La gobernanza del océano Ártico: ¿es China una amenaza o un refuerzo para la cooperación ártica?

AutorArmando Álvarez Alvite
Cargo del AutorUniversidad de León
Páginas757-780
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CAPÍTULO 35
LA GOBERNANZA DEL OCÉANO ÁRTICO:
¿ES CHINA UNA AMENAZA O UN REFUERZO
PARA LA COOPERACIÓN ÁRTICA?
ARMANDO ÁLVAREZ ALVITE
Universidad de León
1. INTRODUCCIÓN
El cambio climático supone que las regiones heladas del océano Ártico
sean navegables en ciertas épocas del año y previsiblemente sean nave-
gables durante todas las estaciones en un futuro no muy lejano. Este
deshielo favorecería asimismo la explotación de los abundantes recur-
sos naturales que se encuentran en el lecho marino del Polo. En este
sentido, el Ártico cuenta con el 25% de las reservas mundiales de pe-
tróleo, así como importantes cantidades de gas, oro, hierro y otros me-
tales (Coston, 2008, p. 152).
Todo ello ha acelerado las reclamaciones territoriales por parte de los
Estados ribereños (Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Noruega y Ru-
sia), especialmente sobre las plataformas continentales, cuya delimita-
ción jurídica se encuentra contemplada en la parte VI de la Convención
Una de las disputas más significativas es la que mantienen Canadá y
Estados Unidos (EEUU) sobre el Paso del Noroeste (Watson, 2009, p.
320). Esta ruta permite acortar considerablemente la distancia y el
tiempo recorridos en el comercio entre Europa y Asia. El inconveniente
es que hay que hacer uso de los costosos barcos rompehielos y la carga
transportada ha de reducirse. Esto se debe fundamentalmente a la peli-
grosidad del itinerario y a sus condiciones extremas.
Estados Unidos mantiene que el Paso del Noroeste es un estrecho inter-
nacional en el que ha de aplicarse la libertad de navegación (Joyner,
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2009, p. 231). No obstante, no podemos olvidar que Estados Unidos no
es miembro de la CNUDM (Wishnick, 2017, p. 44; Clote, 2008, p. 242).
El país norteamericano se encontraría en una posición bastante delicada
en caso de que la Comisión de límites de la plataforma continental (en
inglés Commission on the Limits of the Continental Shelf, CLCS) reco-
nociera las reclamaciones soberanas del resto de Estados árticos.
Por su parte, los canadienses enviaron un informe a la CLCS en 2019 a
fin de sostener su reclamación. En dicho escrito señalan, entre otras co-
sas, que las crestas de Lomonosov y Mendeleev son una prolongación
sumergida de la masa terrestre de Canadá. Habrá que aguardar a que la
Comisión formule las recomendaciones que estime convenientes de
conformidad con el art. 76 de la CNUM, una vez concluya el examen
de la presentación canadiense (Canada, 2019).
Asimismo, cabe traer a colación que Rusia también reclama su sobera-
nía sobre esta región a través de su informe revisado de 2015, en el que
aporta nuevos datos a la CLCS. Además, los rusos presentaron dos
adendas en 2021. En una de ellas se referían específicamente a las dos
cordilleras mencionadas con antelación (Russian Federation, 2015;
Russian Federation, 2021a; Russian Federation, 2021b).
Cabe poner de relieve de igual manera la disputa que mantienen Dina-
marca y Canadá sobre la Isla de Hans (Jarashow, Runnels y Svenson,
2007, p. 1647), la reclamación de Noruega sobre el mar de Barents (Ja-
res, 2009, p. 1285), así como la pertenencia de Islandia, Finlandia y
Suecia al Consejo Ártico con la consideración de “Estados árticos” (a
pesar de ello, no podrían realizar reclamaciones de soberanía sobre la
plataforma continental ártica, debido a que ninguno de los tres es Es-
tado ribereño).
A todo esto, habría que sumarle la aparición de un actor internacional
inesperado en el conflicto: China.
2. CONTEXTO E INTERÉS CHINO EN EL ÁRTICO
Primeramente, cabe poner de relieve que China es considerada la se-
gunda economía mundial, solo por detrás de EEUU (Pelaudeix, 2015,

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