Capítulo II. La confianza como expectativa de estabilidad del orden social

Páginas55-76
CAPÍTULO II
LA CONFIANZA COMO EXPECTATIVA DE ESTABILIDAD DEL
ORDEN SOCIAL
«Una vez que sientes una conanza así en tu interior, haces lo primero que se te
ocurre y lo que te dicta tu corazón y todo sale bien»,
Pamuk, Me llamo Rojo (trad. R. Carpintero), Barcelona: Penguin Random House,
1998/2016, p. 298.
1. LA CONFIANZA COMO FENÓMENO APROXIMADAMENTE
UNITARIO
El concepto de conanza destaca por su ambigüedad incluso en un cam-
po en el que la misma es una plaga como el de las ciencias sociales 1. Aquí no
nos interesa la conanza en sí misma 2, sino en el marco de la teoría comuni-
taria descrita en el capítulo precedente y testada en otros lugares 3 –sin perder
de vista, además, los datos disponibles. Parte del problema procede de que
son diversas disciplinas, incluyendo la Criminología –no siempre con esta
denominación–, las que han adoptado la conanza como variable indepen-
diente –como en nuestro caso– o incluso como objeto de estudio 4, habiéndo-
se convertido en un «tema enorme» 5. También contribuyen a esta dicultad
1 Nooteboom, 2019: 9 y 26.
2 Acerca de la sustancia y lógica propias de la conanza, conceptualmente distinta de otros
conceptos, Callejo Gallego y Ramos, 2017: 186, así como 188 sobre críticas al constructo. Para la
distinción entre los conceptos en lengua inglesa «trust» y «condence», que en español suelen
traducirse por «conanza», vid. Earle et al., 2007: 4-6. Sobre la relación entre conanza y capital
social, vid. Coleman, 1988: 95-117; Delhey et al., 2011: 786; Fukuyama, 1995: 10; Govier, 1998: 11;
Hardin, 2006: 75-97; Putnam, 2000: 134-144.
3 Serrano Maíllo, 2021: 281-284.
4 Yamagishi, 2011: 8.
5 Hollis, 1998: 4. En Criminología el término aparece en el ámbito de la ecacia colectiva.
Sampson, 2012, incluye la «conanza mutua» en su denición de ecacia colectiva, 127; y la ent-
iende en relación con un barrio y en términos de cohesión social, 151 y 156 (1); también Sampson
y Raudenbush, 2001: 2. St. Jean, 2007, quien trabaja en una línea semejante, sí ofrece una deni-
ción de conanza: «Solidaridad subjetiva es conanza: un tipo de disposición afectiva positiva que
los ciudadanos tienen unos hacia otros –la disposición de que otros cuidarán de su bienestar», 51
nota 23. La concepción de conanza seguida en esta monografía es mucho más básica y no exige
56
ALFONSO SERRANO MAÍLLO
la constelación de conceptos próximos o relacionados con la conanza –ca-
pital social 6, abilidad, aseguramiento, etc.–; las complejidades de medición
y la heterogeneidad de enfoques empleados a tal n 7; las diputas sobre la di-
mensionalidad 8; o intereses disciplinares o paradigmáticos 9; entre otras 10.
En esta monografía entenderemos conanza, cuya naturaleza es la de
una actitud 11, en términos de expectativas 12. Como veremos con más detalle,
la conanza permite contemplar el orden social como estable en un contexto en el
que cualquier riesgo siempre puede adscribirse a una conducta humana,
como hemos visto en el Capítulo precedente –una inundación o una gran
nevada, o bien la incompetencia de una unidad de policía se pueden recon-
ducir, como mínimo, a algún incumplimiento de responsabilidades por par-
te de alguien, o sea a una cierta expectativa de comportamiento. En efecto,
Barber distingue tres sentidos de conanza íntimamente interconectados
por su potencial imputación a una acción u omisión: «expectativa en la
persistencia y cumplimiento de los órdenes natural y social», «expectativa
de la competencia técnica en el desarrollo de roles de aquellos que se
relacionan con nosotros en relaciones y sistemas sociales» y, nalmente,
«expectativa de que los compañeros en interacciones llevarán a cabo sus
obligaciones duciarias y sus responsabilidades, esto es sus deberes en cier-
tas situaciones de poner los intereses de otros por delante de los suyos» 13.
Aunque los tres son relevantes, se puede enfatizar el último; así, Fukuyama:
«expectativa que surge en el marco de una comunidad de comportamiento
normal, honesto y cooperativo basado en normas compartidas en común
por parte de otros miembros de esa comunidad» 14. Este elemento puede
considerarse parte del mínimo común de cualquier concepto de conanza
ni cohesión social –como no existe en el caso de desconocidos ni en el del Sistema penal– ni una
impresión tan benévola de los habitantes de un barrio. Por supuesto, se puede vivir sin la conan-
za a que se reere la teoría de la ecacia colectiva –vecinos del mismo barrio (2) que no cuidan
unos de otros y quizá ni se ayudan entre sí–, cosa que no ocurre con la inestabilidad del orden
social. La estabilidad del orden social sólo implica que los demás, incluyendo a los vecinos del
mismo barrio (si es que se pueden identicar), van a actuar de un determinado modo esperado y
consistente, no solidario, generoso...
(1) Aunque en otro lugar habla de «conanza en las autoridades», Sampson, 2012: 208.
(2) Dejando de lado si se puede denir barrio o no, Sampson, 2012: 56.
6 Coleman, 1990: 300-307.
7 Hardin, 2006: 58-65.
8 Hardin, 2006: 33 y 36.
9 Coleman, 1990: 98-100.
10 Yamagishi, 2011: 30-32. Además de la conanza entendida a nivel individual, existe una
manifestación agregada, en nuestro caso como actitud social, Callejo Gallego, 2014: 96-97 y 99-
100.
11 Govier, 1997: 4, 8 y 20; el mismo, 1998: 3-4 y 6; Jones, 1996: 4-5; Luhmann, [1968]: 126 y
130; McGeer, 2008: 242. Esta es la concepción más habitual en la literatura según Tilly, que ofrece
una alternativa, 2005: xii y 134 sobre todo.
12 Barbalet, 2019: 14; Fukuyama, 1995: 153; Sztompka, 1999: 55-59.
13 Barber, 1983: 14.
14 Fukuyama, 1995: 26.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR