Funcionamiento ejecutivo en educación infantil
| Autor | Esperanza Bausela Herreras |
| Páginas | 21-66 |
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FUNCIONAMIENTO EJECUTIVO
EN EDUCACIÓN INFANTIL
Funciones Ejecutivas: aproximación conceptual
El concepto empírico de función ejecutiva se elaboró a partir
de la investigación neuropsicológica realizada en pacientes
con lesiones prefrontales, principalmente en la región dorsola-
teral y en animales de experimentación (Fuster, 1989), siendo
Luria quien lo esbozó en su libro Higher Cortical Functions in
Man (1966).
Luria (1966) es el primero que plantea los postulados más
innovadores, relacionando las funciones ejecutivas con las
funciones intelectuales. Para él, las funciones intelectuales
tienen un primer componente que denomina intelecto estático
o formal que forma parte de aquellas capacidades que inter-
vienen en actividades como la conceptualización, el juicio o el
razonamiento. El segundo componente es el intelecto dinámi-
co, abarca todas aquellas capacidades necesarias para solu-
cionar cualquier tipo de problema intelectual, que se descom-
ponen a su vez, en capacidades como: planteamiento del pro-
blema, construcción de la hipótesis resolutiva, ideación de
estrategias para confirmar o desechar la hipótesis y la elec-
ción de las tácticas adecuadas. Todas las funciones de este
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intelecto dinámico se resumen como “la ejecución de un pro-
grama de acción orientado hacia el futuro”.
Luria (1973) conceptualizó las funciones ejecutivas, refirién-
dose a un grupo de funciones reguladoras del comportamiento
humano cuando “cada actividad humana comienza con una
intención definida, dirigida a una meta y regulada por un pro-
grama específico que necesita de un tono cortical constante”.
Las funciones ejecutivas comprenden para Lezak (1982:281)
“las capacidades mentales necesarias para formular metas,
planificar la manera de lograrla y llevar adelante ese plan de
manera eficaz”, son, por tanto, las capacidades que permiten
llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y socialmente
aceptada.
Sholberg y Mateer (1989) consideran que las funciones ejecu-
tivas abarcan una serie de procesos cognitivos entre los que
destacan: anticipación, elección de objetivos, planificación,
selección de la conducta, autorregulación, autocontrol y uso
de realimentación.
Las funciones ejecutivas son un conjunto de procesos cogniti-
vos vinculados al funcionamiento de la corteza prefrontal
(principalmente), involucradas tanto en el control de la cogni-
ción como en la regulación de la conducta y el pensamiento.
Son la base de la habilidad para establecer un objetivo y tra-
bajar hacia ese objetivo (Diamond, 2013; Lehto, Juujärvi,
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Kooistra, & Pulkkinen, 2003; Miyake et al., 2000), coordinando
pensamiento y acción (Hendry, Jones, & Charman, 2016).
Son, por consiguiente, fundamentales para diversos aspectos
de la vida diaria (Espy, McDiarmid, Cwik, Stalets, Hamby, &
Senn, 2004; Harvey, & Miller, 2017; Morgan, Farkas, Hille-
meier, Pun, & Maczuga, 2019) y desarrollo cognitivo, social y
psicológico (Diamond, 2013). Al mismo tiempo, su desarrollo
se relaciona con una menor incidencia de trastornos del com-
portamiento (Berthelsen, Hayes, White, & Williams, 2017; Mo-
rea y Calvete, 2020).
Funciones Ejecutivas: dimensiones
Las funciones ejecutivas implican procesos que involucran
intencionalidad en el control de impulsos, atención, pensa-
miento y comportamiento (Miyake, Friedman, Emerson,
Witzki, Howerter, & Wager, 2000; Zelazo, & Carlson, 2012).
Incluyen dimensiones diversas, tales como, flexibilidad cogni-
tiva, control inhibitorio, memoria de trabajo (Anderson, 2002;
McCloskey, Perkins, & Van Divner, 2009; Zelazo, Carlson, &
Kesek, 2008), todas ellas fundamentales para el funciona-
miento del ser humano en sociedad.
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