Presentación
Autor | Carlos Gómez-Jara Díez |
Páginas | 19-21 |
19
PRESENTACIÓN
La monografía que el lector tiene en sus manos se basa en una deter-
minada percepción de la importancia que tienen los mercados financieros
para la salud de la economía globalizada. La crisis financiera de 2008 y la
subsiguiente crisis de la deuda soberana de 2010 han puesto de manifiesto
la relevancia de los mercados financieros en la conformación de la identidad
de la sociedad del siglo XXI. Si bien con anterioridad han existido episodios
convulsos en la dinámica financiera, con indudable repercusión en la eco-
nomía básica de la población, no ha sido hasta fechas recientes que se ha
evidenciado la fragilidad del sistema económico mundial frente al colapso
de los mercados financieros.
Sin duda, el fenómeno del «contagio» ha jugado un papel decisivo en
esta percepción. Así, son muchos los que advierten el contagio de la crisis
estadounidense al continente europeo, y, de manera correlativa, de unos paí-
ses de la Eurozona a otros. Sin embargo, la cuestión fundamental subyacente
va más allá: se trata de la conformación de un riesgo sistémico en el ámbito
financiero de tal magnitud que afecta a los pilares de un modelo económico de
Estado. En efecto, la anterior crisis financiera globalizada, que tuvo lugar a
finales de los años noventa en varios países emergentes (Malasia, Tailandia,
Corea del Sur, Brasil, Rusia, Argentina, etc.), guarda cierta similitud con los
actuales acontecimientos, pero muestra evidentes diferencias. Dicha crisis,
en la periferia del sistema capitalista, no ha alcanzado las cuotas críticas que
ha alcanzado la crisis actual, radicada en el núcleo de dicho sistema.
Resulta especialmente relevante la forma en la que se han sucedido las
reacciones de los Estados afectados por las crisis de 2008 y 2010. Frente al
pausado proceder y el sosiego característicos de las intervenciones estatales,
la presión de los mercados financieros ha obligado a actuaciones apresura-
das a fin de salvar economías al borde del colapso. Como botón de muestra,
baste referir la tónica habitual de la toma de decisiones durante los fines de
semana para evitar la afectación directa a los mercados financieros. La con-
sideración del Estado —sea cual sea su relevancia internacional— como un
actor económico más en los mercados financieros —sometido, por tanto, a
los estrictos dictados de los mismos— supone que las debilidades estructu-
rales de éste pueden ser aprovechadas por otros operadores.
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