Producción y preferencias de consumo. Abordaje integral para la seguridad alimentaria, Quebrada de Humahuaca. Jujuy
Autor | Patricia Marisel Arrueta |
Páginas | 55-78 |
CAPÍTULO 3
PRODUCCIÓN Y PREFERENCIAS DE CONSUMO.
ABORDAJE INTEGRAL PARA LA SEGURIDAD
ALIMENTARIA, QUEBRADA DE HUMAHUACA. JUJUY
PATRICIA MARISEL ARRUETA
UE-CISOR, CONICET/UNJu
1. INTRODUCCIÓN
La alimentación no es, exclusivamente, un fenómeno biológico, nutri-
cional, médico. La alimentación es un fenómeno, además, social, psi-
cológico, económico, simbólico, religioso, cultural, en definitiva, en el
más amplio sentido del término. (Contreras. J,1995, p. 10)
Esta definición permite comprender como un individuo y/o grupo hu-
mano regula o transforma sus acciones, comportamiento, estado y sis-
tema de creencias a partir de la ingesta de alimentos, inherente a sus
prácticas cotidianas.
Históricamente, el modo de percibir el acto de comer ha caracterizado
la conducta alimentaria en una sociedad/cultura, determinada por los
atributos que otorgan estatus, denotan la clase social, establecen las
creencias, significados y costumbres o la elección por la calidad, la can-
tidad y el gusto. Las preferencias alimentarias se inclinan además por
el origen y cualidad que porta el alimento antes de ingerirlo, sea crudo,
cocido o ultra procesado, desnaturalizado de sus propiedades, como los
comprados en un supermercado para su consumo inmediato.
El acto de alimentar y alimentarnos, por sus formas diversas, es en de-
finitiva un hecho ritual individual y colectivo que practicamos diaria-
mente, pero también puede transmutar y con ello la percepción de los
sujetos. Las variaciones socio-productivas en los territorios, el impacto,
las limitaciones económicas y las nuevas modas de consumo global, por
ejemplo, han sido determinantes en la transformación de las costumbres
alimentarias de los grupos, pues la alimentación nos dice Aguilar Piña:
…como estrategia de producción y reproducción de la vida social, cons-
tituye un complejo sistema en el cual interactúan una amplia gama de
factores, su proyección histórica es al mismo tiempo proyección histó-
rica de la vida social a la vez que proyección de su fisiología. Esto sig-
nifica que no se constituye como un fenómeno estático ni aislado. Su
dinámica es de constante consumo-producción de significaciones.
(Aguilar Piña, 2001, p. 17)
En las poblaciones andinas, que habitan las áreas rurales de la Quebrada
de Humahuaca, las familias campesinas se abastecen -al modo que los
hacían sus antecesores- de los alimentos de origen andino o andiniza-
dos5, también han incorporado lentamente el consumo de productos in-
dustriales vendidos en los mercados capitalinos. Los alimentos andinos
como la papa, el maíz y la carne de camélido continúan teniendo fuerte
incidencia en la formación del patrón alimentario tradicional y simbó-
lico, diversificando e integrando a la dieta productos de los cultivos de
estación (habas, yacón, hortalizas, frutas), granos almacenados (quinua,
amaranto o kiwicha), carnes y los derivados del rebaño trashumante, de
llamas, vacas, ovejas, corderos (quesos, leche, embutidos); de la cría de
aves (gallinas) y de cerdos, todos en pequeña escala solo para el sus-
tento temporal, que, en excepcionales ocasiones llegan a comercializar
el excedente.
El sistema de producción, alimentación y reproducción social, que per-
dura desde épocas precoloniales, satisfacen las necesidades básicas de
las familias campesinas indígenas. Las representaciones simbólicas se
manifiestan en las festividades agrarias y culturales celebradas por las
comunidades de la región sur-andina, extendiéndose hasta la puna y va-
lles orientales.
Esta vía de sostenibilidad sociocultural y biológica alimentaria diná-
mica no escapa a los fenómenos exógenos. Hace aproximadamente dos
5 Los alimentos andinizados son aquellos no originarios de la zona de los andes. Algunos au-
tores reportan que los alimentos, como la cebolla, la zanahoria, la cebada o el trigo, no distor-
sionan el valor nutritivo y uso tradicional de los alimentos andinos. (Aguilar Flores M, et.al
2002).
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