El Parlamento, un concepto dinámico y en transformación
| Autor | Rafael Rubio Núñez, Ricardo Vela Navarro-Rubio |
| Páginas | 39-58 |
© Editorial UOC Capítulo II. El Parlamento, un concepto dinámico…
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Capítulo II
El Parlamento, un concepto dinámico
y en transformación
El hecho de que las TIC impliquen un cambio que va más allá de
lo tecnológico llegando a transformar los hábitos, comportamien-
tos y valores de los ciudadanos y, con ellas, las exigencias de estos a
las instituciones, incide de lleno en el Parlamento. Como es sabido,
la institución parlamentaria desde su origen hasta nuestros días, ha
pasado por diversas etapas y ha sufrido notables modificaciones.
En cada etapa histórica, los parlamentos han cambiado sus formas
de actuar y sus procedimientos con el fin de responder con eficacia
a las necesidades de las sociedades democráticas. Al mismo tiempo
que la sociedad ha ido evolucionando, se han ido planteando nuevas
demandas a las instituciones y, en particular, al Parlamento, por su
lugar predominante en las estructuras del Estado moderno.1
1. En la actualidad es imposible concebir el Estado democrático sin la existencia
de un Parlamento. En la doctrina se encuentra ampliamente difundida la tesis de
que la vinculación entre democracia y Parlamento está en los mismos orígenes
de la democracia contemporánea. Kelsen considera que más allá de su relación
con la democracia no es posible desterrar al Parlamento de la organización del
Estado moderno, pues hasta los regímenes totalitarios han necesitado invocar
una asamblea para llevar a cabo sus políticas (Kelsen, 1934, pág. 48). Así, Giner
(2003, pág. 138) afirmará que «no hay fórmulas alternativas a la parlamentaria si
se quieren sistemas fundados en principios democráticos». O, como dirá Rubio
Llorente (1993, pág. 24), «sin Parlamento es posible tener Estado de derecho,
Estado social, pero democracia en modo alguno». Por lo tanto, el Parlamento es
irrenunciable a la democracia en cuanto que esta es imposible de realizar sin la
existencia de un órgano que legitime el poder político, que sirva a la integración
y a la publicitación del actuar público, que garantice y represente el pluralismo
político y que ejerza un eficaz control del Gobierno.
© Editorial UOC Parlamento abierto
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El dinamismo del Parlamento y su capacidad para adaptarse
a lo largo de la historia debe llamar a la prudencia a la hora de
ponderar la eficacia transformadora de las TIC sobre esta insti-
tución. A la hora de aplicar la tecnología a las instituciones jurí-
dicas, conviene adoptar un criterio de funcionamiento que nos
parece esencial: las herramientas deben estar al servicio de las
instituciones y de los principios y valores jurídicos que expresan
y defienden, y no al revés. Este criterio, aplicado al Parlamento,
implica encontrar la forma y la manera de que estas herramien-
tas fortalezcan la actuación del Parlamento y lo adapten a los
nuevos tiempos, sin alterar su esencia. No podemos olvidar que
Parlamento no es, sin más, un producto de la eficacia normati-
va del derecho. Se trata de una institución consagrada y central
en la democracia. De ahí la importancia de establecer de forma
adecuada las condiciones que deben regir a la hora de aplicar la
tecnología al ámbito parlamentario.
Por este motivo, si en la sociedad de la información el deba-
te acerca de la democracia no puede ser ajeno a la tecnología,
el Parlamento no se encuentra fuera de la influencia de estas
herramientas a la hora de plantearse cambios y transformacio-
nes, tanto en sus formas de actuar, como en las funciones que
la sociedad le demanda. Estudiar esta evolución es analizar, en
gran parte, la historia de la crisis del parlamentarismo, pues los
cambios y transformaciones que se producen en las distintas
fases históricas tienen mucho que ver con los cuestionamientos
acerca de su eficacia. Para valorar de forma adecuada el impacto
de la tecnología en el Parlamento es necesario realizar un análi-
sis, aunque limitado y breve, de estas transformaciones: solo así
podremos ponderar adecuadamente el impacto de la tecnología
y calibrar si se trata de una etapa más en esa evolución, o supone
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