El conflicto capital-trabajo en las nuevas condiciones de acumulación mundial

AutorJoaquín Arriola,Luciano Vasapollo
CargoDepartamento de Economía Aplicada I ,Director Científico del Centro Estudios CESTES y de la revista Proteo
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El conflicto capital-trabajo en las nuevas condiciones de acumulación mundial 1

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"Saludos, Damián Drake. Si estás viendo esto, sabrás que el mundo corre un grave peligro. La corporación ACME intenta apropiarse de un diamante, el Mono Azul, una gema con poderes sobrenaturales para convertir a las personas en monos, y a la inversa. El objetivo del presidente de ACME es convertir a la población en esclavos monos para fabricar artículos de baja calidad, y volverlos personas para que luego los compren"

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1. Nuevas estrategias de organización del trabajo: flexibilización y articulación internacional del ciclo del producto

Partimos de la premisa de que la superación de la fase fordista ha llevado al nacimiento de los nuevos modelos de acumulación flexible. El principio que guía estos modelos está fundado en el hecho de que es la demanda la que fija la producción con relación a los procesos de competencia global y desenfrenada, frecuentemente imperfecta. Por consiguiente, la competencia se basa cada vez más en la calidad del producto y la calidad del trabajo. Se desarrolla así una fase cada vez más caracterizada por recursos inmateriales de capital intangible. Esta estructuración del capital se construye sobre el trabajo manual de bajo salario, deslocalizado y cada vez menos reglamentado, con servicios externos y con escaso contenido de garantías que permiten el uso, y no como antes; sobre las conexiones entre la cantidad producida y el precio (elementos típicos del fordismo). Esto significa "el fin del trabajo" y el nacimiento de nuevas tipologías y de una nueva organización del trabajo, dentro del modo de producción capitalista basado en la centralidad de la explotación capitalista.

Aunque los ideólogos de la economía política clásica, y también varios de los secuaces del liberalismo, reconocen a veces estos conflictos, sin embargo, según Marx, no comprenden que el elemento conflictivo es la misma sustancia del sistema capitalista. Todos los fuertes contrastes que oponen a los grupos sociales componentes de la sociedad civil encuentran su motivación central, real, en el conflicto fundamental entre capital y trabajo asalariado. Ésta es, precisamente, la "contradicción" que empuja continuamente hacia su "superación", según la dialéctica hegeliana.

En este ultimo decenio, el trabajador precario como figura marginal y de "apoyo" a la producción, ha adquirido cada vez más importancia, convirtiéndose en un componente consistente del mundo del trabajo. Actualmente es difícil prever su "superación" en nuevas modalidades de trabajo estable, o su total sustitución. Aunque es cierto que las necesidades de estos trabajadores, sobre todo jóvenes, y su tutela se han convertido en una cuestión central para cada fuerza antagonista y alternativa del actual sistema liberalista

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2. El capital, la información y los procesos del trabajo post-fordista

El concepto clásico de trabajo está en crisis gracias a la economía del capital de información, que representa el fundamento del capitalismo llamado post- moderno. De hecho la creación de valor no se funda-como antes- en la explotación del obrero de la fabrica fordista, sino que viene extraído de cada actividad de la fábrica social generalizada. La economía de la información controla y desarrolla la potencia de la acumulación flexible sometiendo a los sujetos sociales a la potencia de la tecnología de la información de la comunicación que ahora domina no solamente el tiempo de trabajo, sino también el tiempo del vivir social en su integridad.

La crisis del sistema, debida al proceso de transformación del trabajo en la sociedad post-fordista, también puede ser explicada por los procesos de transformación del trabajo con predominante contenido inmaterial. De hecho este tipo de trabajo se caracteriza extensivamente mediante las formas de cooptación social que van más allá de la fábrica y del trabajo productivo, e intensivamente a través de la comunicación y de la información, recursos del capital de la abstracción o intangible. El trabajo inmaterial se entiende como un trabajo que produce el "contenido informativo y cultural de la mercancía", que modifica el trabajo obrero en la industria y en el terciario, donde las tareas se subordinan a la capacidad de tratamiento de la información, horizontal y vertical. Se utilizan para tal fin estructuras sociales y recursos cada vez más inmateriales siguiendo el principio de costo mínimo y máximo beneficio, actuando siempre sobre los recursos del capital intangible, a partir del capital información, realizando, en clave cada vez más estratégica, la lógica del máximo grado de adaptabilidad a las exigencias del mercado, aunque a veces se disfrazan como recursos de las exigencias de vida del trabajador.

En el contexto capitalista general, la información electrónica ha adquirido un papel estratégico y dominante, tanto en el terreno de la producción y de la acumulación, como en aquel del consumo y, sobre todo, en el plano de la flexibilidad social.

En este ámbito ejerce un papel fundamental la "comunicación", en el momento en que la información entra a formar parte del nuevo proceso productivo, es de hecho la comunicación la que obliga a una flexibilidad cada vez más fuerte. Igualmente en el campo de la distribución a través de las nuevas formas de comunicación informática, se verifica el traslado del poder de las grandes empresas a las nuevas cadenas de distribución.

Pero el instrumento del obrero de la fábrica fordista, así como el de cada una de las actividades en la fábrica social generalizada, sucede de todas formas siempre a través de la apropiación de plusvalía y plustrabajo.

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Post-fordismo, flexibilidad y papel de la comunicación en el proceso productivo

El paradigma de la acumulación flexible es central para los nuevos planes de desarrollo del capital, resulta entonces necesario actuar según el principio de la flexibilidad, que puede ser adoptado sólo si la empresa y el sector social están en grado de adecuarse con rapidez a los cambios en proceso.

"En todo el mundo las empresas persiguen el ideal de utilizar la fuerza de trabajo más o menos en el modo en el cual utilizan la energía eléctrica poniendo-cuando, hace falta, el interruptor en on u off- porque así se comportan casi todas. De esta manera los costos por contabilizar en el balance resultan fuertemente reducidos"2.

Por capital humano se entiende todos los recursos humanos calificados a disposición de las empresas para la producción; el capital humano se forma y acumula desde la infancia de la persona, e igualmente de las familias en formación, provee ingresos de trabajo en la edad laboral; y así los costos se representan en los gastos para la formación de la persona mientras que los beneficios son la remuneración que el capital humano logra acumular, en particular de conformidad a su grado de flexibilidad funcional en la empresa y en los procesos de acumulación de capital.

Se habla de flexibilidad empresarial así como de capacidad del empresario, de la alta dirección, de los centros con poder de decisión de empresa, de actuar optimizando el uso de los recursos de información y de comunicación. Con ello se logra la actualización de las trayectorias empresariales que se adaptan y permiten, no sólo producir bienes y servicios dirigidos a mercados diversos, sino que además, con el pasar del tiempo, se puede manejar el delicado diseño estratégico empresarial de la condición social general a la cultura de empresa.

Y es en este contexto que algunos autores piensan que se pueda encontrar la manera de realizar una "posibilidad de parte del trabajador o trabajadora de escoger caso por caso la especie y el genero de flexibilidad que prefiera... Tal posibilidad era denominada ya desde el inicio de los años ochenta, por los sociólogos del trabajo, como la "revolución del tiempo libremente elegido"3. Pero la importancia del capital de información deriva del hecho de que cada unidad de decisión, o sujeto que decide en la empresa, tiene necesidad de buscar, adquirir y elaborar información para realizar una gestión económica equilibrada, controlando la inteligencia social y el conflicto de clase, y es precisamente por esto que la flexibilidad y la precariedad del trabajo son condiciones imprescindibles para los nuevos procesos de acumulación capitalista post-fordista.

Es claro que todo esto se deriva de una profunda modificación de la empresa ya estructurada en las estrategias de venta y en la relación con el consumidor,Page 22que lleva a considerar el producto primero bajo el aspecto de la venta y solo a continuación bajo el de la producción.

En todo caso el principio de la flexibilidad concierne además de a la relación con la fuerza trabajo, a los aspectos internos y típicamente de gestión de la empresa, habiendo tenido importantes cambios estructurales, de comunicación y de decisión respecto al modo de plantear la planificación y el control, situando el recurso comunicación como central también hacia el exterior de la empresa y hacia toda la parte social.

El desarrollo de la comunicación, del lenguaje en el ámbito de la producción, es el verdadero origen del cambio económico y productivo que estamos viviendo. El cambio de culturas, de esquemas intelectuales y convicciones políticas, es vinculado a...

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