Análisis y gestión de la seguridad

AutorDiego Torrente
Páginas69-112
© Editorial UOC Capítulo III. Análisis y gestión de la seguridad
69
Capítulo III
Análisis y gestión de la seguridad
El presente capítulo tiene el objetivo de mostrar los funda-
mentos analíticos en los que se apoyan los servicios seguridad,
tanto públicos, como privados. El apartado plantea tanto cues-
tiones teóricas, como aplicadas. En primer lugar se analiza el
modelo de análisis racional de riesgos. Éste es el marco más
usado por el sector privado y, por ello, se le dedica más aten-
ción. En punto segundo se presentan otros modelos de aná-
lisis como el psicológico, el sociológico, y otros. El siguiente
apartado presenta la cuestión de la planificación y gestión de
la seguridad. Se analizan también desde una perspectiva princi-
palmente racionalista. Se discute qué es un plan de seguridad, y
qué elementos lo forman. Se explica en qué consiste la gestión
de riesgos y se comentan brevemente casos específicos como
la gestión de emergencias. Finalmente, se explica qué es la eva-
luación, para qué sirve, qué modalidades existen, y qué criterios
se pueden utilizar.
1. Análisis racional de riesgos
Se puede definir el «riesgo» como la posibilidad/probabilidad
de que ocurra una situación adversa. Esa situación no deseada
puede desencadenarse por una decisión propia, una situación del
entorno, o la acción de una tercera persona. La idea de riesgo
© Editorial UOC Análisis de la seguridad privada
70
tiene dos componentes principales: (1) un juicio de valor sobre
unos resultados que no se desean o que se ven como negativos;
(2) la estimación de una probabilidad/posibilidad de que ocu-
rran esos resultados. Expresado como fórmula sería: R = D x P
(Riesgo = Daño x Probabilidad de que ocurra). El concepto se
suele utilizar en contextos donde media una acción o decisión
humana, ya sea de forma directa o indirecta. Se suele reservar
el término «peligro» para designar un suceso desfavorable en el
que no media una decisión humana (un azar de la naturaleza, un
suceso no imputable al factor humano).
Se habla de «incertidumbre» cuando se desconocen tanto los
posibles resultados (no se sabe si serán positivos o negativos),
como la probabilidad de su ocurrencia. La diferencia fundamen-
tal entre riesgo e incertidumbre es que, en la primera, asumimos
que es calculable y gestionable; en el segundo caso, los cálculos
no son posibles. En el mejor de los supuestos, sólo podemos
dibujar posibles escenarios inciertos. Por ejemplo, cuando los
militares tienen que ocupar un país y no saben exactamente que
va a pasar porque hay cientos de variables en juego, suelen traba-
jar con escenarios diversos. Algo similar ocurre en la vida polí-
tica. En estos casos, se desconocen los outputs de la acción (los
resultados posibles, ya sean buenos o malos). Por otra parte, se
desconocen las probabilidades de que ocurra cualquier situación.
Ello hace muy difícil anticipar los acontecimientos, sus implica-
ciones y consecuencias. También se desconocen qué variables
relevantes influyen en la acción y podrían ayudar a tomar una
buena decisión. Como no es posible establecer relaciones causa-
efecto, es casi imposible marcar objetivos o priorizarlos. Con esas
condiciones, generar conocimiento es prácticamente imposible.
La noción de riesgo forma parte de nuestra cultura colectiva
y de la sociedad moderna. Pensamos y gestionamos el mundo
© Editorial UOC Capítulo III. Análisis y gestión de la seguridad
71
en términos de riesgos y oportunidades. La economía, la inge-
niería, la arquitectura y otros campos científicos utilizan cons-
tantemente la noción de riesgo. La idea de riesgo forma parte
del paradigma de racionalidad que, según Max Weber, es el gran
motor de esa sociedad (Weber 1964). Sin embargo, los soció-
logos explican que hemos pasado de una sociedad moderna a
una sociedad postmoderna en la que el paradigma racional se
desvanece. La ciencia pierde capacidad de dar respuesta a los
problemas que se presentan. En la sociedad postmoderna, la
incertidumbre es cada vez mayor y se ha de aprender a convivir
con ella. Muchos aspectos de la vida son cada vez más inciertos:
los mercados laborales, los financieros, el calentamiento global,
las pandemias de la gripe, el trabajo, la familia, etc. La sociedad
global se convierte así en la sociedad del riesgo y, sobre todo, de
la incertidumbre (Beck 1992).
El riesgo se puede analizar desde diferentes disciplinas y, por
tanto, desde diferentes perspectivas. La perspectiva dominante en
el análisis de riesgos es el paradigma racional. Es la visión que se
desarrolla desde las ingenierías, desde el cálculo actuarial, y otras
muchas disciplinas técnicas. También es la perspectiva más exten-
dida en el mundo de la seguridad privada, aunque no la única. Es
muy frecuente que los análisis de riesgos de las consultoras de
seguridad o de las propias empresas del sector se realicen desde esta
visión. Sin embargo, no existe un determinismo y el sector privado
puede trabajar eventualmente desde cualquiera de los modelos que
se comentan en el capítulo. El paradigma o modelo racional parte
de algunas premisas. La principal es que es posible analizar o eva-
luar objetiva y científicamente los riesgos. Por lo tanto, es posible
planificar racionalmente la seguridad y prevenir riesgos. También
se acepta, de forma más o menos general, que el punto de vista
externo del experto es más racional que el de los actores implicados.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR