mujeres en el mundo han sufrido algún tipo
de violencia, bien sea a manos de su pareja o algún miembro de su entorno más
Santiago Prado Conde - Iria Vázquez Silva - Carmen Verde-Diego - Rubén González-Rodríguez
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cercano. En España, en particular, los datos se mueven entre las 28.281 del año
2016 y las 29.215 del año 2020, un dato, este último, realmente destacable al ubi-
carse en el año de la pandemia por COVID-19, puesto que en el año anterior el
número ascendía a 31.911 1 (INE, 2021). Si nos fijamos en la violencia doméstica,
el año 2020 es el más alto de la serie 2016-2020, con 8.279. Cifras realmente es-
calofriantes que únicamente recogen datos de hechos denunciados. Pero, como
bien se sabe, la realidad es muchísimo más estremecedora porque una gran can-
tidad de víctimas no denuncian. Lo más tenebroso es pensar en los menores que
también han sufrido algún tipo, por ejemplo, de agresión sexual y todos aquellos
que por circunstancias múltiples no pueden hacerlo público.
La problemática se ha visto durante muchas décadas como un fenómeno
que se reducía al campo de lo privado, es decir, de lo familiar y no deberían
entrometerse personas ni instituciones ajenas. En cierto modo, y a pesar de las
legislaciones concretas que se han creado y, sobre todo, de la visibilidad en los
medios de comunicación, la violencia contra la mujer sigue siendo un tema
tabú excesivamente generalizado. Sigue costando mucho como sociedad inmis-
cuirse, denunciar o, simplemente, alertar de que dicha situación puede estarse
produciendo en casa ajena o propia. Que dicha lacra pase a ser una cuestión
de orden público ha llevado a la misma ONU a calificar la problemática como
una pandemia y, por lo tanto, un problema de salud pública. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) define pandemia como la propagación mundial
de una nueva enfermedad. Ésta se propaga y no existe inmunidad contra dicha
enfermedad. Cuando el número de casos deja de ser algo puntual o coyuntural
y pasa a convertirse en normalidad la OMS califica los hechos de pandemia. En
este sentido, la violencia contra las mujeres y las niñas goza de inmunidad en
muchos lugares e incluso se consiente en otros muchos o no existe implicación
comunitaria hasta que una nueva mujer muerta hace que se resientan los ci-
mientos mismos de la sociedad.
Para que las pandemias no se vuelvan eternas es relevante tomar medidas de
precaución y trabajar en su eliminación. En el caso de la violencia de género, la
prevención debe recalar, específicamente, entre aquellos que serán los adultos
del mañana o como se dice popularmente, el futuro de la sociedad. Entonces, si
el virus violencia contra las mujeres está presente en la sociedad, se reproducirá
también entre los más jóvenes. Atajarlo es una decisión ética como sociedad para
construir un futuro con menor desigualdad.
Por lo tanto, en este texto nos vamos a acercar a la violencia de género en
general y a la violencia de género entre adolescentes en particular y, finalmente,
se presentarán acciones socioeducativas en materia de igualdad de dos centros
escolares de educación secundaria en Galicia y que redundan positivamente en la
prevención.
1 Véase al respecto, INE (2021). Estadística de Violencia Doméstica y Violencia de Género (EVDVG).
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