¿Es el desorden urbano un predictor de delincuencia?

AutorCésar San Juan, Laura Vozmediano
Páginas51-73
CAPÍTULO 2
¿Es el desorden urbano un
predictor de delincuencia?
51
«Ese hombre y yo estamos tumbados sobre un frío suelo
de hormigón, a un metro de distancia el uno del otro. Eso es
todo lo que pasa en ese momento. Yo tumbado. Él tumbado.
Ambos apoyados de lado y mirándonos f‌ijamente.
Un leve resplandor se cuela desde alguna parte. Se oyen
pájaros, el rumor de una carretera con poco tráf‌ico.
Pero allí no parece haber nadie más que nosotros dos. Es una
especie de pabellón industrial abandonado, lleno de cascotes y con
las ventanas rotas».(«El mentiroso» de Mikel Santiago, 2020)
SUMARIO 1. Introducción: Los orígenes de una teoría. 2. La teo-
ría como coartada de la «tolerancia cero» policial. 3. ¿Es la mis-
ma variable «desorden» y «delincuencia»? 4. La Policía Orienta-
da al Problema, … pero ¿cuál es el problema? 5. Pero, entonces…
¿es relevante el desorden? 6. Conclusiones. 7. Bibliografía.
RESUMEN Inspirados por un experimento llevado a cabo por
Philip Zimbardo, Wilson y Kelling (1982) formularon la teoría de
«las ventanas rotas» que sugería que, en determinados barrios,
César San Juan
Instituto Vasco de Criminología. Universidad del País Vasco / Euskal Herriko
Unibertsitatea. Email: cesar.sanjuan@ehu.eus
Laura Vozmediano
Instituto Vasco de Criminología. Universidad del País Vasco / Euskal Herriko
Unibertsitatea.
FRANCESC GUILLÉN LASIERRA | RICARD BROTAT JUBERT | COORDINADORES
40 AÑOS DE VENTANAS ROTAS
LUCES Y SOMBRAS
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si las ventanas rotas, u otros desperfectos, permanecen sin re-
parar, se acaba convirtiendo en una señal pública de que causar
este tipo de daños en el mobiliario urbano está integrado en
las normas de convivencia y, por lo tanto, el vandalismo, pasa a
ser un comportamiento aceptable. Como consecuencia de esta
degradación física, y ante la previsible ausencia de ningún me-
canismo de control social, formal o informal, estos barrios se
convertirán en objetivo prioritario de actividades delictivas que,
en una espiral inevitable, derivarán en delincuencia grave.
Entre los efectos colaterales de este planteamiento cabe des-
tacar que, aparentemente, ofrece la clave para erradicar poli-
cialmente los delitos graves en virtud de una política de «tole-
rancia cero» ante los primeros indicios de desórdenes físicos y
sociales.
En estas páginas se revisa la evidencia empírica existente que,
en términos generales, cuestiona la validez de esta teoría sugi-
riendo que las «ventanas rotas» serían un indicador de vulnera-
bilidad social, antes que un predictor de delincuencia.
PALABRAS CLAVE Teoría de las ventanas rotas, Policía Orien-
tada al Problema, Pobreza.
1. INTRODUCCIÓN: LOS ORÍGENES
DE UNA TEORÍA
El escritor nos presenta en las primeras líneas de la novela «El
mentiroso» la descripción de un espacio, de un lugar desconocido.
Podemos advertir que esta descripción no consiste simplemente en
una narración útil, exclusivamente funcional, para que el lector pueda
«visualizar» mentalmente el contexto de la escena. Su autor, Mikel
Santiago, también ofrece el relato implícito de que algo terrible ha su-
cedido en ese lugar, quizás un crimen inexplicable, …o está a punto
de suceder. Y esta sensación la consigue, entre otros recursos, gracias a
unos cascotes y unas ventanas rotas. Pero ¿es siempre el abandono un

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