El matrimonio de Francisca de Pedraza: un viaje al infierno

AutorIgnacio Ruiz Rodríguez
Cargo del AutorLicenciado y doctor en derecho por la Universidad de Alcalá de Henares
Páginas135-178
CAPÍTULO IV:
EL MATRIMONIO DE FRANCISCA DE PEDRAZA:
UN VIAJE AL INFIERNO
Introducción
En los capítulos anteriores hemos expuesto ampliamente algunos
de los elementos más singulares que vinieron a identicar, en mayor
o menor medida, la primera etapa vital de Francisca de Pedraza, en-
tre los cuales no está de más el recordar a esa sociedad profundamente
machista215, presente hasta en el más recóndito lugar de la misma (de-
recho, instituciones, campo, ciudad, costumbres, matrimonio, familia,
teatro, literatura, etc.), en donde el papel de la mujer, con sus clásicas
excepciones, no era más que una mera anécdota en comparación con el
protagonismo que asumían los varones. Igualmente hemos expuesto la
idiosincrasia alcalaína, no muy divergente de la existente en los ya por
entonces importantes municipios de la Corona de Castilla, en donde de
una manera ciertamente ordenada, no sin ciertas tensiones, conuían
los distintos poderes jurisdiccionales, tanto en su faceta civil como cri-
minal, y que tenían como elementos más signicativos el poder regio
juntamente con el episcopal.
215 El machismo, expresión derivada de la palabra “macho, se define en el Dicciona-
rio de la Real Academia Española, como la “actitud de prepotencia de los varones respecto de
las mujeres. Indagando más todavía en el término, podríamos acercarnos a una definición
más amplia que al respecto de ello dan algunos movimientos feministas, definiéndolo como
el conjunto de actitudes y prácticas aprendidas sexistas llevadas a cabo en pro del manteni-
miento de órdenes sociales en que las mujeres son sometidas o discriminadas. Además, es
considerado el machismo como causante principal de comportamientos heterosexistas u
homofóbicos, impregnando esa conducta los distintos niveles de la sociedad, arrancando
desde la misma niñez hasta la edad adulta. Pero ahí no acaba todo, ya que estas prácticas
en determinadas ocasiones incorporan al conjunto de actitudes, conductas, determinados
usos sociales y creencias, todas ellas destinadas a justificar y promover el mantenimiento
de conductas percibidas tradicionalmente como heterosexualmente masculinas y, también,
discriminatorias contra las mujeres.
136 Ignacio Ruiz Rodríguez
Finalmente, y casi de una manera minuciosa, hemos analizado
el nacimiento, desarrollo y problemas cotidianos de la Universidad
de Alcalá de Henares, ante la cual nuestra protagonista acabaría acu-
diendo en el año 1624 en el ánimo de obtener justicia, de encontrar
luz en una oscuridad profunda representada por la violencia que pa-
decía.
Como ya advertimos en el prólogo de esta obra, no es mucho pero
tampoco poco lo que conocemos acerca de Francisca de Pedraza, pues-
to que en la documentación procesal existente en el Archivo Histórico
Nacional216, en la cual se inserta además su carta de arras, se aportan
importantes detalles sobre la protagonista de este libro, muchos de los
cuales iremos exhibiendo en las siguientes páginas.
Sobre el momento de su nacimiento, sabemos que Francisca nació
en ese momento histórico tan interesante para la historia de la Monar-
quía Hispánica de nales del siglo XVI, cuando, efectivamente, se había
vinculado al trono del Felipe II la Monarquía Portuguesa –convertido de
este modo en Felipe I de Portugal–,217, extendiendo desde ese momento
sus dominios por todos los lugares conocidos; se había profundizado en
la idea de defensa del Catolicismo frente a los distintos cismas habidos
en el seno de la Iglesia alemana o inglesa. También vivió los reinados de
Felipe III, con el que se iniciaba la época de los llamados Austria s Meno-
res y, nalmente, los primeros de Felipe IV, el que seguramente fuera el
más culto de todos estos reyes que vinimos a conocer con el nombre de
los Habsburgos Españoles.
216 A.H.N., Universidades, Leg. 191 (3).
217 El monarca español, proclamado como Felipe I de Portugal, lograba de este modo
la unión dinástica y territorial de la península Ibérica en su persona. Igualmente, Felipe II
también fue conocido como Felipe I en la Corona de Aragón.
La sociedad frente a la violencia machista. Francisca de Pedraza 137
218
Sabemos, igualmente, que había quedado huérfana cuando tenía
cuatro años, puesto que sus padres (llamados, como ya advertimos, Juan
de Pedraza y Mari Sánchez) habían fallecido, sin que los documentos
nos indiquen el motivo de aquellas tan sensibles pérdidas para una niña
aun tan pequeña. Las crónicas de la época, nos informan de ciertas epi-
demias que recorrieron la península Ibérica de Norte a Sur o de Este a
Oeste. Entre ellas podríamos citar las siguientes:
- 1580. Inuenza y dieria en el conjunto de las tierras de Espa-
ña
- 1584. Epidemia de peste en varios lugares de Europa
- 1589. Epidemia de viruela en Valladolid
- 1590. Tifus en Valladolid
- 1595. Tifus en varios lugares de España
Lejos de desaparecer tales males de la geografía española, el siglo
XVII comenzaba con nuevos azotes, en forma una vez más de epide-
mias, como son los siguientes casos:
- 1603. Peste en Jaén
- 1605. Anginas membranosas en varios lugares de España
- 1608. Dieria en Andalucía
En algunas ocasiones, en determinados escritos, algunas personas
la han calicado de expósita, cuando realmente no lo fuera. En este sen-
218 Epidemias de peste en los siglos XVI y XVII. Mapa elaborado por el Instituto
Geográfico Nacional. Atlas Nacional de España. Compilación científica de Daniel Galván.

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