Introducción

AutorJuan Pablo Montiel
Páginas285-287
285
XV. INTRODUCCIÓN
Juan Pablo MONTIEL
Entre los numerosos factores que se identif‌icaron en el primer capítulo
como desencadenantes de la crisis de la legalidad, es necesario destacar aquí
al menos dos de ellos: la intensif‌icación de los procesos de internacionalización
y europeización del Derecho penal y la creciente atención puesta por el Derecho
penal en el ámbito empresarial, f‌inanciero y económico. Tales fenómenos han
puesto de manif‌iesto prácticas legislativas y judiciales bastante alejadas de las
que serían esperables de un seguimiento riguroso del principio de legalidad,
entendido en su versión clásica. En tal sentido, parece comprensible que
sobre la denominada «crisis de la legalidad» recaiga una mirada más bien
pesimista y se entienda que estamos ante un claro momento de involución o
retroceso jurídico.
Sin embargo, todos estos fenómenos han complicado notablemente el
material de trabajo del penalista y le han presentado nuevos desafíos, que
lo obligan a realizar renovados esfuerzos teóricos para explicar la proble-
mática y acercar una solución jurídico-penalmente plausible. Es importante
que reconozcamos que el tipo de problemática que arroja desde siempre la
criminalidad clásica no ha exigido un alto nivel de sof‌isticación en nuestros
análisis del principio de legalidad. Por ejemplo, la comprensión tradicional
del mandato de lex certa era fácilmente predicable en relación a cierta (aun-
que muy representativa) criminalidad poco compleja. Esta sencilla compren-
sión del mandato de taxatividad recibió un primer golpe con la proliferación
de las leyes penales en blanco (en general) 1 y actualmente recibe un segundo
con el fenómeno de la autorregulación empresarial. Lo curioso de este úl-
timo caso es que, pese a ponerse en tela de juicio el principio de reserva de
ley, los niveles de certeza jurídica se mejoran notablemente, reduciéndose
1 Tal es así, que la doctrina y jurisprudencia, conscientes de la utilidad de estas leyes pero
también de los problemas de legalidad que con ellas af‌loraban, debieron reinterpretar la legalidad
y sus exigencias para evitar que todas las leyes penales en blanco sean declaradas inconstitucio-
nales.

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