El contexto rural español y la importancia de la ciberpolítica

AutorCristina Benlloch
Páginas643-653

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1. Introducción

El primer problema al que se enfrenta nuestro trabajo es el de establecer un concepto operativo de ruralidad, puesto que todavía hoy este se encuentra en discusión. Así, la definición de las unidades territoriales que se clasifican como rurales no es tan sencilla como se pueda considerar a priori, sino que se trata de un entramado complejo de características. Tanto es así que la comunidad científica no se expresa de forma unánime en relación con el criterio que se establece para la separación entre lo rural y urbano. Esto conlleva la dificultad para conocer y comprender la realidad que en ellos se esconde (Camarero et al., 2009), a la que se suman los cambios que se han producido en las últimas décadas y que hacen más complejo el consenso (Ceña, 1992; Esparcia, 2002).

En relación con el disenso, es posible afirmar, finalmente, que existen dos criterios para dividir lo rural de lo urbano: el criterio territorial y el tradicionalista. El primero hace referencia al tamaño poblacional; el segundo,

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a criterios de tipo "culturalista", como, por ejemplo, las costumbres de los habitantes que en ellos residen.

No obstante, esta clasificación basada en las costumbres se ha dejado de utilizar, porque el ámbito rural se ha transformado en los últimos años (Camarero et al., 2009), y no se puede afirmar que existe una cultura diferenciada en estos contextos.

En relación con las clasificaciones por tamaño, se puede empezar con la que establece el Instituto Nacional de Estadística (en lo sucesivo INE), que considera tres niveles de división: rural, semirrural y urbano. Serían municipios rurales aquellos que tienen menos de dos mil habitantes; semirrurales, los que están entre dos mil y diez mil; y urbanos, los que los 139 superan .

Para Camarero (Camarero et al., 2009; Camarero, 1993), esta clasificación que reduce los municipios rurales a los menores de dos mil habitantes supone una distorsión de la realidad, debido al reducido número de los mismos (en el Anexo I es posible ver el mapa de municipios si únicamente seleccionamos los de dos mil habitantes o si ampliamos hasta diez mil). Atendiendo a la definición estrictamente rural del INE, en España la población y los municipios rurales representarían un porcentaje muy reducido (según los datos de padrón de 2014, se trataría del 6 % del padrón de habitantes), mientras que, al situarlo en el límite de los diez mil, sería un 21 % de la población española, y el porcentaje de entidades rurales sería de cerca del 80 % de los municipios.

Es por ello que Camarero sitúa la línea en los diez mil habitantes, en contraposición a lo urbano, que serían aquellas unidades territoriales que están por encima de ese umbral. Esta es la definición sobre la que se trabajó

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en la investigación, tomando como rural los municipios de menos de diez mil habitantes, igual que hizo Camarero en su estudio (Camarero et al., 2009).

No obstante, algunos han seguido usando como delimitador entre lo rural y lo urbano los factores de tipo cultural, es decir, la vinculación con la agricultura, la ganadería, o incluso lo que se ha venido llamando una forma de vida rural (García Sanz, 1994).

En la...

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