El patriarcado ecuménico de Constantinopla y España

AutorArchimandrita Demetrio
Cargo del AutorPatriarcado Ecuménico de Constantinopla. Sacra Metrópolis Ortodoxa de España y Portugal
Páginas43-73
EL PATRIARCADO ECUMENICO DE CONSTANTINOPLA Y
ESPAÑA
Archimandrita Demetrio
Patriarcado Ecuménico de Constantinopla. Sacra Metrópolis Ortodoxa de España y Portugal
1. LAS RELACIONES ESPAÑA-BIZANCIO.
1.1. Introducción.
Hasta no hace muchos años, el conocimiento de la cultura, la historia y
la
fe de los ortodoxos era prácticamente inexistente en nuestro país. El Oriente greco-
ortodoxo quedaba muy lejos y, de resultas, las relaciones entre ambos mundos
habían sido pocas. A pesar de todos los factores negativos, (distancia entre los dos
extremos del Mediterráneo, la hostilidad entre los imperios español y otomano...
etc.) las relaciones existieron en forma de peregrinaciones, embajadas, comercio,
matrimonios y, también, guerras.
Para el objetivo que nos ocupa, vamos a dejar de lado la fundación de las
antiguas c
olonias griegas y dividir nuestra exposición, en este capítulo, en tres
periodos: la antigüedad cristiana y bizantina, la época otomana y los flujos
migratorios a partir del siglo XIX.
1.2. Antigüedad Cristiana y Bizantina.
Ahora, no teniendo ya espacio para la predicación en estas regiones, y
deseando ir a visitaros desde hace bastantes años, cuando vaya a España, al pasar
espero veros y que vosotros me encaminéis allá...” Esto decía el apóstol Pablo a los
romanos, expresando el deseo de predicar el Evangelio en los confines del mundo
conocido. A pesar de las antiguas tradiciones, no existen testimonios arqueológicos
que confirmen la visita de san Pablo a España.
Otra antiquísima y venerable tradición asegura la presencia del apóstol
Santiago, tan querido en Oriente, en tierras españolas. Si bien la presencia de los
apóstoles no se puede demostrar por la arqueología, sí constituye el primer puente
44
entre el cristianismo ibérico y el oriental. Lo que sí está claro es que la
evangelización de Iberia fue debida a discípulos directos de los apóstoles. La
primera de quien se tiene noticias es santa Polixena, discípula de san Felipe de
Grecia y del apóstol san Andrés, fundador de la Iglesia de Bizancio, que la bautizó
y cuando la consideró iniciada en la fe cristiana, la envió a España acompañando a
san Onésimo, santa Xantipa y santa Rebeca. Según ciertas Actas del s. VIII, siete
varones enviados desde Roma por san Pedro y san Pablo, fueron los fundadores de
las siete primitivas diócesis de la Bética, algunos de los cuales, como san Cecilio y
san Indalecio, habían sido discípulos de san Dionisio de Atenas. Si bien estas
“Actas son legendarias, contienen un fondo histórico de los fundadores de algunos
obispados y de sus orígenes. Otro personaje a tener en cuenta fue san Hieroteo,
discípulo también de san Dionisio y primer obispo de Atenas, que según algunos
autores, había nacido en Segovia de familia griega.
Hacia el año 304/306 se celebró el Concilio de Elvira, (Granada), al que
asisten diecinueve obispos, entre ellos el de Córdoba, san Osio, que después vivió
en la corte de Constantino, llegando a presidir el I Concilio ecuménico en Nicea.
San Osio fue quien propuso el término “homoousios” como concepto definitivo
contra la herejía arriana. A su influencia se debe también la aceptación de algunos
cánones del Concilio de Elvira, excepto el del celibato eclesiástico que, aunque fue
discutido, no fue aceptado por los padres conciliares. Admirado y elogiado por san
Atanasio de Alejandría, conoció por él la práctica monástica de Egipto, que trajo a
España. En el 343 participó en el Concilio de Sárdica, (actual Sofia en Bulgaria),
junto al obispo Pretextato de Barcelona. El “Sinodicón” griego, que todavía se lee
en la Iglesia Ortodoxa el primer domingo de Cuaresma, da noticias de su presencia
en otro concilio en Córdoba en el 350: “Qua propter Cordubae episcopus
sanctissimus Osius, synodum divinam sanctam episcoporum sua in civitate
congregans, divinitus expositam illustravit doctrinam, comdemnans eosdem, quos
Sardicensis abdicaverat synodus et quos ea absolverat recipiens.
Alrededor del 395, una monja española, Egeria, abadesa en Galicia, realizó
una peregrinación a Jerusalén, vía Constantinopla y Capadocia. Redactó para sus
hermanas de cenobio cuanto vio en su viaje, el
Itinerarium Egeriae
, documento de
notable interés para la filología y la geografía y de valor casi único para la historia
de la liturgia por la descripción pormenorizada que hace de las celebraciones de
Semana Santa y Pascua en Jerusalén. Por las noticias que ofrece el documento, se
sabe que Occidente adoptó, y todavía conserva, ritos del Oriente cristiano.
A principios del siglo V, y a causa de las invasiones de tribus germánicas,
una parte del clero español emigró a África y allí se sometió a la jurisdicción
canónica del metropolita de Cartago. Fue durante este período que comenzó el
desarrollo de la estructura del llamado después “rito visigodo, mozárabe o
hispano
”. De clara influencia siriaca y a través de Egipto, los clérigos

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR