La seguridad privada

AutorDiego Torrente
Páginas13-35
© Editorial UOC Capítulo I. La seguridad privada
13
Capítulo I
La seguridad privada
El presente apartado tiene el objetivo de introducir algunas
cuestiones previas necesarias para entender la seguridad privada.
Se empieza por definir el concepto mismo de «seguridad», su
importancia, y explicar cómo se relaciona con la salud, el bienes-
tar, o la calidad de vida. En segundo lugar, se explican las diferen-
cias que existen entre lo privado, lo público, y el llamado «tercer
sector». Se comentan las conexiones entre ellos y se introduce el
concepto de privatización. A continuación, se hace un repaso de
la evolución histórica de la seguridad privada. Para finalizar, se
discuten algunas de las principales teorías sociales que tratan de
dar cuenta del auge, y también del rol que cumple la seguridad
privada en la sociedad.
1. Concepto de seguridad
En el lenguaje común, la noción «seguridad privada» se utiliza
en sentidos distintos. Hay veces que se habla de «sector privado»
de la seguridad en contraposición a la seguridad pública o la
Policía. En ocasiones, «seguridad privada» hace referencia a los
servicios que ofrecen las empresas del sector. En otras, se habla
de la «industria de la seguridad» poniendo el acento en la produc-
ción de esos bienes y servicios. Pero, ¿qué es la «seguridad»? El
término proviene del latín securitas. «Seguro» proviene de securus
© Editorial UOC Análisis de la seguridad privada
14
que en su etimología más antigua significa estar tranquilo, cuida-
do. En una acepción antigua, pero posterior, adopta el significa-
do de no susceptible de desaparecer, caerse, perderse, de fallar
en cualquier forma o, en general, de sufrir daño, robo o pérdida
(Moliner 1989). Como se aprecia, la idea de seguridad conlleva
siempre un juicio de valor previo: hay algo que se considera no
deseable y que se intenta evitar. La primera lección a aprender,
por lo tanto, es que se trata de un concepto relativo y que su
significado varía en el espacio y en el tiempo.
Esa relatividad del concepto hace difícil una definición preci-
sa y universal. Ocurre algo parecido con las nociones de salud,
bienestar, felicidad, calidad de vida, u otras importantes para la
vida de las personas. La seguridad absoluta no existe. La vida es,
por definición, riesgo. La seguridad total es la muerte y la certi-
dumbre total hace el cambio imposible. La vida requiere riesgos.
En la vida real, seguridad y riesgo conviven y están íntimamente
entretejidos. No siempre es fácil decir donde acaba una y empie-
za otro. Por ello, quizás la mejor definición de seguridad es el nivel
de riego que se considera aceptable socialmente en cada momento y lugar.
Otra definición, más global e idealista, son las condiciones que
permiten la realización plena de todas las capacidades humanas.
Como el concepto es relativo, para que resulte útil, suele vincu-
larse a un objetivo o finalidad. Las preguntas de ¿seguridad frente
a qué? y, sobre todo, ¿seguridad para qué?, son esenciales a la
hora de diseñar políticas y planes de seguridad (Manunta 2000).
Partiendo de todas esas consideraciones, la seguridad tiene
que ver con el objetivo de evitar o reducir daños o pérdidas
potenciales (o cualquier otra consecuencia no deseada). Éstas
pueden ser tanto materiales, personales, del entorno, como de
derechos o libertades, entre otras. La seguridad siempre mira
hacia delante. Seguridad es ausencia de incertidumbre; es mirar

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR