Prólogo

AutorPablo Gallego Rodríguez
Páginas13-16
13
PRÓLOGO
Gracias a la ilimitada amabilidad del profesor Gallego Rodríguez tengo la
profunda satisfacción de presentar un libro que trata del equilibrio.
Son varias las acepciones que de esta palabra han sido dadas por la Real
Academia de la Lengua. De todas ellas hay dos que resumen a la perfección, por
un lado, el trasfondo último de esta excelente monografía, pues equilibrio es “con-
trapeso, contrarresto o armonía entre cosas diversas”; y, por otro, el tono con el que este
ensayo está escrito: equilibrio como “ecuanimidad, mesura y sensatez en los actos y
juicios”.
Este libro trata de un equilibrio trascendental para el mantenimiento de la
paz social: el equilibrio entre libertad y seguridad.
Como es bien conocido, nuestra Constitución comienza su Preámbulo con
el deseo de la Nación española de establecer la justicia, la libertad y la seguridad
y de promover el bien de cuantos la integran. Desde el primer momento, pues,
nuestra Constitución establece cuatro objetivos que van a ser perseguidos a lo lar-
go de todo el texto y que se van a proyectar en diferentes principios, derechos e
instituciones. Dos de ellos son la libertad y la seguridad.
Que la seguridad sea uno de estos cuatro objetivos primigenios de nuestra
Constitución no debe resultarnos algo extraño, pues ya el pueblo de los Estados
Unidos, en 1787 se dio una Constitución con la finalidad “de formar una Unión más
perfecta, establecer Justicia, afirmar la tranquilidad interior, proveer la Defensa común, pro-
mover el bienestar general y asegurar para nosotros mismos y para nuestros descendientes los
beneficios de la Libertad”, tal como señala el Preámbulo de tan determinante docu-
mento jurídico. En ese mismo sentido, el artículo segundo de la Declaración fran-
cesa de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 proclama que “la finalidad
de cualquier asociación política es la protección de los derechos naturales e imprescriptibles
del Hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la
opresión”.
Tal como he tenido la oportunidad de exponer en anteriores ocasiones, la
seguridad se contempla tanto como un derecho en sí mismo así como un instru-
mento necesario para garantizar la libertad y los derechos, los llamados “beneficios
de la libertad”.
Desde esta óptica, la de la seguridad como un instrumento necesario para ga-
rantizar la libertad y sus beneficios no podemos dejar de recordar a Hobbes para
el que “el Estado perdería su razón de ser si la seguridad no fuese garantizada”. Seguridad
que en el Siglo XXI necesariamente va de la mano de la idea de libertad y del con-

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