Buenas prácticas empresariales para la conciliación de la vida laboral, familiar y personal y políticas de corresponsabilidad para las personas teletrabajadoras

AutorDaniel Peres Díaz
Cargo del AutorInvestigador Contratado FPU - Departamento de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social - Universidad de Granada
Páginas133-161
CAPÍTULO V.
BUENAS PRÁCTICAS EMPRESARIALES PARA LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL
...
, FAMILIAR Y PERSONAL Y POLÍTICAS DE
CORRESPONSABILIDAD PARA LAS PERSONAS TELETRABAJADORAS
Daniel Peres Díaz
Investigador Contratado FPU
Departamento de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
Universidad de Granada
DOI: 10.14679/1780
1. UN MARCO TEÓRICO PARA PENSAR LA “CRISIS DE LOS CUIDADOS” EN EL
CONTEXTO DEL CAPITALISMO TARDÍO
El estudio de las instituciones y normas jurídicas que tutelan el derecho a la conci-
liación laboral, familiar y personal no puede llevarse a cabo sin el apoyo de una visión
teórica de conjunto. Los procesos acelerados de cambio tecnológico y la mutación del
tejido productivo, así como la aparición y consolidación de nuevas fórmulas de traba-
jo, trazan un escenario complejo en el que el análisis normativo debe conjugarse con un
instrumental conceptual de más amplio alcance. Qué se entiende por corresponsabili-
dad, en qué medida la tecnología está afectando a la línea divisoria entre tiempo laboral
y tiempo de vida, por qué vivimos una crisis de los cuidados, cómo inuye la ética del
trabajo en el resto de instituciones sociales, o qué forma adquiere la relación entre capi-
tal y reproducción social son cuestiones que ameritan una reexión previa al abordaje
técnico-jurídico del objeto de estudio. Al proceder de este modo, lo que se pretende es
obtener un diagnóstico más preciso de las causas que subyacen a la desigual distribu-
ción de tiempo, carga de trabajo reproductivo y descanso entre hombres y mujeres. A su
vez, ello permitirá pregurar un conjunto de propuestas de mejora ya en clave de polí-
tica legislativa, así como una más precisa identicación de las buenas prácticas llevadas
a cabo por las empresas y los agentes de la economía social.
Son dos las cuestiones a examinar en este apartado. De un lado, habrá que explorar
cómo la economía política de los cuidados ha entrado en crisis, de manera tal que ha
quedado al descubierto su fragilidad y, al mismo tiempo, su centralidad para el sostén
del proceso de acumulación sostenida del capital. Del otro, deberá abordarse uno de los
problemas más urgentes para la conciliación y el éxito de las eventuales políticas de co-
rresponsabilidad, a saber, la relación entre el uso de nuevas tecnologías y la escasez de
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tiempo; particularmente, la posición que ocupa la ética del trabajo en este paradigma
de aceleración cultural.
1.1. Desenredando la economía política de los cuidados
El punto de partida de nuestro marco teórico viene dado por el concepto polanyiano
de economía incrustada. Según el célebre lósofo de origen húngaro, las sociedades
precapitalistas se caracterizaban porque en ellas la estructura económica estaba inte-
grada con el resto de instituciones sociales (parentesco, religión, política), de manera tal
que la economía no constituía un ámbito separado, sino subordinado a las exigencias de
la reproducción social. Sin embargo, el capitalismo -liberalismo económico- induciría
durante el siglo XIX un proceso de separación institucional con el objetivo de implemen-
tar un mercado autorregulado. Tal movimiento, que Polanyi denominó “desincrustación
de la economía”, supondrá la pérdida de control por parte de la sociedad sobre sus me-
dios de subsistencia.1
La pretensión de desincrustar la economía del entramado social adquiere en la
actualidad la forma de una cuarta globalización en estado naciente.2 Si el capitalis-
mo posterior a la II Guerra Mundial fue una versión adecentada y bajo la gestión del
Estado nacional del inveterado modelo del laissez faire, el neoliberalismo hegemóni-
co remite hoy a la entronización del capital nanciero, la desterritorialización de los
mecanismos de control políticos y la autonomización de la racionalidad tecnológica.
El mayor relieve de la “producción inmaterial” pone a prueba la separación entre eco-
nomía y política, “en el sentido de que para los productores (trabajo inmaterial) las
relaciones sociales (la política) son la materia de su trabajo”3. En ese sentido los cui-
dados son un engranaje esencial del modo de producción, pues el plusvalor que nutre
la maquinaria de la acumulación no descansa ya sobre la propiedad de los bienes físi-
cos, sino sobre el cognitariado y el trabajo afectivo.4
1 POLANYI, K., La Gran Transformación, Madrid, La Piqueta, 1997, pp. 216 y ss.
2 Esta nueva fase de la globalización trasciende el impacto económico del cambio
tecnológico en el comercio y ujos de capitales o rentas a escala internacional, para incluir las alte-
raciones geopolíticas, el nuevo orden internacional y la transformación del trabajo, la educación o
los movimientos migratorios. A este respecto, vid. PULIDO SAN ROMÁN, A., “Una visión de conjunto de la
Globalización 4.0”, Economistas, 165, 2019, pp. 9-13. Por razones conceptuales, preero emplear el
término “capitalismo tardío” para referir a esta etapa del capitalismo caracterizada por la expansión
del proceso de acumulación, la internacionalización y centralización del capital, la introducción de
la automatización en la producción, y la reducción del tiempo de rotación del capital.
3 Sobre este particular, vid. HARDT, M., NEGRI, T, Imperio, Buenos Aires, Paidós, 2002.
4 Sobre la noción de “cognitariado”, vid. BERARDI, F., La sublevación, México, Surplus Edicio-
nes, 2011.

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