Introducción. La delincuencia juvenil femenina. Problemática de su estudio

AutorSergio Cámara Arroyo
Cargo del AutorDoctor en Derecho UAH - Doctor en Ciencias Forenses UAH - Prof. Contratado Dr. Departamento de Derecho penal y Criminología UNED
Páginas15-41
I. CAPÍTULO PRIMERO: INTRODUCCIÓN. LA
DELINCUENCIA JUVENIL FEMENINA. PROBLEMÁTICA
DE SU ESTUDIO
1.1. JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN
1.1.1. El sexo/género y la edad como factores criminógenos
Dos de los factores que más se relacionan con el fenómeno criminal son la edad
y el sexo/género1. A priori, tal a rmación no debe sorprender a aquellos que se han
aproximado al estudio de la Criminología juvenil pues, después del sexo, “la edad es
uno de los dos factores más sólidamente correlacionados con la comisión de hechos
delictivos”2. Es bien conocido en el ámbito criminológico el hecho de que los varones
cometen muchos más delitos que las mujeres3. En el contexto de la delincuencia juvenil,
también concurre idéntica desproporción en el número de delitos cometidos entre
ambos sexos: las chicas menores cometen muchos menos delitos que los chicos de su
1 Vid. Rechea Alberola, C. (Dir.): Balance de los cinco primeros años de vigencia de la L.O. 5/2000,
reguladora de la responsabilidad penal de los menores. Informe Consejo General del Poder Judicial. Sección
de Estudios Sociológicos y Estadísticos, Madrid, 2008, p. 6. En el mismo sentido, Serrano Tárraga, M.D.:
Criminología. Introducción a sus principios. 2ª Ed., Dykinson, Madrid, 2018, p. 168; Serrano Tárraga, M.D.:
Delincuencia femenina. Un estudio sobre tendencia, control y prevención diferenciales desde la perspectiva
de género. Tirant Lo Blanch, Valencia, 2020, p. 17; Serrano Tárraga, M.D.: “Evolución de la delincuencia
juvenil femenina a los veinte años de la entrada en vigor de la LORRPM”, en Abadías Selma, A., Cámara
Arroyo, S. y Simón Castellano, P. (Coords.): Tratado sobre delincuencia juvenil y responsabilidad penal del
menor. Wolters Kluwer, La Ley, Madrid, 2021, p. 620.
2 Vid., por todos, Serrano Maíllo, A.: Introducción a la Criminología. 6ª Ed., Dykinson, Madrid, 2009;
el mismo: El problema de las contingencias en la teoría del autocontrol. Dykinson, Madrid, 2011, p. 77;
quien expone que “después del sexo, la edad es el correlato más sólido del delito”; en los mismos términos,
Vázquez González, C.: Delincuencia juvenil. Dykinson, Madrid, 2019, p. 10.
3 Vid. Serrano Maíllo, A.: Patrones y procesos delictivos. La naturaleza y características del delito en la
sociedad contemporánea. Dykinson, Madrid, 2019, p. 148. Una tendencia que se ha mantenido más o menos
constante, de manera independiente a los límites temporales y culturales; Gottfredson, M. & Hirschi, T.:
A general theory of crime. Stanford University Press, Stanford, 1990, pp. 144 y ss.; Tittle, C. & Paternoster,
R.: Social deviance and crime: an organizational and theoretical approach. Roxbury, Los Angeles, 2000,
pp. 316 y ss. No obstante, como se expondrá más adelante, algunos estudios apuntan hacia un aumento de
la delincuencia femenina que, en todo caso, debería mediarse por tipologías delictivas separadas. Así, por
ejemplo, Marchiori, H.: “Personalidad de la mujer delincuente”, en Piña y Palacios, J. (Coord.): La mujer
delincuente (curso impartido en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en febrero de 1980).
UNAM, México D.F., 1983, p. 191 y también en Marchiori, H.: El estudio del delincuente. Estudio y análisis
del delito. Porrúa, México, 2001, quien indica que el crecimiento de la delincuencia femenina ha sido
especialmente acusado en países latinoamericanos.
SERGIO CÁMARA ARROYO
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misma edad4, si bien dentro de la delincuencia femenina global la mayor proporción
de delitos es cometido por las mujeres más jóvenes5.
La juventud se convierte, de este modo, en un factor criminógeno que acumula
un buen número de hechos delictivos: los menores cometen más delitos en pro-
porción a los adultos (en España aproximadamente el 12 o 13% de la delincuencia
total). G, S y R han expuesto que la delincuencia de los
jóvenes entre 16 y 22 años es cinco o seis veces superior a la que puede encontrarse
entre individuos de edades superiores a la referida6. Parece claro que ambas varia-
bles –sexo y edad– deben converger de tal modo que resulte que la delincuencia
juvenil femenina es mayor en proporción que la de sus homólogas adultas, pero
sustancialmente menor que la perpetrada por sujetos de sexo masculino de su
misma edad7.
4 Como expone Vázquez González, “la diferencia más notable entre los jóvenes delincuentes y lo
no-delincuentes reside en el sexo al que pertenecen. Es un hecho contrastado, con independencia de cuál
sea el método de medición de la delincuencia utilizado, que los hombres (niños, adolescentes, jóvenes y
adultos) delinquen mucho más que las mujeres en todas las etapas de su vida, acrecentándose todavía más
la diferencia, cuando nos referimos a delitos violentos.
Los datos que nos ofrecen las estadísticas o ciales (del mismo modo que las encuestas de autoinforme)
no ofrecen el más mínimo resquicio de duda, re ejando que la criminalidad masculina es muy superior
a la femenina, en adultos y también en jóvenes. Según datos del INE, las infracciones penales cometidas
por las chicas de 14 a 18 años vienen a representar alrededor del 15% del total de las infracciones penales
cometidas por menores de edad”; Vázquez González, C.: Delincuencia juvenil… ob. cit., p. 16. Al respecto,
también Vid. Realpe Quintero, M.F. & Serrano Maíllo, A.: “La brecha de género en la criminalidad: Un
test de la teoría del poder-control mediante modelos de ecuaciones estructurales con datos del Estudio
de Delincuencia Juvenil de Cali”, en Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, Nº. 18-21, 2016, p. 2;
quienes indican que “la criminalidad de las chicas no sólo es menor sino que, además y como testimonian
las dos razones, se limita a un abanico de infracciones penales relativamente pequeño y más leve”, siguiendo
la investigación de Mof tt et Al., a la que posteriormente me referiré en este estudio.
5 Vid. Bertrand, M.A.: “Self-Image and Delinquency: A Contribution to the Study of Female Criminality
and Woman’s Image”, en Acta Criminológica, Nº. 2(1), 1969, p. 73. Sin embargo, algunos autores exponen
que las mujeres presentan un segundo incremento en los grupos de mayor edad (entre 40 y 54 años); Vid.
Gunn J. & Taylor P.: Forensic Psychiatry. Clinical, legal and ethical issues. Butterworth Heinemann, London,
1995. Según explican Romero & Aguilera, “la experiencia clínica señala que esta diferencia se encuentra
en un grupo de mujeres socialmente aisladas, solas, que padecen depresiones profundas; generalmente
acusan problemas de alcoholismo y son primodelincuentes, a diferencia de los hombres que a la misma
edad, generalmente son reincidentes”; Cfr. Romero, M. & Aguilera, R.M.: “¿Por qué delinquen las mujeres?
Perspectivas teóricas tradicionales. Parte I”, en Salud Mental, Vol. 25, Nº. 5, 2002, p. 15. Además, a esto habría
que añadir que, al menos en España, entre los varones también existe un aumento de conductas delictivas
en la edad adulta entre los 40 y los 50 años. Normalmente, esta segunda curva de la edad parece responder
a determinadas políticas criminales y a la criminalización de determinadas conductas accesibles para este
periodo de edad: fundamentalmente delitos de cuello blanco y delitos contra la seguridad vial. No obstante,
Vid. Loinaz, I. y Cárdenas, M.: “Diferencias de sexo en la delincuencia juvenil”, en Abadías Selma, A., Cámara
Arroyo, S. y Simón Castellano, P.: Tratado sobre delincuencia juvenil y responsabilidad penal del menor.
Wolters Kluwer, La Ley, Madrid, 2021, p. 596; quienes exponen que “en el contexto español menos de 2 de
cada 10 infracciones juveniles son cometidas por mujeres, proporción baja pero que, sin embargo, duplica
a la representación de mujeres adultas reclusas”.
6 Vid. Garrido, V., Stangeland, P., Redondo, S.: Principios de Criminología, 3ª Ed., Tirant lo Blanch,
Valencia, 2006.
7 Según algunos estudios realizados a edades muy tempranas (10-12 años), incluso el doble: “los niños
cometieron conductas antisociales al doble de la tasa de niñas”; Cfr. Smith, D.J. & McVie, S.: “Theory and
Method in the Edinburgh Study of Youth Transitions and Crime”, en British Journal of Criminology, Vol. 43,
2003, pp.169-195.

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