Sobre el lenguaje forense en los medios
Autor | Julio Picatoste |
Cargo del Autor | Magistrado (jubilado) - Académico de número de la Real Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación |
Páginas | 243-245 |
SOBRE EL LENGUAJE FORENSE
EN LOS MEDIOS 74
Anticipo que no estoy en contra de las innovaciones del lenguaje; solo
faltaría; no solo son inevitables, sino que también, como es obvio, lo enrique-
cen; pero enriquecer no signica pura y simplemente sumar vocablos; de las
innovaciones, sean propias o foráneas, hemos de esperar que sean necesa-
rias, oportunas, y que las expresiones acogidas resulten pertinentes.
Desde hace tiempo, vengo observando en los medios escritos, e incluso
en los hablados, la utilización de términos que son, a mi juicio, impropios o
innecesarios, traídos de modo forzado a la familia del lenguaje forense, como
invitados extraños, a los que no se esperaba y que desde luego sobraban en
el convite.
Uno de ellos es la utilización del verbo “tumbar” para signicar la revo-
cación de una decisión judicial por otra de un tribunal superior. Se dice, por
ejemplo, la Audiencia Nacional ha tumbado la resolución del juez instruc-
tor. El término “tumbar” tiene una vaga connotación agresiva a la vez que
peyorativa o pungente para el tribunal “tumbado”. Sugiere una cierta idea
de enfrentamiento, como si hubiese mediado un duelo entre tribunales del
que uno sale vencedor y el otro abatido. Véanse sino algunas de las acepcio-
nes del verbo tumbar en el Diccionario de la RAE: “hacer caer o derribar
a alguien o algo”, “talar árboles o cortar ciertas plantas”, “turbar o quitar
a alguien el sentido”, “eliminar a alguien en una prueba”. Bastante cisco
–y circo– hay en las bancadas legisladoras –más propicias al denuesto y la
algarada que al debate político (tal vez algunos no estén dotados para ello)–
como para empobrecer ahora el lenguaje forense con términos de tono com-
bativo o displicente. Pues por ahí andamos, con tribunales que se tumban y
derriban unos a otros. En su lugar, debemos aprender a ver las discrepancias
de los tribunales como expresión de la diversidad de criterios o puntos de
vista, tan frecuentes en el quehacer jurídico, en los que el verbo “tumbar”
no tiene claro acomodo. Puede decirse que la expresión es gráca, y válida
para un uso ocasional y coloquial. Pero, a la vista de su frecuente mención
74 Faro de Vigo, 24 de octubre de 2020.
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