Introducción

AutorManuela Fernández Rodríguez
Páginas13-15
INTRODUCCIÓN
Antes de entrar en el cuerpo del presente trabajo, considero oportuno ofrecerle al
lector una serie de notas aclaratorias sobre el enfoque y alcance del mismo.
En primer lugar, si el estudio que sigue no abarca hechos, normas y situaciones
de la América española, es únicamente debido al reconocimiento obligado de mi
desconocimiento sobre la materia. En mi trayectoria profesional me he ocupado
verdaderamente poco por las cuestiones transoceánicas, lo que no signi ca que no
fueran de enorme relevancia en el período, como puso de mani esto la presencia de
representantes americanos en la redacción de la Constitución de 1812, la alusión a los
españoles de ambos hemisferios en el mismo texto o la recluta de un amplio ejército en
1819 con la misión de paci car aquellos territorios. La relevancia de todo lo anterior
me impide despachar el asunto con premura en un par de capítulos, pues considero
que un estudio en profundidad requeriría al menos un número de páginas semejante
al del presente volumen.
Una vez de nido el ámbito geográ co de estudio, puede decirse que en la historia
del siglo XIX español se han producido numerosas alteraciones del orden, desde las de
menor intensidad, como revueltas, hasta las más graves, como las guerras civiles. Mu-
chas de ellas han tenido como eje vertebrador el binomio revolución-contrarrevolución.
La propia Guerra de Independencia, que inaugura el siglo, además de la lucha contra un
enemigo exterior, Francia, puso de mani esto dos concepciones distintas del Estado.
Por un lado, la postura de quienes querían abrazar el progreso y avanzar respecto al tra-
dicionalismo español, y por otro, quienes deseaban seguir apegados a las concepciones
más conservadoras, tanto de Estado como de la sociedad. Ambas concepciones dieron
lugar, sin embargo, a tres Españas distintas. Primero, la de los Bonaparte, en la que se
intentó poner en marcha una nueva estructura ideológica y administrativa en el país,
y a la que de forma sincera se incorporaron un buen número de españoles, cali cados
de afrancesados, que vieron en la llegada de los vecinos del norte la posibilidad de
progreso y modernización del país. Ideológicamente cercana a la anterior y al mismo
tiempo en las antípodas estaba la España gaditana. El alejamiento de la familia real

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