Repensar el cooperativismo rural como respuesta a los ODS: de Campoastur S. Cooperativa ¿al nuevo asociacionismo autogestionado? Un análisis desde la realidad rural asturiana

AutorDr. Raúl Carbajal López/Dr. Cipriano Barrio Alonso/Dr. Javier Gil Martín
Cargo del AutorUniversidad de Oviedo
Páginas213-242
ISBN: 978-84-1122-579-3
Página 213
Capítulo 10. Repensar el cooperativismo rural como
respuesta a los ODS: de Campoastur S. Cooperativa
¿al nuevo asociacionismo autogestionado? Un
análisis desde la realidad rural asturiana
Dr. Raúl Carbajal López
Dr. Cipriano Barrio Alonso
Dr. Javier Gil Martín
Universidad de Oviedo
I. Introducción: La importancia social de la ayuda mutua para lograr el
progreso comunitario de la Iberoamérica rural más pobre y vulnerable
El anarquista Piotr Kropotkin (2016) en la obra titulada “El apoyo mutuo: un
factor de evolución” afirma que a través de “las invitaciones a la ayuda
mutua” la vecindad que habita en una localidad comparte colectivamente los
esfuerzos en la tarea: a través de las “uniones se compra todo género de
instrumentos y de maquinaria agrícola que economizan el trabajo, mejor
alimento para el ganado y toda clase de herramientas que pueden mejoran
la calidad del producto”. Si bien “desde el punto de vista de la economía
social todos estos esfuerzos de los campesinos no tienen gran importancia
para aliviar la miseria y la pobreza a la que están condenad as las clases
agrícolas” desde el punto de vista moral “su importancia es enorme” (p.300).
Kropotkin pone en valor al cristianismo primitivo “como todas las religiones
nacientes” debido al “sentimiento de ayuda mutua y solidaridad” aunque
advierte que “bajo el moderno sistema de vida, todos los lazos de unión entre
los habitantes de una misma calle o barrio han desaparecido” (p.336).
Esa cooperación social habitualmente tiene lugar entre las personas de una
misma “clase social”: “si los pobres no acudieran en ayuda de los pobres,
¡Cuántos serían llevados a la ruina más irreparable todos los años!” (p.339).
El pensador nos pone en vigilancia cuando enuncia que “la misma práctica
de ayuda y apoyos mutuos se observa entre las clases más ricas” (p.341) y
que “dejando la mezquindad y los gastos irracionales (…) entre los ricos se
observa, en el círculo de la familia y los amigos, la misma práctica de ayuda
y apoyo mutuos que entre los pobres” (p.342).
Derecho, legislación y políticas públicas en el marco de los ODS
Torres Fernández, C., Jerez Rivero, W., De la Serna Tuya, J.M. y Gordillo Bogotá, H. (Eds.)
ISBN: 978-84-1122-579-3
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Gracias a la cooperación que podríamos definir como interclasista, un sector
para proteger aquellos “espacios de poder” y otros para lograr “salir” de la
miseria social, se puede afirmar que “el principal papel en la evolución ética
de la humanidad fue desempeñado por la ayuda mutua y no por la lucha”
(p.352).
En el Anuario de la Ciencia Agronómica, t.1, 2, 1896, pp.148-149, se admite
que “las uniones de granjeros/as para la compra de semillas se han vuelto
muy universales”. Kropotkin apostaba firmemente por la agricultura moderna
apoyada en la tecnología innovadora, y así lo manifiesta en la obra “La
conquista del pan” (2012) donde avisa al campesinado más vulnerable que
“sin la revolución esto no se hará ni mañana, ni pasado, porque los
detentadores del suelo y del capital no tienen ningún interés, y porque los
campesinos que saldrían potencialmente beneficiados no tienen el saber, el
dinero ni el tiempo de obtener los avances necesarios” (p.202). Hemos de
reconocer, que incluso hoy en día, Kropotkin y su pensamiento sociopolítico
es conocido por muy pocas personas en el mundo rural iberoamericano,
quizás debiéramos hacer pedagogía social de dos citas muy concretas:
Será con el trabajo en común de las tierras que las sociedades liberadas
recobrarán su unidad y se borrarán los odios y las opresiones que las
había dividido. Pudiendo en lo sucesivo concebir la solidaridad, ese
inmenso poder que centuplica la energía y las fuerzas creadoras del
hombre, la nueva sociedad que marchará a la conquista social del porvenir
con todo el vigor de la juventud.
Se vislumbran cómodamente los nuevos horizontes abiertos a la próxima
revolución social. Cada vez que hablamos de la revolución el trabajador
que ha visto faltarles el alimento a sus hijos, frunce las cejas y nos repite
obstinadamente ¿Y el pan? ¿No faltará si todo el mundo come hasta
hartarse? ¿Y qué haremos si el campo, ignorante e influido por la reacción,
hambrea a la ciudad como hicieron las banderas negras en 1793? (…) lo
único que podría faltar a una revolución es la valentía de la iniciativa (..)
una sociedad inspirada (en una nueva audacia, en el sentimiento de la
solidaridad) rodando hacia nuevos horizontes humanos entreabiertos por
la Revolución Social (Kropotkin, 2012, pp. 213-217).
Admitir que “ya es el tiempo de que el trabajador proclame su derecho a la
herencia común y que tome posesión de la misma” (p.44) exige reclamar el
derecho al bienestar, es decir, a “la posibilidad de vivir como seres humanos

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