El sector en España

AutorDiego Torrente
Páginas133-169
© Editorial UOC Capítulo V. El sector en España
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Capítulo V
El sector en España
El presente capítulo se dedica a analizar de forma comparada
la estructura del sector privado en España. El objetivo es ofre-
cer una visión global de la situación del sector en relación a los
países europeos. Se ofrecen datos de la estructura empresarial y
profesional de varios países, así como indicadores de seguridad.
En segundo lugar se profundiza en la estructura de las empresas
en España y se hace una referencia breve a cómo se organizan
para la defensa de sus intereses. En tercer lugar se estudia la
estructura profesional del sector entrando a analizar cuestiones
como la formación. Finalmente, se realiza un retrato de quiénes
son los clientes del sector.
1. Estructura sectorial
Un sector económico es un área de actividad en la que los
productos y servicios, los clientes, el marco regulador, y los pro-
blemas son similares o están relacionados. Se puede decir que es
un entorno diferenciado que condiciona a las empresas y actores
que operan en él. Pero también dentro de los sectores suelen
distinguirse subsectores de actividad que tienen ciertas caracte-
rísticas específicas. Dado que las empresas, profesiones y traba-
jadores dentro de un sector comparten condicionantes, intereses
y problemas similares, no es extraño que, en torno a ese sector,
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surjan convenios colectivos, sindicatos, asociaciones patronales,
o marcos legales comunes. Como se ha visto, la legislación cum-
ple una función de ordenamiento de sector. Sin embargo, como
las dinámicas económicas, políticas y sociales de una actividad
son complejas y cambiantes, es frecuente que surjan tensiones
entre la realidad y la regulación.
Para caracterizar un sector, lo primero que se suele hacer
es determinar qué empresas y actividades lo componen. Pero
determinar el tamaño de un sector o acotar sus límites no siem-
pre es fácil ni desde una perspectiva económica, ni tampoco
desde una académica. Para mostrar esa dificultad, no hay nada
mejor que hacer el ejercicio de intentar redactar una definición.
Por ejemplo, se podría definir al sector privado de la seguridad
como el conjunto de todas las organizaciones de titularidad privada,
que persiguen el beneficio económico, y cuya actividad principal se
centra en la prevención de pérdidas económicas, daños materiales, y lesiones
a las personas con independencia de si éstos están causados por
accidentes fortuitos (safety) o suceden en el curso de incidentes
deliberados (security) (aunque, la frontera entre ambas, a menu-
do, es fluida). Bajo esa definición, estaría incluida la prevención
de riesgos laborales, desastres medioambientales, accidentes de
tráfico, incendios, ataques informáticos, la investigación privada,
o la fabricación, instalación y mantenimiento de aparatos elec-
trónicos, cerraduras, cajas fuertes, etc. Como puede verse, desde
un punto de vista conceptual, el sector de la seguridad puede ser
enorme.
Por supuesto, los datos y estadísticas con las que se analiza la
realidad del propio sector no parten de esa definición, sino de la
oficial que realiza el Ministerio del Interior a partir de la Ley de
Seguridad Privada, o bien de la clasificación de actividades eco-
nómicas de instituciones como Eurostat o el INE. Estas serían
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fuentes oficiales. Por otra parte, asociaciones empresariales como
Aproser, a nivel nacional, o la Confederación Europea de Servicios
de Seguridad (CoESS), a nivel europeo, ofrecen sus propios datos.
Algunas fundaciones vinculadas al sector como la Fundación
Seguridad Sociedad realizan sus propios estudios. Al margen de
todo ello, existen varias consultoras, como KPM y otras, que
realizan informes del sector orientados a los negocios. Algunos
investigadores también han realizado estudios del sector en base
a encuestas a las empresas (Torrente 2006). Quizás la fuente más
utilizada son los datos del Ministerio del Interior. Como puede
verse, existen una variedad de fuentes aunque, como sus bases de
cálculo difieren, los datos no son fácilmente intercambiables.
En el sector de la seguridad, suelen diferenciarse varios sub-
sectores. Cada uno de ellos tiene sus propios condicionantes
técnicos y especificidades de mercado, así como sus propias diná-
micas de funcionamiento. El sub-sector más importante es el de
la vigilancia (llamado también de servicios humanos). Se basa en
que un personal especializado (vigilantes, escoltas…) supervisen
in situ las situaciones, y tomen las decisiones más adecuadas en
el caso de una eventualidad. Los servicios humanos se suelen
prestar en espacios dónde los riesgos o las circunstancias pueden
ser variables, donde la vigilancia electrónica (o mecanización
de la seguridad) es compleja, o dónde es precisa la interacción
con el público. Ese tipo de vigilancia requiere de largas horas de
presencia en el puesto, por lo que el precio/hora de los servicios
es determinante en su venta. Como los salarios de vigilancia
son relativamente bajos, y las tareas relativamente sencillas, la
cualificación requerida tiende a ser también media-baja. Pese a
ello, España es de los países de Europa donde más horas de for-
mación se exigen. La seguridad de base humana se considera un
sector tradicional y, al mismo tiempo, central precisamente por el

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