Democracia, redes sociales y el mito de la neutralidad
| Autor | Ana Galdámez Morales |
| Páginas | 321-357 |
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LA NEUTRALIDAD EN EL ESTADO CONSTITUCIONAL
CAPÍTULO 9
ANA GALDÁMEZ MORALES
Contratada Predoctoral FPU de Derecho Constitucional2
Universidad de Sevilla
Democracia, redes sociales y
el mito de la neutralidad1
1. Punto de partida: asalto al Capitolio
y disrupción jurídica
Las imágenes de lo que jamás pensamos que llegaríamos a ver daban
la vuelta al mundo en tiempo real el pasado 6 de enero de 2021. El asalto al
1 Este trabajo ha sido elaborado en el marco del Proyecto de Investigación I+D La neutralidad
institucional en el Estado constitucional (NeutryCons) / Institutional neutrality in the constitutio-
nal State (NeutryCons), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI).
2 Contratada Predoctoral FPU adscrita al Departamento de Derecho Constitucional de la Uni-
versidad de Sevilla. Miembro del Grupo de investigación SEJ-199: Estudios de Jurisprudencia
Autonómica. agaldamez@us.es
SUMARIO
1. Punto de partida: asalto al Capitolio y disrupción jurídica. 2. De
la democracia moderna a la digital, en los albores de la gobernanza
algorítmica: 2.1. Gestión de Internet y efectos de la automatización:
una breve aproximación. 2.2. Democracia ¿digital?, en el centro de
la disyuntiva jurídica. 3. A vueltas con la democracia y el momento
electoral en la experiencia reciente. 4. Neutralidad digital: decons-
trucción del mito y horizonte jurídico. 5. Consideraciones finales. 6.
Bibliografía.
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Ana Galdámez Morales
LA NEUTRALIDAD EN EL ESTADO CONSTITUCIONAL
Capitolio de los EEUU –y el encendido discurso previo3 en el que Donald Trump
arengaba a sus seguidores, animándoles a «luchar como el demonio» para «re-
cuperar el país»– se recordará como ejemplo de la debilidad democrática4 frente
a la expansión de los llamados ciberpopulismos o populismos digitales5. Porque,
cuando el expresidente norteamericano cuestiona el resultado de un proceso
electoral activando, a través de las redes, una movilización social que desenca-
dena la ocupación de la Cámara de Representantes, en ataque directo contra las
instituciones, se evidencia que es el «Leviatán tecnológico»6 –ese nuevo poder
en manos de las grandes corporaciones– el que mueve los hilos de la estructura
que sostiene nuestro sistema, en definitiva, de la soberanía.
Se habla de democracia digital7 o algorítmica y esto no es porque la tecno-
logía haya modificado la esencia de la democracia misma –el contenido esencial
del derecho a la participación política permanece inmutable, más allá de que
podamos trasladar su ejercicio del medio analógico al virtual8– sino porque afecta
3 El mitin Save America tuvo lugar en el parque público de La Elipse, cerca de la Casa Blanca.
4 El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, calificó el asalto al Capitolio como «el
11-S de las redes sociales», entendiendo que ambos acontecimientos constituyen un cambio
de paradigma en la seguridad global. THIERRY BRETÓN, «Thierry Breton: Capitol Hill: el mo-
mento del 11 de septiembre en las redes sociales», en Opinión-POLITICO, 10 de enero, 2021.
5 Añadimos el adjetivo «digital» o el prefijo «ciber» al concepto de populismo, haciendo refe-
rencia al contexto en el que éste se desarrolla y se expande en los últimos tiempos. Con todo,
es importante aclarar que el populismo no se identifica con el pueblo, pero tampoco con una
ideología concreta o con la opinión del pueblo. Recientemente escuché al profesor BLANCO
VALDÉS decir que se trata de un «concepto escurridizo que se define por oposición» a una
idea o al adversario: contra la UE; contra la política tradicional; contra la inmigración, etc. El
populismo se asocia a movimientos radicales, pero lo cierto es que pueden ser de derechas
o de izquierdas; se puede hacer populismo con la idea de igualdad o con la idea del orden.
Se sirve de la simplificación de un discurso que apela al sentimiento en lugar de a la razón,
orientado al manejo interesado de la opinión pública con un fin político determinado. Citando
a GAMBRA, Jorge CASTELLANOS CLARAMUNT, «Participación ciudadana y populismos:
una contradicción no aparente», en Anales de la Cátedra Francisco Suárez, vol. 53, 2018, p.
55.
6 José María LASALLE RUIZ, Ciberleviatán. El colapso de la democracia liberal frente a la revolu-
ción digital, Ed. Arpa, 2019, p. 48.
7 Como variante de la «democracia deliberativa» de HABERMAS, en la que cada usuario tiene
capacidad para crear noticias y participar en conversaciones con personas de todo el mundo,
llamada a oxigenar una democracia representativa en crisis. Corynne MC SHERRY, «An Attack
on Net Neutrality Is an Attack on Free Speech», en Electronic Frontier Foundation, 22 de junio,
2017.
8 Jorge CASTELLANOS CLARAMUNT, «Participación ciudadana en contextos digitales», en Sie-
rra Rodríguez, J., Reviriego Picón, F., Tudela Aranda, J. (eds.) Escenarios de la participación
ciudadana: una visión multinivel, Ed. Fundación Manuel Giménez Abad, Zaragoza, 2022, p. 3.
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CAPÍTULO 9 Democracia, redes sociales y el mito de la neutralidad
a otros derechos que son democráticamente esenciales9: la libertad de informa-
ción y la protección de datos personales10, en un escenario determinado por las
utilidades que la inteligencia artificial ofrece. Es incuestionable que el tratamiento
masivo de datos y la consolidación de la respuesta algorítmica a problemas y de-
cisiones de la vida diaria, está afectando «al modo en que la sociedad se organiza
y desarrolla»11.
Si las redes y canales digitales fueron esenciales en el auge de la derecha
norteamericana, la movilización que derivó en los acontecimientos del 6 de enero
de 2021, no puede entenderse desvinculada del papel que estas grandes empresas
tecnológicas ocupan en la construcción del imaginario de una importante masa de
población que consume contenidos políticos casi estrictamente a través de la red.
Y es que la estructura que sostiene nuestro mundo es, ya desde hace
algún tiempo12, digital. Para algunos autores, asistimos a un auténtico momento
de ruptura; una «disrupción trágica»13 consecuencia de la nueva realidad técnica
del hombre –aquella que ha pasado, entendida en términos utilitaristas, de ser
el medio para la consecución de un fin, esto es, para la realización cultural de la
sociedad, a formar parte de la esencia misma de la cultura social, en la medida
en que es definición, principio y fin de nuestro tiempo14– que ha supuesto una
revolución15; una falla que nos separa de los patrones y presupuestos organiza-
9 Fundamento del proceso de construcción de la opinión pública.
10 Rosa María GARCÍA SANZ, «La difícil relación del instituto de la opinión pública y los procesos
de comunicación pública en Internet: la desinformación desafiando las garantías constitucio-
nales», en UNED. Revista de Derecho Político, núm. 106, 2019, p. 99.
11 Daniel JOVE VILLARES, «La inconstitucional habilitación a los partidos políticos para recabar
datos sobre opiniones políticas: Comentario a la STC 76/2019, de 22 de mayo», en Revista
Española de Derecho Constitucional, núm. 121, 2021, p. 305.
12 Seguimos hablando del cambio tecnológico como si de una novedad se tratase, a pesar de que,
desde la irrupción de Internet, han transcurrido varias décadas. Víctor J. VÁZQUEZ ALONSO,
«La censura “privada” de las grandes corporaciones digitales y el nuevo sistema de la libertad
de expresión», Teoría & Derecho. Revista De Pensamiento jurídico, 2022, Nº 32, pp. 108-129.
13 Eloy GARCÍA, «Estudio de contextualización», en ¿Hay derecho a mentir? La polémica Im-
manuel Kant-Benjamin Constant sobre la existencia de un deber incondicionado de decir la
verdad, Ed. Tecnos, Madrid, 2021, p. 94.
14 Joaquín GARRIDO MARTÍN, «Inteligencia artificial y cultura tecnológica. Hacia una técnica
fragmentada», en Fernando Higinio Llano Alonso y Joaquín Garrido Martín (eds.), Inteligencia
Artificial y Derecho. El jurista ante los retos de la era digital, Ed. Aranzadi , Cizur Menor, 2021,
pp. 153-154.
15 Germán M. TERUEL LOZANO, «Libertad de expresión y censura en Internet», en Estudios de
Deusto, núm. 2, vol. 62, 2014, p. 43.
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