La elaboración de argumentos para la interlocución pública
| Autor | Julio César Herrero |
| Páginas | 213-245 |
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J C H
En los proyectos de asuntos públicos es esencial producir y emplear
argumentos de calidad. La argumentación, como base del pensamiento
crítico, constituye una herramienta clave para la interlocución directa, la
elaboración de position papers y para fundamentar los mensajes públicos.
Aún a riesgo de que resulte una evidencia, no es posible argumentar
sobre nada. La argumentación siempre se desarrolla sobre un asunto; más
o menos relevante, más o menos transcendente, pero un asunto al n y al
cabo. Por ello, la determinación del asunto o la cuestión es una condición
indispensable para que el ejercicio de argumentar tenga sentido. Si no se
establece con claridad cuál es la cuestión que se somete a argumentación
cualquier empeño en argumentar se convierte en una pérdida de tiempo.
9.1. La cuestión
En realidad, todas las cuestiones sobre las que se puede argumentar se
reducen, en esencia, a tres. Da igual el área al que se reera, el ámbito del
conocimiento, el perl de quienes esgriman los argumentos. Todas se en-
marcan en una de estas categorías: si algo es o no es; cómo debería ser o no;
si está bien o mal. Acotar en qué categoría se inscribe aquello sobre lo que
se argumente es una labor previa, e indispensable, para después desplegar
los argumentos que sostengan una u otra postura sobre el particular.
214 Julio César Herrero
El Partido Socialista fue el responsable del bloqueo que obligó a repetir
las elecciones generales.
En este caso, la argumentación irá encaminada a demostrar si esa pro-
posición es cierta o falsa. Una proposición es un juicio que se expresa en
forma de oración enunciativa. En el ejemplo expuesto anteriormente nos
encontramos ante una proposición de hechos, también denominada ‘fac-
tual’. Esa proposición de hechos pretenderá responder a alguna de estas
preguntas: quién, dónde, cómo, cuándo o por qué. En este caso, se centra
en el quién. Es decir: si es o no es el Partido Socialista el responsable del
bloqueo. Y sobre ese aspecto deberá girar la argumentación.
Tal y como está planteada la proposición que se somete a argumenta-
ción, tiene carácter absoluto. Es decir, hay un solo responsable o, al menos,
quien así la plantea propone la discusión centrada en una sola y exclusi-
va responsabilidad. Por tanto, cualquier otro ejercicio de argumentación
encaminado bien a responder otros interrogantes no planteados (como el
referido a cuándo se produjo ese bloqueo, por qué, de qué manera se pro-
vocó…) así como si hay algún otro partido responsable –en mayor o menor
medida– queda fuera de la proposición que se somete a argumentación y
es, por tanto, irrelevante para lo que se busca demostrar.
La forma verbal no debe confundir a la hora de determinar si se trata
o no de una cuestión de hechos. Puede presentarse en presente, en pasado
o en futuro.
El partido de ultraderecha Vox doblará el número de diputados en las
próximas elecciones.
Como en el ejemplo anterior, y aunque el verbo nos plantee una pro-
posición que nos remita al futuro, se trata de una proposición de hechos.
Y que no se pueda demostrar en el instante preciso en el que se argumenta
no invalida el hecho de que no se pueda determinar si será o no será así en
el futuro, enmarcándose por tanto en una proposición de hechos o factual.
La oposición, con la ayuda de la Organización de Estados Americanos,
preparó un golpe de Estado en Bolivia antes de las elecciones.
Como en los casos anteriores, nos encontramos ante una proposición de
hechos, referida en este caso al pasado. Conviene advertir que la proposición
9. La elaboración de argumentos para la interlocución pública 215
debe ser probada en su totalidad. En este sentido, no basta con probar que la
oposición preparó un golpe de Estado. Ello no demostraría la proposición, que
también incluye la Organización de Estados Americanos. Además, el verbo
empleado es ‘preparar’, con un signicado distinto a ‘dar’: pudieron preparar el
golpe de Estado y no darlo; darlo y no prepararlo; o ni darlo ni prepararlo. Y,
en tercer lugar –y para que la proposición quede debidamente vericada– tam-
bién se debe demostrar que todo ocurrió antes de las elecciones.
La ONU debería pronunciarse sobre la violación de derechos humanos
en Arabia Saudí.
El empleo de la forma verbal ‘debería’ indica que nos encontramos ante
el segundo tipo de proposiciones. No se discute sobre si algo es, fue o será,
sino sobre si debería o no ser en un sentido o en otro. Si bien observar la
forma verbal empleada para expresar la proposición resulta útil para deter-
minar el tipo de proposición ante el que estamos, es preferible establecer el
signicado de la proposición para evitar incurrir en errores.
Es necesario que la ONU se pronuncie sobre la violación de derechos
humanos en Arabia Saudí.
Este ejemplo es exactamente igual que el anterior, en lo que a la deter-
minación del tipo de cuestión, a pesar de que la forma verbal sea distinta. El
hecho de emplear el verbo ‘ser’ en presente, como parece claro, no establece
que nos encontremos ante una proposición que busque demostrar si algo
está ocurriendo o no.
Resulta inaceptable que quien ha perdido unas elecciones no presente la
dimisión de forma inme diata.
La consideración que se plantea en este objeto tiene un carácter moral.
Se pretende valorar si es o no es ‘inaceptable’. No se trata, por tanto (y, nue-
vamente, a pesar de lo que pudiera indicar solamente la expresión verbal),
de determinar si alguien que ha perdido las elecciones ha dimitido o no, ni
tampoco si debería dimitir o no. En este caso, es una valoración de carácter
moral la que se somete a argumentación: a saber, si es o no es aceptable que
quien ha perdido unas elecciones presente su dimisión de manera inme-
diata.
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