Las ventanas rotas y la importancia de la percepción de seguridad
| Autor | Francesc Guillén Lasierra |
| Páginas | 75-104 |
CAPÍTULO 3
Las ventanas rotas y
la importancia de la
percepción de seguridad
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SUMARIO 1. Introducción. 2. El desorden como una cuestión
subjetiva. 3. La percepción como detonante (directo e indi-
recto) de la criminalidad. 4. La percepción como motivadora
de conductas. 5. Factores con incidencia en la percepción. 6.
Políticas públicas, seguridad subjetiva y seguridad ambiental.
Bibliografía.
RESUMEN La teoría de las ventanas rotas puso sobre la mesa
la importancia de la percepción de in/seguridad más allá de
los hechos objetivos que la generan. Sin embargo, consideró
el orden y su contrario (desorden) como cuestiones objetivas,
y que la relación entre desorden y percepción de inseguridad
era directa y lineal. Partía de una base cierta: que la percepción
de inseguridad modifica las conductas, favoreciendo aquellas
más asociales, que generan aislamiento y deterioran la vida ciu-
dadana. Olvidaba, sin embargo, que conductas «ordenadoras»
también tienen un efecto positivo y que, por tanto, su promo-
ción puede ser una buena respuesta al desorden más allá de
las reacciones normativas. También olvidaba que la percepción
de inseguridad no es la misma con independencia del género,
edad, cultura, nivel de estudios y de ingresos, del lugar de resi-
Francesc Guillén Lasierra
Presidente de la
Associació Catalana per a la Prevenció de la Inseguretat a
través del Disseny Urbà (ACPIDA)
. Asimismo, es responsable de proyectos
y organización en el Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña.
Anteriormente ha sido profesor asociado de Derecho Constitucional y de Cri-
minología en la Universidad Autónoma de Barcelona, y consultor de las mis-
mas asignaturas en la Universitat Oberta de Cataluña durante varias décadas.
FRANCESC GUILLÉN LASIERRA | RICARD BROTAT JUBERT | COORDINADORES
40 AÑOS DE VENTANAS ROTAS
LUCES Y SOMBRAS
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dencia, de las experiencias previas de victimización o que exis-
te también una percepción social que influye las percepciones
individuales. Una vez constatado todo esto, las políticas públi-
cas han de afrontar la gestión de la percepción de seguridad
como uno de sus ejes centrales, así como adoptar perspectivas
de prevención ambiental que son las más adecuadas para man-
tener la percepción de seguridad en niveles aceptables.
PALABRAS CLAVE Percepción de in/seguridad, seguridad sub-
jetiva, miedo al delito, desorden e inseguridad.
1. INTRODUCCIÓN
El ya famoso artículo de Wilson y Kelling (1982) tuvo, a pesar
de sus notables lagunas, una gran transcendencia en el mundo de la
criminología y de las políticas de seguridad ciudadana. Constituye
una prueba concluyente que cuarenta años después seguimos hablan-
do de sus postulados. Uno de los elementos más innovadores fue la
relevancia que da a la percepción de la seguridad de la ciudadanía. El
escenario inicial que describen los autores para desarrollar su teoría
no es un escenario con peligro concreto para la seguridad de las per-
sonas. Una ventana rota, un coche desballestado en la calzada, sucie-
dad en el pavimento o prostitutas merodeando, no constituyen riesgos
importantes para los usuarios del espacio público. Por lo tanto, obje-
tivamente no tendría por qué hacerles desistir de su uso. El problema
es, según los autores, que ese desorden, esa dejadez o esos compor-
tamientos desordenados provocan intranquilidad en los transeúntes
por lo que significa. A ojos de Wilson y Kelling esto parece sugerir la
idea de falta de guardián útil (Cohen y Felson, 1979), o de la cohesión
social necesaria (en una versión más moderna de Sampson y Rau-
denbush, 1999), de aquellas estructuras que se ocupan de que nada
indeseado suceda en los espacios de uso común. Se trata de una señal
de las que nos hablará más tarde Innes (2004) que muestra el fallo de
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