Adolescentes que cometen agresiones sexuales y su tratamiento

AutorAna Martínez Catena
Páginas171-182
CAPÍTULO 15
ADOLESCENTES QUE COMETEN AGRESIONES SEXUALES Y SU
TRATAMIENTO
1. INTRODUCCIÓN
En España, al igual que en otros países europeos, la mayoría de las infracciones
penales cometidas por menores corresponden a delitos contra la propiedad. En
cambio, los delitos contra la libertad sexual representan el 2% del total de
infracciones juveniles condenadas en España (INE, 2020). A pesar de la gran
preocupación social entorno a esta tipología delictiva, especialmente cuando es
cometida por menores, pocas investigaciones españolas se han centrado en este
campo. Por lo que aún existe un elevado desconocimiento sobre est e tipo de
infractores y su tratamiento.
La investigación internacional más actual sobre la conducta sexual
problemática en menores se centra en dos grandes cuestiones. La primera es
relativa a si los jóvenes que cometen delitos sexuales constituyen un grupo
especializado de delincuentes. Y si, por lo tanto, tienen características específicas y
diferenciales del resto de infractores juveniles (Barbaree, Marshall, y Hudson,
1993; McGrath, 2014, 2010; Przybylski, 2015; Ryan y Otonichar, 2016). La segunda,
se centra en el análisis de la continuidad delictiva de estos menores en la vida adulta
(Lobanov-Rostovsky,, 2015; Smallbone, Marshall, y Wortley, 2008).
En relación con la primera cuestión de análisis, múltiples estudios descriptivos
y comparativos, entre jóvenes que cometen delitos sexuales y otros jóvenes
infractores, han destacado la presencia de factores de riesgo y carencias personales
y sociales comunes en ambos grupos (Soothill et al., 2000; Lussier, LeBlanc, y
Proulx, 2005). De acuerdo con estos resultados, las características de los jóvenes
con problemáticas sexuales no diferirían sustancialmente de otros menores
infractores.
No obstante, algunos de los factores de riesgo más comunes en jóvenes con
conductas sexuales problemáticas no son tan frecuentes en otros infractores como,
por ejemplo, las derivadas de un proceso de socialización sexual inadecuado.
Especialmente, la presencia de experiencias sexuales más amplias y variadas, la
exposición a pornografía a una edad temprana, y una historia de abuso sexual en la
infancia (común en un 40-60% de los jóvenes con delitos sexuales) (Martínez -
Catena y Redondo, 2016; Siria, Echeburúa, y Amor, 2000).
Otras características frecuentes entre los jóvenes agresores sexuales son los
antecedentes de inestabilidad, desorganización y violencia familiar, la separación

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