Fomento del empleo en el deporte profesional

AutorFrancisco Rubio Sánchez
Páginas13-38
FOMENTO DEL EMPLEO EN EL DEPORTE
PROFESIONAL
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DOI: 10.14679/1422
I. INTRODUCCIÓN
De manera simple y lacónica, se pueden de nir las políticas de empleo como
todas aquellas medidas que tienen como objetivos un funcionamiento e ciente del
mercado de trabajo y la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores. Su
nalidad última es la creación de empleo y la reducción de las tasas de paro. Con
este propósito, los gobiernos estatales y autonómicos diseñan e instrumentan toda
una serie de acciones para tratar de estimular con la creación de empleo, paliar o
evitar los posibles desajustes de la oferta de trabajo y lograr mayor e ciencia en el
funcionamiento del mercado de trabajo.
Trasladadas estas coordenadas al ámbito deportivo, nos encontramos, en
primer lugar, con una amplia y heterogénea variedad de actividades laborales y
profesionales relacionadas con el deporte, que van desde la gestión y organización
pública y privada hasta la práctica del deporte y, más concretamente, a la práctica
deportiva con carácter profesional, en la que  nalmente se centrará este estudio, no
sin antes diferenciar y delimitar las diferentes coordenadas jurídicas y económicas
en las que se desarrolla la actividad deportiva de quienes hacen del deporte, total
o parcialmente, su modo de vida.
Por otra parte, y a diferencia también de otros ámbitos, en el deporte con u-
yen normas y estructuras orgánicas tanto de naturaleza pública como de carácter
privado, convivencia que en no pocas ocasiones será compleja y generadora de
determinadas tensiones y, a veces, contradicciones.
Finalmente, si bien el deporte profesional no es ajeno a la distinción entre pro-
fesionales por cuenta propia y trabajadores por cuenta ajena, la actividad laboral de
estos últimos viene considerada como de naturaleza especial ex artículo 2.1.d) del
Francisco Rubio Sánchez
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Estatuto de los Trabajadores y, en consecuencia, sus especi cidades se articulan en
el Real Decreto 1006/1985, de 26 de junio, por el que se regula la relación laboral
especial de los deportistas profesionales.
Por todo ello y con carácter previo, hemos de analizar y diferenciar, aunque sea
someramente, el régimen jurídico-laboral derivado de las distintas facetas o vínculos
existentes entre los deportistas y sus clubes o entidades deportivas, las federaciones
deportivas, las instituciones públicas competentes en materia deportiva o, en su
caso, con los patrocinadores de los propios deportistas o de las meritadas entidades
o instituciones deportivas.
II. EL DEPORTE PROFESIONAL
Cuando a lo largo del pasado siglo XX el deporte comienza a formar parte del
gran espectáculo competitivo, los deportistas deben dedicar una parte importante
de su jornada a una intensa preparación física y técnica para que su rendimiento en
la competición sea en todo momento el más óptimo con arreglo a sus cualidades,
por lo que su inicial dedicación meramente lúdica a la práctica deportiva se trans-
forma paulatinamente en su modo de vida. A partir de este momento el deportista
pasa a convertirse en un profesional del deporte, es decir, un trabajador que hace
de la práctica deportiva su única o, cuando menos, su principal actividad laboral
como fuente de subsistencia.
Mientras que el «deporte-juego» ha ido dando paso al «deporte-profesión»,
con todas las consecuencias lógicas en lo económico, lo social y lo político, es-
trechamente relacionadas entre sí, la pasividad estatal en la ordenación jurídica
de todos aquellos aspectos que se derivaban del deporte y trascendían el ámbito
estrictamente lúdico fue aprovechada por los organismos rectores deportivos (léase
federaciones deportivas nacionales e internacionales) en claro ejemplo de invasión
de esferas que en ningún modo les correspondían, adquiriendo, concretamente
en la materia que nos ocupa, un alarmante carácter abusivo en la regulación de la
relación laboral existente entre los jugadores profesionales y los clubes deportivos
para los que prestas sus servicios.
Junto al deporte practicado con meros  nes de divertimento, salud, ocio o
educación, ha ido desarrollándose en muchas modalidades deportivas la actividad
de un elevado número de deportistas que, además, hacen de la práctica deportiva
una forma de obtener compensaciones económicas más allá de los gastos que tal
actividad les ocasiona, llegando a constituir su único o principal modo de vida.
No obstante, pese a la expansión de este fenómeno en muchos países y el cada día
mayor número de jugadores profesionales y de modalidades deportivas que iban
apareciendo durante las últimas décadas, los deportistas profesionales españoles
carecerían de una adecuada regulación especí ca de su régimen jurídico-laboral
hasta la entrada en vigor del derogado Real Decreto 318/1981, de 5 de febrero,
mediante el que, por primera vez, se regulaba la relación laboral especial de los
deportistas profesionales.

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