La lucha por los derechos de las mujeres en el siglo XIX. Escenarios, teorías, movimientos y acciones relevantes en el ámbito angloamericano

AutorJavier Dorado Porras
Cargo del AutorEditor
Páginas1157-1219
1. LA FORMACIÓN DEL MOVIMIENTO FEMINISTA. RASGOS
Y REIVINDICACIONES
A) Introducción
a) Cuestiones preliminares
A lo largo de este artículo sólo pretendemos visibilizar una de las
páginas más significativas del feminismo del siglo XIX, de forma es-
quemática, y sin considerar las que, como dice S. Firestone1, han sido
arrancadas de la historia, las que permanecen ocultas o las que aún
han de ser estudiadas2. La perspectiva que hemos adoptado es funda-
mentalmente histórica, por lo que nuestras referencias filosóficas, polí-
ticas, jurídicas y sociales son sólo las que hemos considerado impres-
cindibles para explicar el papel que jugaron las mujeres en este siglo.
Obviamente, las interacciones del movimiento feminista con los de su
época varían de un país a otro pero parece posible destacar las que, sin
obviar las demás, resultan comunes, al menos, en los Estados Unidos y
en Gran Bretaña3. El artículo, además, centra su atención casi exclusi-
1Vid. FIRESTONE, S., La dialéctica del sexo. En defensa de la revolución feminista, trad. R.
Ribé, Q. Kairós, Barcelona, 1976, p. 35.
2Sobre la necesidad de articular una mejor investigación en este terreno, vid.
ROWBOTHAM, S., La mujer ignorada por la historia, trad. V. Fernández-Muro, Debate, Bo-
gotá, 1980, p. 110 y EVANS, R. J. en Las feministas. Los movimientos de emancipación de la mu-
jer en Europa, América y Australia 1840-1920, trad. B. McShane y J. Alfaya, Siglo XXI, Madrid,
1980, p. 302.
3La alianza entre el liberalismo y el feminismo fue fundamental en la política femi-
nista aunque el apoyo de los partidos liberales solía ser poco entusiasta. La oposición al fe-
minismo procedía de los grupos conservadores, agrarios y aristocráticos que se enfrenta-
ban también al liberalismo de clase media. Cuando el liberalismo se hizo más igualitario o,
simplemente, más bifronte, también se transformó el feminismo, orientándose al problema
HISTORIA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. Tomo III: Siglo XIX1158
vamente en estos dos países, el lugar en el que puede situarse el origen
del feminismo como movimiento organizado.
Nuestra intención ha sido, en primer lugar, identificar el origen y
las características del feminismo así como sus bases ideológicas más
evidentes. Después, abordamos el estudio de los textos de mayor re-
levancia política en los que pueden rastrearse las consignas, las rei-
vindicaciones y las acciones más representativas del movimiento. Fi-
nalmente, nos acercamos al feminismo desde su vertiente doctrinal y
analizamos los escritos de los que, en el siglo XIX, parecen ser los au-
tores y autoras más entusiastas en la lucha por los derechos de las
mujeres. El artículo no es ni, dada su brevedad, podría ser, exhausti-
vo, por lo que las ausencias son inevitables. Hemos pretendido úni-
camente dar testimonio de la batalla moral, social y política que pro-
tagonizó uno de los grupos vulnerables que no encontró su lugar en
las declaraciones de derechos y que hubo de esperar por mucho
tiempo hasta lograr su incorporación a la esfera pública en condicio-
nes de igualdad.
No hay duda de que el siglo XIX fue decisivo para el surgimiento y
la consolidación del movimiento feminista pero fue también un siglo
inconcluso de graves frustraciones4.
En el siglo XIX la lucha por los derechos de las mujeres giró alrede-
dor de varios asuntos relacionados con su situación socioeconómica y
política, pero se orientó fundamentalmente a la consecución del sufra-
gio. Y es que la adquisición del voto se acabó presentando como la vía
más adecuada para lograr las reformas sociales y legislativas que las
mujeres necesitaban. Sin embargo, este derecho no se reconoció en la
3
del control social, rescatando el perfil más conservador de la filosofía liberal o intentándose
acercar al socialismo. Las mujeres se unieron también a los movimientos nacionales y a la di-
sidencia religiosa. Las reuniones para rezar de las cuáqueras, en Estados Unidos y Gran Bre-
taña, y las obras filantrópicas del revival en Suiza y en Holanda durante los años 1830-1840,
permitieron a las mujeres de la clase media huir de su rol tradicional. En los años cuarenta
en Alemania, también los partidarios del protestantismo y el movimiento católico alemán
cuestionaron el “destino de la mujer”. En Estados Unidos el feminismo estuvo marcado por
el espíritu pionero y el movimiento antiesclavista. Vid. EVANS, R. J., Las feministas. Los movi-
mientos de emancipación de la mujer en Europa, América y Australia 1840-1920, cit., pp. 276-278 y
KÄPPELI, A. M., “Escenarios de feminismo”, VV. AA., Historia de las mujeres. 4. El siglo XIX,
trad. M. A. Galmarini ed. a cargo de G. Duby y M. Perrot, Taurus, Madrid, 2000, pp. 525-526.
4Tal como advertía Adolfo Posada a finales del XIX, “una de las revoluciones más gran-
des que en este siglo han empezado a cumplirse, es la que el cambio de la condición política,
doméstica, económica, educativa y moral de la mujer, supone” (en el Prólogo a su libro Femi-
nismo (1899), ed. a cargo de O. Blanco, Cátedra, Madrid, 1994, p. 30).
Capítulo XX: La lucha por los derechos de las ... - Mª EUGENIA RODRÍGUEZ PALOP y otros 1159
mayor parte de los Estados hasta bien entrado el siglo XX5 y su recono-
cimiento no llevó aparejadas las medidas que las mujeres esperaban.
De hecho, desde fechas muy tempranas las mujeres fueron conscien-
tes de que la asimilación a la condición legal de los hombres no era su-
ficiente y de que las reivindicaciones jurídicas sólo tenían sentido si lo-
graban desestabilizar las estructuras de dominación en su conjunto.
Evidentemente, el feminismo del XIX no logró eliminar las barreras
asentadas sobre la estructura patriarcal, fuertemente arraigada, pero con-
siguió resquebrajar y debilitar sus cimientos de modo que nunca más vol-
vieron a recuperar su antigua solidez6.
b) El feminismo y el discurso de los derechos. Entre la igualdad y la diferencia
El constitucionalismo burgués, el sistema político que había triun-
fado en una buena parte del mundo después del período ilustrado, ex-
cluía a las mujeres del ámbito público bajo el argumento de sus su-
puestas aptitudes y carencias naturales: la mujer carecía de los
atributos “masculinos” identificados con la racionalidad, la inteligen-
cia, la capacidad de juicio y la competitividad7. Sin embargo, el mismo
sistema llevaba implícito el elemento contradictorio de este principio
de exclusión, al afirmar la igualdad de derechos naturales.
Fue esta contradicción la que facilitó el surgimiento del movimien-
to feminista. La exclusión de la mujer restaba solidez y coherencia al
5En 1893, Nueva Zelanda “se convirtió en el primer Estado que permitía la participa-
ción política de las mujeres, aunque sólo les concedía el derecho de voto (activo), no el de-
recho de sufragio completo, que incluía el derecho (pasivo) a presentarse como candidatas
al parlamento”. Éste no sería garantizado hasta 1919 (BOCK, G., La mujer en la historia de
Europa. De la Edad Media a nuestros días, trad. T. de Lozoya, Crítica, Barcelona, 2001, pp. 149-
150). A Nueva Zelanda seguirían Finlandia, Noruega y Dinamarca, que reconocen el voto
de la mujer entre 1906 y 1917 (vid. RUBIALES, A., “El siglo de las mujeres”, Leviatán, núm.
83, II Época, 2001, pp. 15-28). A estos países se suman posteriormente Holanda y la Unión
Soviética, en 1917, y Austria, Polonia, Checoslovaquia y Suecia, en 1918 (vid. MIYARES, A.,
“El Sufragismo”, en VV. AA., Teoría feminista: de la Ilustración a la globalización. De la Ilustra-
ción al segundo sexo, ed. a cargo de C. Amorós y A. de Miguel, Minerva Ediciones, Madrid,
2005, p. 288). Los demás Estados mantendrán esta deuda con las mujeres hasta bien entra-
do el siglo XX. Para profundizar en estos datos, vid. ANDERSON, B. S. y ZINSSER, J. P.,
Historia de las mujeres: una historia propia, trad. T. Camprodón, vol. 2, Crítica, Barcelona,
1992.
6Vid. MILLETT, K., Política sexual, trad. A. M. Bravo García, Cátedra-Instituto de la
Mujer, Madrid, 1995, p. 166.
7Vid. NASH, M., Mujeres en el mundo. Historia, retos y movimientos, Alianza Editorial,
S.A. Madrid, 2004, p. 112.

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