Prólogo
| Autor | Francisco Marhuenda |
| Páginas | 13-16 |
PRÓLOGO
La obra que prologo es un genuino ensayo que cumple con sus parámetros propios,
de analizar, juzgar y opinar sobre un tema en particular. Es una obra de ideas. Y, para que
no desmerezca este planteamiento, el autor ha descartado la opción de profundizar en
exceso en la exposición de datos o de realizar estudios históricos o de tipo académico. Se
trata, más bien, como digo, de lanzar ideas en un plano genuinamente intelectual, que es
la especialidad de Santiago González-Varas. Y, para que dichas ideas no pierdan fuerza
alguna, evitar todo aquello que pudiera impedir la uidez de la exposición. Esta es una
de las grandezas del libro.
Plantea, este ensayo, un debate general, para todos los públicos, apto en especial para
los amantes de la cultura o estudiosos, y para personas que gusten de temas de fondo y
algo rompedores con ideas preestablecidas. Si bien las tesis del libro siempre se sustentan
en la reexión y cuentan con fundamentado estudio, el estilo es ameno y didáctico, pro-
vocando al pensamiento, pero provocando también que el lector pueda obtener informa-
ción sobre hechos históricos claves y cuyo conocimiento puede ser oportuno para todos.
La materia que aquí se estudia me es especialmente afín, al ser por mi parte, por un lado,
periodista acostumbrado a este tipo de debates de interés social general, y, por otro lado,
Profesor Titular de Universidad del área de conocimiento de Historia del Derecho y de
las Instituciones.
Lo que en concreto se debate en este libro es si la democracia española no ha de de-
nirse sino como una suma de distintos referentes históricos. En esencia, el libro nos
propone que la democracia española no nace hace unas décadas, ni tiene como único
referente la II República Española, sino que aquella es, como decíamos, una suma de dis-
tintos referentes históricos que dan vida y sirven para denir la democracia (y, con ello, la
imagen) de nuestro país. La obra nos propone entonces los posibles referentes históricos.
Y lo hace después de jarse en otros Estados, en concreto, primero, en Francia y en Esta-
dos Unidos de América y después en el Reino Unido. El libro informa acerca de cómo en
estos Estados la imagen democrática se congura sobre la base de una selección de algu-
nos “referentes históricos”. Así, en Francia personajes por todos conocidos como Voltaire,
Montesquieu… o hechos tales como la Revolución francesa, lo mismo que ocurre en los
Estados Unidos de América donde la Constitución de 1787 supone, igualmente, el refe-
rente que dene esencialmente la democracia actual. El caso del Reino Unido viene a ser
aún más claro, directo o expresivo (respecto de las tesis de este libro), ya que, al no existir
Constitución codicada, esta es directamente una adición y sinergia de distintos referen-
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