Liderazgo político

AutorWilhelm Hofmeister
Páginas319-334
LIDERAZGO POLÍTICO
El liderazgo político es algo más que la asunción formal de una función
de liderazgo en un partido, como se ha comentado anteriormente. Además
de la legitimidad formal que adquieren por medio de las elecciones inter-
nas, los líderes políticos deben poseer una serie de cualidades personales
para obtener la aprobación y el apoyo en sus decisiones. En las últimas
décadas, los líderes políticos han adquirido una importancia adicional de-
bido a la ya mencionada «presidencialización» y la personalización de la
competencia política. Esto no solo ha limitado la manera en que son per-
cibidos los partidos, sino que también ha llevado a que personas que antes
no eran políticamente activas y que han hecho carrera y han ganado po-
pularidad como empresarios, actores o incluso comediantes, se presenten
ahora para ocupar cargos políticos. Sin embargo, estas personas a menu-
do carecen no solo de experiencia política, de conocimientos sobre el fun-
cionamiento de las instituciones políticas y sobre los principios constitu-
cionales y de política estatal de su país, sino que tampoco son conscientes
de que las exigencias de un dirigente político dif‌ieren signif‌icativamente
de las de un dirigente empresarial o de las de un artista, aunque bien es
verdad que todo líder político de éxito debe contar con una sólida capaci-
dad de gestión y a veces también con las habilidades de un actor. Se consi-
dera que un líder empresarial ha obtenido un gran éxito cuando consigue
una cuota de mercado del 5 o el 10 % para su producto. Sin embargo, se
espera que un líder político gane bastante más, idealmente el 50 % o más
del «mercado» de votos en unas elecciones. Para ello, además de sus cua-
lidades y aptitudes personales, debe ser capaz de buscar acuerdos y ganar
adeptos de diferentes estratos sociales cuyas demandas y expectativas no
son tan fáciles de satisfacer tras las elecciones. Para asegurarse de no vol-
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ver a perder rápidamente esa coalición de votantes, un líder político debe
luchar permanentemente para conservar no solo la aprobación de una
mayoría parlamentaria, sino también la aprobación de la población. Por
ese motivo, los líderes políticos son siempre responsables, no solo ante los
organismos de su partido, sino también ante la ciudadanía. Para afrontar
esta responsabilidad, se necesitan habilidades y cualidades especiales.
LIDERAZGO POLÍTICO: ENTRE EL PODER, EL BIEN COMÚN
Y LA RAZÓN DE ESTADO
El liderazgo político ha sido un tema central de la vida política en todo
el mundo y en todo momento. El máximo líder político (un jefe de Estado
o un ministro presidente) no solo es el máximo representante del sistema
político, sino que también posee el poder de conf‌igurar el destino de un
país, aunque en las democracias modernas este poder está limitado por
diversos mecanismos de equilibrio y control. Por tanto, desde la Antigüe-
dad, el estudio del liderazgo político y de la f‌igura del líder político ha sido
un campo central de ref‌lexión en el ámbito de la política.
En la Antigüedad, la f‌ilosofía política de Platón y Aristóteles giraba en
torno a la cuestión de cómo conseguir un buen orden político. Para Platón
(427-347 a. C.), la justicia era un elemento central del orden. En conse-
cuencia, exigió que los líderes políticos se esforzaran por hacer justicia.
Sin embargo, se dio cuenta de que en todas las formas de gobierno que
conocía, los gobernantes de todos los Estados se caracterizaban más por
el egoísmo y por la tentación de establecer leyes de acuerdo con su propio
benef‌icio que por la búsqueda de la justicia. Pero esto es contrario a la
naturaleza misma de la política, que debe guiarse por lo que es mejor para
todos, es decir, el bien común. Por consiguiente, Platón esperaba que los
dirigentes políticos se esforzaran por reconocer el bien y por hacer justicia.
Para Aristóteles (384-322 a. C.), considerado el fundador de la ciencia
política moderna, la política también consiste en desarrollar una consti-
tución a través de la cual pueda realizarse la felicidad del individuo y del
conjunto de la sociedad. Por tanto, el líder político también tiene la tarea
de hacer posible una buena sociedad. Tanto para Platón como para Aristó-
teles, la política siempre tiene un fuerte carácter normativo.
Nicolás Maquiavelo (1469-1527) rompió con esta imagen del ser hu-
mano y de la política que tenían los f‌ilósofos de la Antigüedad. Para él,
la política es el esfuerzo por ganar y mantener el poder. En su obra El
príncipe formuló algunos consejos sobre cómo un político puede alcanzar
y mantener el poder (1986). Dejando de lado la suerte o el azar (fortuna),
que no se pueden controlar, el gobernante debe poner todo su empeño
(virtu), en aprovechar las oportunidades que se le ofrecen para adquirir

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