Prólogo

AutorRosalía Estupiñán Cáceres e Inmaculada González Cabrera
Páginas17-20
Prólogo
Etimológicamente hablando la tarea que hoy se nos encomienda, y que asu-
mimos gustosas, proviene del griego προλογοςy y fue acogida posteriormente por el
latín bajo la locución prol̆gus. Prologar, en fin, es siempre un ejercicio de profunda
responsabilidad. Recae en quienes suscriben estas palabras la labor de ofrecer una
visión totalizadora del trabajo que sigue tras estas páginas. Nos solicita su autora que
aportemos en esta breve nota una perspectiva holística de su investigación. Y mien-
tras la redactamos, nos imbuimos del compromiso de anticipar la cuestión, como lo
hiciera en 1967 el telonero de un concierto de The Monkees. Puede consultarlo si lo
desea, aunque se lo anticipamos, fue Jimi Hendrix y al igual que al autor de Purple
Haze nos corresponde captar la atención de quien todavía se encuentra dubitativo.
Será esta la segunda vez que asumamos esta empresa pretendiendo nuevamente, al
igual que los helenos, exponer previamente las bases y contextualizar al lector de este
trabajo. Sirvan estas líneas, en argot teatral, como programa de mano o antesala de la
temática estudiada.
Resulta incontestable que el sistema financiero se encuentra, a día de hoy, en el
eje de un punto de inflexión potenciado por una transformación digital sin preceden-
tes. Forzoso es reconocer que tras él subyacen una serie de razones socioeconómicas
cuyo catalizador bien puede situarse en la crisis económica que comenzó 2007. Sin
embargo, amén de los antecedentes económicos, pueden citarse otras causas como
el desarrollo tecnológico, el masivo uso de internet, el acceso a los mercados de una
nueva generación de intervinientes eminentemente digitales, los millenials, el creci-
miento de la economía colaborativa, o la erosión de la confianza en el sector financie-
ro tradicional.
Sea como fuere, lo cierto es que todos esos factores sirvieron, en mayor o menor
medida, a la definitiva implantación de las nuevas tecnologías en los mercados finan-
cieros bajo el neologismo de fintech. Más, conviene advertir, no se trata prima facie
de un novedoso advenimiento. En efecto, el sector financiero siempre ha procurado

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