Montevideo, algunas interrogantes sobre la participación, la descentralización y el cambio

AutorÁlvaro Portillo
Páginas235-251

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1. Una experiencia con quince años de vida

En 1990 se inicia en Montevideo un nuevo modelo de gestión política en el municipio, producto de la propuesta del Frente Amplio del Uruguay, coalición de izquierda que llega por primera vez al gobierno en la historia política del país. Formaba parte de ese programa una propuesta de descentralización democrática y participativa definida con bastante precisión en cuanto a sus alcances teóricos conceptuales.

Esta propuesta fue puesta en práctica desde el primer día de andadura del gobierno de Montevideo y desde allí comenzó a desarrollarse una experiencia absolutamente inédita que, como no podía ser de otra forma, superó en mucho las previsiones programáticas. A quince años de puesta en práctica es posible efectuar una reflexión llena de elementos de la realidad, que permiten analizar la propuesta desde la riqueza de su desarrollo concreto.

En los acotados límites que permite este texto, solamente se hará referencia a algunos pocos aspectos de esta rica historia. Uno de ellos, tal vez el que más llama la atención, es el relativo desfase entre un cierto languidecimiento del proceso participativo de la descentralización, concomitante con la sostenidamente creciente adhesión electoral a la fuerza política responsable del gobierno montevideano expresada en los sucesivos pronunciamientos electorales ocurridos a lo largo de esta década.

En 1989, el Frente Amplio llega al gobierno de Montevideo con el 36% de los sufragios. Cinco años después revalida el gobierno municipal obteniendo un porcentaje del 44%. Producida la reforma constitucional en la que, entre otras cosas, se separan las elecciones municipa-Page 236les de las nacionales, y para éstas últimas se instaura el balotage, en octubre de 1999 en la primera vuelta de las elecciones nacionales, en Montevideo el Frente Amplio obtiene el 52% de los votos transformándose en la fuerza política ampliamente mayoritaria en este municipio (el más grande del país) y en la fuerza mayoritaria a nivel nacional. Un mes después, en la segunda ronda electoral en la que se confrontan las dos fuerzas mayoritarias, el Partido Colorado y el Frente Amplio, éste último obtiene el 56% en Montevideo.

El 15 de mayo de 2000 se produjeron las elecciones municipales y el Frente Amplio obtuvo un cómodo margen con una mayoría del 58% del electorado. El 31 de octubre de 2004, se realizan elecciones nacionales y el Frente Amplio obtiene en Montevideo el 62% de los votos. El próximo 15 de mayo habrá de realizarse la elección municipal en la que todo indica el triunfo de esta fuerza política con cifras similares a las obtenidas en el mes de octubre pasado con motivo de las elecciones nacionales.

Como puede observarse, en un margen de pocos meses en elecciones diferentes, los vecinos de Montevideo acompañaron las propuestas de la izquierda de manera creciente. En el caso de la elección municipal del año 2000 es factible presumir que la popularidad y amplia aceptación del candidato hayan influido para arrastrar votos de otras fuerzas políticas. En definitiva, queda absolutamente claro que la ciudadanía montevideana se ha mostrado genéricamente conforme con un estilo de gobernar así como con sus principales propuestas.

Obviamente, hay otros factores a considerar en este crecimiento sostenido, muchos de ellos relacionados con aspectos de la vida nacional más que con elementos de la gestión municipal. Desgaste de los partidos políticos conservadores, hastío y desencanto de las propuestas económicas neo liberales, procesos de corrupción, inconformidad social y cultural con la realidad, etc.,... han operado para hacer posible estos resultados. No obstante, un factor muy importante es la experiencia de gobierno municipal realizada a lo largo de un década.

Tal vez los elementos más destacables de esta gestión puedan sintetizarse en:

- Honestidad y transparencia en el manejo de los recursos públicos.

- Eficiencia y eficacia en la gestión traducida en logros claramente perceptibles.

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- Administración de los recursos con un sentido redistributivo, atendiendo enfáticamente a los sectores sociales y los espacios del municipio históricamente postergados o marginados.

- Realización de obras e intervenciones urbanas, particularmente en lo relativo a espacios públicos, de gran visibilidad y aceptación social.

- Una nueva manera de gobernar, mucho más atenta y respetuosa con los diversos actores sociales y políticos en los momentos de toma de decisiones.

- Puesta en práctica de una reforma institucional del gobierno municipal consistente en la descentralización iniciada.

Desde el punto de vista programático, la descentralización fue en su momento, sin lugar a dudas, la propuesta más avanzada en cuanto a la naturaleza de las transformaciones comprometidas. A través del siguiente párrafo del programa de gobierno de 1989 se puede sintetizar el sentido y los alcances de la descentralización democrática asumida:

Las soluciones locales al problema de la democracia y del desarrollo son limitadas, porque son cuestiones de toda la sociedad nacional. Los poderes locales sólo pueden ser vistos como parte de un proceso complejo de constitución del pueblo como sujeto de un proyecto nacional

.

En este sentido, puede admitirse que lo local es un espacio adecuado al desarrollo popular: porque permite abrir nuevas trincheras de lucha política-ideológica, para un proyecto popular; porque admite y alienta procesos autogestionarios en la perspectiva de una democracia directa; porque constituye un foro de discusión sobre los grandes problemas nacionales; porque permite una mayor participación en asuntos próximos, favoreciendo la posibilidad real del autogobierno como sistema

.

Pero el poder local no es poder popular si no se rompe con la división tajante entre representados y representantes, si no hay un ejercicio más directo del poder por las mayorías populares, si no hay mecanismos eficaces de control sobre los representantes

1.

Como puede observarse, hay en estas definiciones una clara toma de posición sobre una diferente relación estado-sociedad, y en especial una redefinición de la naturaleza de la Ínstitucionalidad republi-Page 238cana en la perspectiva de un acercamiento a las formas de la democracia directa sustentada en una distinta concepción de ciudadanía. ¿Esto estaba plenamente internalizado en la fuerza política encargada de la puesta en práctica de este programa? ¿El equipo de gobierno que asumió en febrero de 1990 comprendía y asumía hasta sus últimas consecuencias este compromiso? ¿Los equipos de gobierno de la segunda y tercera administración fueron plenamente conscientes de este rumbo?

En concreto, la gestión discurrió a lo largo de estos diez años trabajando incansablemente y haciendo posible los logros anteriormente destacados. Definitivamente, hoy, la ciudad de Montevideo es otra, el gobierno municipal tiene un prestigio como tal vez nunca antes lo había tenido otro gobierno, y en buena medida se ha consolidado una nueva manera de gobernar. Sin embargo, la descentralización en tanto el eje más transformador de toda la propuesta, ha venido manifestando a lo largo de los últimos años un lento proceso de debilitamiento que se expresa en una menor participación directa de los vecinos, en una cierta burocratización de los organismos creados, en poco vigor para expandir la experiencia y en disputas políticas al interior de las instancias institucionales, entre otras cosas.

Como factores que ayudan a comprender esta evolución sufrida, cabría destacar los siguientes:

- La estructura de gobierno local instituida -producto de una necesaria negociación con los partidos tradicionales- enfatizó el carácter representativo de los gobiernos locales con la presencia de los partidos políticos como actores centrales en la intermediación entre la gestión de gobierno, por una parte, y la voluntad de la gente, por otra;

- La descentralización supuso una reforma del aparato estatal municipal que ha tenido muy fuertes resistencias desde diversos ángulos, particularmente desde la burocracia misma, que se ha resistido a esta nueva forma de gobernar;

- Las tres administraciones transcurridas han sido consecuentes con los compromisos programáticos, pero no obstante, el segundo período estuvo más orientado a mejorar la gestión municipal y a las intervenciones urbanas que al fomento de las transformaciones sociales, políticas y culturales que subyacían en la propuesta descentralizadora.

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2. La descentralización desde la profundidad del tejido social

Las hipótesis interpretativas mencionadas podrán tener mayor o menor validez y sin perjuicio de su pertinencia, pareciera que surgen algunos problemas más profundos para evaluar la evolución sufrida.

Ante todo, es imposible reflexionar sobre la propuesta descentralizadora al margen de las condiciones históricas en que fue aplicada y el contexto de cambios en que se fue desarrollando.

La sociedad uruguaya, desde fines de los años ochenta, ha vivido transformaciones que resultan...

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