Intrascendencia y trascendencia en derechos humanos

AutorHelio Gallardo
Cargo del AutorProfesor de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA)
Páginas39-44
39
CAPÍTULO SEGUNDO.
INTRASCENDENCIA Y TRASCENDENCIA
EN DERECHOS HUMANOS
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La Declaración Universal de Derechos Humanos (Naciones Unidas, 1948) no
lleva el “los” con que muchas veces se la transcribe o cita, incluso por jueces
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La anécdota (tal vez falsa)
narra que la delegación de la URSS (uno de los vencedores de la Segunda
Guerra Mundial) se opuso al “los” inicial por una razón política. El “los” podía
garantizar que Derechos Humanos se entendieran, como lo hacía general-
mente Occidente, desde un tipo de iusnaturalismo y no sociohistóricamente
como la URSS quizás deseaba asumirlos. Existirían como derechos para los
ciudadanos soviéticos cuando el Estado pudiera cumplir con ellos. Resultaban bajo
esta forma eventualmente históricamente ‘progresivos’ y no ‘naturales’. La
URSS pretendía así no ser atacada por incumplir derechos ‘naturales’ que
estimaba quizás no podía sostener debido a sus retos internos y enemigos ex-
ternos. Se recordará que, finalizada la Segunda Gran Guerra, no terminaba
la Guerra Fría (encabezada por EE. UU) que acabaría con el derrumbe de la
URSS. Como la discrepancia soviética en las Naciones Unidas amenazaba con
impedir la votación de la Declaración Universal, los intelectuales que asesora-
ban en las sesiones a los delegados sugirieron eliminar el “los” y así se logró la
firma. Por supuesto la fiereza ideológica con que se acorralaba a la URSS no
se detuvo y su régimen colapsó a finales del siglo XX (1991), aunque DsHs no
interviniera significativamente en el desplome.
Previamente, cuando hicieron su aparición más espectacular y local-
mente, Marx criticó la conceptuación burguesa (y revolucionaria) de Derechos
Humanos. Parte de esa crítica se encuentra en Sobre la cuestión judía, un texto
de 1843. Escribe: “Registremos, ante todo, el hecho de que los llamados dere-
chos humanos, a diferencia de los derechos del ciudadano, no son otra cosa
que los derechos del miembro de la sociedad burguesa, es decir del hombre egoís-
1 Profesor de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la Universidad
Nacional de Costa Rica (UNA); Catedrático de la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad
de Costa Rica (UCR); y Profesor de la Universidad Estatal a Distancia (UNED).

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