La 'música' de la Perestroika y la 'Revolución Bolivariana' en Colombia

AutorJaime Contreras
Páginas157-175

Page 157

CAPÍTULO 9.

LA “MÚSICA” DE LA PERESTROIKA Y LA “REVOLUCIÓN BOLIVARIANA” EN COLOMBIA

Pero eso del discurrir de la historia y de los cambios que ello acarreaba, era asunto que sucedían en la vieja Europa y en la URSS, espacios sociales y políticos decadentes que habían renegado de verdades inmutables, como las que sostenían que el socialismo científico era, irreversiblemente, una verdad de la historia convertida en materia de naturaleza, inmóvil a toda transformación. Para el aparato del partido comunista y su brazo armado, las FARC, los cambios actuales que afectan al socialismo obedecen esencialmente a la enorme presión que, sobre él, ejerce el neoliberalismo global ejemplificado en los EE UU. Tal presión ha cegado, con los oropeles de su ideología reaccionaria, a los líderes del socialismo europeo y los ha desarmado ideológica y militarmente. Y tal desarme revolucionario ha prendido, también, en Colombia donde algunos grupos subversivos, débiles en su ideología, han pasado al lado enemigo militando en él como siervos socialdemócratas; lo ocurrido con la evolución del M-19, es la prueba de la veracidad de tales aseveraciones.

Por tal razón los comentarios del Secretariado de FARC, ante la desmovilización del “eme”, habían sido tan críticos. Por su parte, respecto de los líderes de la Unión Patriótica, una vez pasado el trauma por el asesinato de Jaramillo, el 22 de marzo de1990, los comentarios de FARC fueron más moderados, quizás porque algunos de sus miembros, como Iván Márquez, que pertenecían a su Secretariado, fueron llamados por el grupo para reintegrarse otra vez a su disciplina guerrillera; pero, de una u otra forma, la acusación de traidores para los socialistas que tomaban la vía de reformismo, se repitió a lo largo de todo el relato. Entregaron las armas y sus banderas, decía el Secretariado, y se humillaron ante el gobierno. Dijeron insertarse en el sistema gobernante, como partido legal de oposición y, con ello, han causado grave daño al proceso revolucionario colombiano, no sólo por la traición a quienes creyeron en ellos, sino por la utilización que, de ellos, había hecho los gobernantes al insistir que, en Colombia,

Page 158

158

JAIME CONTRERAS

no tenía futuro la lucha armada198. Esto último era verdaderamente lo que dolía y lo que no estaban dispuestos a aceptar. Porque, aunque nadie lo expresara, hubo en el seno del Secretariado, quien pensó en lo acertado que sería una aproximación a la paz, al modo del M-19. Pero ocurrió que, sin embargo, la burocracia de la organización se imponía sobre sí misma y, todo su entramado ideológico quedaba ocluido ante las exigencias de su propia “razón de estado”.

Pero nada de esto discurría por los espacios del discurso, más o menos institucionalizado, sino sólo en los círculos más íntimos y cerrados. Por eso ahora tocaba la censura abierta de la traición de los compañeros que habían suscrito la formación, hacía poco, en 1987, de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. Ésta murió, sí; más que por inercia, por abandono de los “buenos guerrilleros que regresaban arrepentidos, escribe el Secretariado, a defender el sistema (…) mendigando pequeños beneficios de la estructura capitalista” que lidera la oligarquía de liberales y conservadores. Así fue el final del M-19, en la jerga del discurso de FARC.

Y ¿qué decir de los grupos desmovilizados del EPL que lideraba Bernardo Gutiérrez “(…) que recibió de los paramilitares 500.000 dólares de la época para que se convirtiera en senador de la República, dineros que le dieron Fidel y Carlos Castaño Gil como pago por traicionar su propio movimiento199La traición se culminó, plenamente; cuando esos guerrilleros desmovilizados se tornaron en agentes de seguridad del Estado. Tal es la información, que los documentos oficiales de la FARC, dejan traslucir; obviamente en ellos nada se cuenta, por ejemplo, de otros violentos acontecimientos famosos como los del barrio de la Chinita, ocurrido en San José de Apartadó, en el Urabá antioqueño. Allí sucedió que el Frente V, perteneciente al Bloque Noroccidental, dirigido por Iván Márquez, incorporado ya a la guerrilla tras su paso por la Unión Patriótica, atacó, en enero de 1994, con violencia inusitada, a las gentes populares del barrio de La Chinita, cuando éstas realizaban una fiesta de beneficencia. Arguyendo una burda justificación, las FARC alegaron que allí, en este barrio, el movimiento Esperanza, Paz y Libertad, desmovilizado del EPL en 1991, tenía sus posiciones más consolidadas, lo que constituía un delito de alta traición al movimiento revolucionario del país; alta traición, mucho más evidente, cuanto que en el dicho barrió operaban grupos paramilitares. El resultado de tamaño vandalismo que, de inmediato fue percibido como delito atentatorio contra el Derecho Internacional Humanitario, fueron 35 personas asesinadas, todas ellas civiles, en un acto brutal e indiscriminado. Ocurría, sin embargo, una realidad que, en el Secretariado de la organización, nadie estaba dispuesto a admitir, y ésta era que, en el barrio de La Chinita, las gentes habían abandonado, desde la desmovilización del movimiento, a los electores de la Unión Patriótica y a los del Partido Comunista, mientras que sus nuevos representantes procedían de un movimiento escindido del grupo maoísta del EPL; y tal abandono, decían en la guerrilla, constituía, claro es, una profunda desviación revolucionaria de naturaleza reformista de las gentes del barrio que, desprovistas de la buena doctrina, coqueteaban ya con la reacción asesina de las autodefensas de Castaño. Así se indicó desde las alturas de la organización terrorista. Las FARC, se

198Esbozo Histórico, op. cit., p. 66.

199Ibidem, nota anterior, p. 67.

Page 159

FARC-EP: INSURGENCIA, TERRORISMO Y NARCOTRÁFICO EN COLOMBIA

había repetido hasta la saciedad, eran “el ejercito del pueblo”, solo ellas, y nadie podía dudarlo; doctrina de Jacobo Arenas200.

Tal era la acusación de traición a las masas trabajadoras colombianas que, por este tiempo, se propagaba desde las alturas de la organización: rechazo a todo lo que huela a reformismo. Y, en tal sentido, decían en las FARC, ahí están el Quintín Lamé y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), que igualmente, hicieron entrega de lo poco que tenían del pueblo colombiano; algo parecido ocurrió después cuando la “traición” vino, también, de una fracción del ELN conocida como Corriente de Renovación Socialista. Todos, concluye el Secretariado, han terminado claudicando ante el enemigo de clase. Y ya tampoco existe la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. Las masas han perdido parte de sus vanguardias, pero no han perdido a su fuerza principal: quedan las FARC; y es verdad que éstas siguen persistiendo en su lenguaje tradicional: “somos el aliento del pueblo”, “el viento de la historia”, “los conductores del proceso que han de llevar a las masas al socialismo”. Jacobo Arenas, antes de morir, cuando todavía tuvo ocasión de reflexionar sobre la famosa Perestroika, lo explicó como siempre: la doctrina del marxismo leninismo es, dijo, quiéranlo o no “la verdadera y única doctrina”. Ello, no obstante, lo que ocurría en realidad es que el modelo de sociedad socialista, levantado sobre pilares tan doctrinales, sufría en estos momentos, en la URSS y en los países de Este de Europa, estertores de muerte. Coincidía estos tiempos, con el momento en que las FARC se aprestaban a diseñar una nueva reestructuración de su plan estratégico en el que se implementaba una campaña (La Campaña Bolivariana por una Nueva Colombia) que preveía conseguir un nivel de madurez revolucionaria, necesaria, finalmente, para la conquista del poder.

El plan en cuestión se elaboró en las sesiones del Pleno Ampliado de la Uribe realizadas entre los días 10 al 17 de mayo de 1989, en el santuario famoso de Casa Verde, que ya conocemos. El programa, complementaba las conclusiones de la Séptima Conferencia y se precisó que tendría una duración de ocho años; se ejecutaría en cuatro fases. El objetivo primero era pasar a una fase decisiva en la estrategia de toma del poder. Porque entonces, las FARC, creyeron tener la certeza de que el triunfo revolucionario, en Colombia era posible. ¿Quién afirmaba, pues, que el marxismoleninismo había dejado de tener vigencia? La fuerza de las FARC, convertidas, ahora en el auténtico movimiento subversivo de Colombia, demostraba, con su desarrollo espectacular en los últimos años, que la revolución armada, inspirada en el ideario comunista, era posible en el país; así lo entendieron los dirigentes subversivos que tomaron parte en el Pleno Ampliado de la Uribe, en Mayo de 1989, mostrando un paradójico contraste con el espectáculo, vivido ante las cámaras de TV de todo el mundo, de la total descomposición del socialismo científico en la URSS. Un contraste que definía dos modelos y dos tiempos históricos: el burocratizado y decadente que había perdido y olvidado su propia doctrina y, por el contrario, el movimiento revolucionario colombiano que decía emerger de las clases populares y que, convertido en su verdadera vanguardia, asumía la finalidad histórica que le correspondía: hacer la verdadera revolución socialista en la patria colombiana; con tal acto de fe concluyeron las sesiones de aquella Reunión del Pleno Ampliado, en La Uribe.

200www. eltiempo.com/archivo/documento/MAM-215567 (última visita 11de septiembre 2016). Véase también. ¡Basta ya!. Colombia. Memorias de Guerra y Dignidad. Centro Nacional de Memoria Histórica. Bogotá 2013, pp. 162-163.

Page 160

160

JAIME CONTRERAS

Aquella fe revolucionaria entendió que, al finalizar la década de 1990, se podría llegar al momento determinante en el que, en una situación de lucha, extendida por todo el país, la fuerza militar de las FARC, con sus 32000 guerrilleros desplegados en 80 cuadrillas, tomaría las posiciones claves de la estructura política y militar del país; tal acción vendría...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR