Actividades varias

AutorLeón Valle, Francisco Javier
Cargo del AutorDoctorado en Derecho Ambiental
Páginas71-79

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En este tipo de actividades haremos referencia a otros emisores acústicos presentes en nuestras calles, además del tráfico rodado y de las actividades de ocio, como trabajos en la vía pública, sirenas, alarmas, publicidad sonora77 y operaciones de carga y descarga.

5.1. Trabajos en la vía pública

Los ruidos ocasionados por este tipo de actividades proceden de máquinas como martillos mecánicos, con niveles sonoros alrededor de los 90 decibelios78. Por esta razón las distintas ordenanzas municipales prohíben el empleo de maquinaria cuyo nivel de emisión exceda del mismo, salvo necesidad de algún tipo de maquinaria especial que supere los valores señalados, precisándose de permiso especial al efecto (artículo 39.2

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de la Ordenanza de Protección del Ambiente Acústico del Ayuntamiento de Granada, de 6 de Febrero de 2001).

Sin embargo, no son pocas las obras en las que se emplea maquinaria cuyo nivel de ruido excede del permitido, aunque las denuncias solo tengan lugar ante niveles sonoros alarmantes79.

Cuestión básica en este aspecto es la duración de las obras, cuanto más se alarguen más molestias ocasionaran al vecindario. Para limitar su duración se precisa la diligencia en la realización de actividades viarias, para que cuando se abra y se cierre una zanja, no se vuelva a abrir después.

5.2. Sirenas y alarmas

Los ruidos producidos por sirenas y alarmas son también un foco acústico importante de nuestras ciudades.

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Se consideran sirenas80 todo dispositivo sonoro instalado en vehículos sanitarios para advertir la realización de un servicio urgente. El nivel máximo autorizado a modo general es de 95 deci-belios, aunque se han permitido valores de hasta 105 decibelios cuando el vehículo alcance los 80 Km/h, siempre que disponga de un mecanismo de variación de nivel sonoro directamente conectado al velocímetro para que los niveles desciendan cuando disminuya esa velocidad. Esos valores tan elevados explican que las sirenas se hayan configurado como la segunda molestia acústica en periodo nocturno (la primera sería el tráfico rodado) y la tercera en periodo diurno (la primera el tráfico y la segunda la construcción)81.

Por otra parte, esos niveles pueden considerarse normales en unas calles donde el ruido habitual arrojado por el tráfico urbano es de 90 deci-belios82.

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Aumentar el nivel sonoro de las sirenas no parece una solución acertada ante la congestión de las vías urbanas, ya que más que advertir al resto de conductores de un servicio urgente, sitúa a los vecinos en posición de alerta. Parece más adecuada la adopción de las medidas tendentes a la reducción del tráfico rodado, con acompañamiento de distinciones viarias como pudiera ser el carril del vehículo urgente.

Otra cuestión son las alarmas; si bien es cierto que los niveles son uniformes, 85 decibelios para aquéllas que emitan al medio ambiente...

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