Prólogo
| Autor | Eva María Blázquez Agudo |
| Páginas | 11-12 |
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Simposio internacional Trabajo infantil y su erradicación en el marco de la meta 8.7 de la Agenda 2030. Cuestiones plurales, pp. 11-12
e-Archivo uc3m: http://hdl.handle.net/10016/35075
Prólogo
El pasado mes de diciembre, bajo la dirección de la profesora Quintero Lima, se celebró el
Seminario Internacional sobre el Trabajo Infantil en la Universidad Carlos III de Madrid.
Un año antes, en 2020, se alcanzó la ratificación del Convenio 182 de la OIT sobre las
peores formas de trabajo infantil (1999), que se fundamenta en el otro Convenio anterior
de la OIT, de 1939, sobre Trabajo Forzoso y en la Convención de la ONU sobre los De-
rechos del Niño (1989). De acuerdo con estos antecedentes, se declara el año 2021 como
Año Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil en la Asamblea General de las
Naciones Unidas. Y en este oportuno marco se organiza este congreso internacional.
Parece mentira que en el año 2021 todavía se esté promocionando la lucha contra
el trabajo infantil, que quizás no sea tan usual en Europa, pero sí lo es en muchos otros
sitios del mundo. Que un total de 160 millones aproximadamente de menores trabajen
aún en condiciones precarias, parece un buen motivo para declarar el año 2021 como el
la erradicación de dicho trabajo, lo cual impulsa la celebración de todo tipo de eventos
que recuerden la necesidad de seguir luchando frente a esta lacra. No hay que olvidar
que la Agenda 2030 en su ODS número 8 ha incluido, como Meta 8.7., la erradicación
del trabajo infantil, de modo que todas las actuaciones que colaboren con esta finalidad
serán bienvenidas.
El contexto es muy preocupante. De acuerdo con el Informe Trabajo Infantil:
estimaciones mundiales 2020, tendencias y el camino a seguir de UNICEF, de los 160
millones de niños y niñas que trabajan, la mitad desarrollan, además, las peores formas
de trabajo como la esclavitud, trabajo forzoso o reclutamiento forzoso. Como es fácil,
deducir el trabajo se desarrolla principalmente en el ámbito rural. Y, desgraciadamente,
cuando esta cifra total iba reduciéndose de modo progresivo cada año, dicha disminu-
ción ha pasado debido a la pandemia, de modo significativo en África subsahariana.
Por otro lado, hay que evidenciar que el desarrollo del trabajo lleva como conse-
cuencia anexa la ausencia de escolarización de los menores. De este modo, casi el 30%
de los niños y niñas de entre 5 y 11 años no están escolarizados, llevando a representar
casi un tercio en el tramo de 12 a 14. De modo que el desarrollo de un trabajo durante
su período infantil va a influir en el futuro de su actividad laboral una vez que alcanzan
la mayoría de edad. De hecho, es justamente la formación en estas primeras etapas un
elemento que tiene un gran peso en la consecución futura de un trabajo decente.
Y de acuerdo con este panorama, en el Seminario Internacional, antesala de esta
publicación, desde el análisis de los ODS y del Convenio 182 de la OIT, se van a pro-
poner estrategias para colaborar en la superación del Trabajo Infantil. Destaca en este
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