Prólogo: testigos oculares bajo sospecha

AutorPerfecto Andrés Ibáñez
Páginas11-13
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PRÓLOGO
Testigos oculares bajo sospecha
El título de este texto no responde a una simple ocurrencia del redactor. Es
el de un reportaje periodístico acerca de las kafkianas vicisitudes de un joven
penado, clasif‌icado en tercer grado y puesto en libertad cuando llevaba veinti-
cinco meses de cumplimiento de una condena (de diez años de prisión), gracias
a la iniciativa de un profesional sensible, el director del centro penitenciario,
convencido de su inocencia luego de algunas indagaciones.
La localización de su teléfono móvil en una cuneta (siempre dijo que caído
de un bolsillo mientras se desplazaba en motocicleta por esa vía) dio lugar a
que fuera señalado como sospechoso. Y, enseguida, a la conf‌irmación de la sos-
pecha, merced a la exhibición policial de la foto de su DNI a las tres víctimas
del delito. Éstas, sin embargo, no lo reconocieron como autor en la rueda de
identif‌icación del juzgado; aunque dos de ellas sí lo harían más de dos años
después, al tenerlo delante en el juicio.
Los datos de la información facilitada por el diario, aquí f‌ielmente extrac-
tados, ofrecen, desde luego, buenos motivos para poner en cuestión la calidad
de la decisión judicial y justif‌icar la expresividad del titular. Pero éste puede
ser traído aquí también, con toda pertinencia, para dar cobertura al conjun-
to de trabajos (tres en clave jurídico-procesal y uno en la de la psicología del
testimonio) que integran este libro. E incluso, sin el menor forzamiento, para
simbolizar un estado de cosas en la materia objeto del mismo. En efecto, porque
las relevantes aportaciones de la segunda de esas disciplinas ponen —con toda
legitimidad— bajo sospecha a unas prácticas judiciales sumamente extendidas
y a su abordaje jurídico-procesal al uso. Me ref‌iero a las que consisten en la ex-
hibición de personas (mediante fotografías o directamente) a las víctimas de al-
gunos delitos, como medio de investigación, e incluso de prueba, sin plantearse
siquiera el problema del gravísimo riesgo de «falsos positivos» que las mismas
generan. Bien conocidos en otros ámbitos, pero no, paradójicamente, en el que
producen sus efectos, tan demoledores en ocasiones como la de referencia.

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