Amilton Bueno De Carvalho: un derecho de opciones con naranjas dulces y amargas

AutorDavid Sánchez Rubio
Páginas133-137
133
CAPÍTULO SÉPTIMO.
Amilton Bueno de Carvalho:
un derecho de opciones con naranjas dulces y amargas 9
Una de las características, entre muchas otras, que posee la bella y monu-
mental ciudad de Sevilla es la de sus árboles. Entre ellos destacan los naranjos.
En primavera, el color y el olor de las flores de azahar dejan su senda a todo
aquel que camina por las calles hispalenses, que queda, además, embriagado
en Semana Santa cuando se mezcla con el olor del incienso.
En La Rábida (Palos de la Frontera, Huelva), en el año 1995, cuando se
inició la primera edición del Programa de Maestría de Teorías Críticas del
Derecho y la Democracia dirigido por el admirado y querido Joaquín Herrera
Flores y coordinado por mí, Amilton Bueno de Carvalho preguntaba sorpren-
dido en el patio donde se encontraban las aulas de la Sede Iberoamericana
de La Rabida de la Universidad Internacional de Andalucía y señalando un
frondoso naranjo, por qué había en las calles de Sevilla tantos árboles con
sus naranjas colgando y por qué la gente no las cogía y se las comía. Si algo
me cautiva empáticamente de mis amigos brasileños, es su sentido del humor
y el sentido irónico que muchos de ellos le dan a la vida. Los que estábamos
presentes, aprovechando lo que para nosotros era una ingenua e inocente
pregunta, le contestamos serios que los sevillanos tienen un gran respeto por
sus jardines y sus árboles y que eso se reflejaba con las naranjas. Con más ra-
zón, esa pleitesía se manifestaba con el hecho de que, curiosamente, esos fru-
tos eran dulces y jugosos, pero a pesar de ello, la gente no se los comía. Y le
dijimos a Amilton que probara una naranja para que comprobara su delicia y
entendiera el significado de respetar los árboles y sus frutos. Decidido, el juez
gaucho, que estaba de estudiante ese año en la Maestría, cogió una, la miró,
la abrió y le dio un mordisco. Nunca olvidaré su expresión de desagrado al
experimentar el sabor agrio y amargo de la fruta. Amilton pudo obtener la
respuesta a su pregunta y, rápidamente entendió ese respeto de los sevillanos
por las naranjas. Evidentemente todos nos reímos con la broma.
9 Trabajo publicado en VV.AA. (2016), Para além do Direito Alternativo e do garantismo jurídico: ensaios
críticos em homensagem a Amilton Bueno de Carvalho, Lumen Juris, Rio de Janeiro.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR