Epílogo
| Autor | Jahel Queralt Lange |
| Páginas | 261-270 |
EPÍLOGO
La historia de
LA FONTAINE
con la que empezábamos sobre el avaro merca-
der que se arruinó por su propia imprudencia plantea varias preguntas relevan-
tes desde el punto de vista de la justicia. ¿Debemos ocuparnos del mercader?
¿Podemos abandonarle en su miseria o estamos obligados a procurarle una vida
decente? ¿Qué exige la justicia respecto a aquellas desventajas originadas por
la actitud poco prudente del que las padece? Una respuesta completa a estas
cuestiones exige analizar el caso del mercader teniendo en cuenta otras concep-
ciones de la justicia distributiva, no solo la liberal igualitaria. Para concluir que
una solución determinada es la más adecuada al problema de la justicia distri-
butiva hacen falta argumentos que muestren su superioridad respecto a las so-
luciones alternativas. No obstante, conviene recordar nuestro punto de partida
y objetivos. Este trabajo no es una defensa del liberalismo igualitario o, mejor
una concepción de la justicia contribuye a defenderla. Su propósito principal
es, como se anunciaba al principio, explorar la relación que existe entre la res-
ponsabilidad individual y la justicia igualitaria. Se ha analizado esta cuestión
en la solución rawlsiana y en distintas versiones del igualitarismo de la suerte
que se autoproclaman herederas de
RAWLS
distributiva se ha desarrollado dando por sentadas las premisas básicas del li-
beralismo igualitario (
ARNESON
, 1989: 77; y
DWORKIN,
2000: 65). Se discute
sobre cuál es la mejor interpretación de los ideales de libertad e igualdad distri-
butiva, pero rara vez se cuestiona que la justicia exige una combinación de
ambos. Sin embargo, el consenso en la academia sobre esta cuestión no se re-
produce fuera de ella. Salvo alguna excepción, en los últimos años nuestras
-
dad en aras de una idea de libertad incompatible con la redistribución de recur-
sos. Como se apuntaba al comienzo, estas políticas han sido muchas veces de-
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