Minorías

AutorOscar Pérez de la Fuente
Páginas99-157
CAPÍTULO 2. MINORÍAS
2.1. Planteamiento de la cuestión: una gramática moral para la lucha por el
reconocimiento frente al discurso de odio
Se iniciará esta reexión sobre el papel de la política acerca del discurso de
odio exponiendo dos casos. El primero se reere al senador de extrema derecha
de Italia que aludió a una ministra negra como “orangután”. Explica la noticia
de El País que “las palabras que el senador Calderoli pronunció durante un acto
público en Treviglio, cerca de Milán, no dejan lugar a dudas: “Me encantan los
animales, los osos, los lobos, como todo el mundo sabe, pero cuando la miro me
viene a la cabeza un orangután”. Delante de unos 1.500 simpatizantes dela Liga
Norte que, como era de prever, le rieron la ocurrencia, el dirigente racista se vino
arriba: “Kyenge sería una ministra estupenda, pero en el Congo, en su casa. Su
carrera de ministra en Italia fomenta la inmigración ilegal, porque provoca que los
inmigrantes sueñen con América…”.
1
En el segundo caso, una política peruana considera poco apto para el
puesto de embajador ante la OEA a un político “por sus rasgos andinos”, y por
tanto, más apto para ser embajador en Bolivia. La noticia fue la siguiente “durante
la sesión de la Comisión de Constitución y Reglamento, la parlamentariaMar-
tha Chávez, cuestionó la designación del extitular de la PCM,Vicente Zeballos,
como representante permanente del Perú ante la Organización de los Estados
Americanos (OEA). Consideró que Zeballos debió ser designado aBolivia por
sus ‘rasgos andinos’.
Las declaraciones de la política peruana fueron:
1 “El número dos del Senado italiano llama “orangután” a una ministra”, El País, 14 julio 2013,
https://elpais.com/internacional/2013/07/14/actualidad/1373816424_493948.html consultado 7 abril 2022.
Oscar Pérez de la Fuente
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‘Sin duda, es una facultad del presidente de la República, designar de
acuerdo a la Constitución y a la ley, a embajadores políticos, pero eso no
puede signicar que en plena pandemia se pase por alto la profesionali-
dad, la carrera de un diplomático que está asignado a una función ante
la OEA, se le quite de en medio para hacerle espacio a una persona que
quizá debió ir a Bolivia porque como moqueguano y como persona de
rasgos así, andinos, es una persona que debería conocer mejor y llevarse
mejor con la población mayoritariamente andina o mestiza de Bolivia’,
expresó.”2
A partir de estos casos caben dos reexiones. La primera tiene que ver con
la función del Derecho, en especial en el Derecho penal, como argumento para
limitar el discurso, en este caso, el discurso político. Como se ha visto en el capí-
tulo anterior, la doctrina penal en España ha presentado argumentos que ponen
en duda la idoneidad de la actual redacción de la incitación al odio en el Código
penal español, y los delitos de odio en general.
La segunda reexión surge desde el nivel de la política ya que el Dere-
cho, en esta materia, acaba por manifestarse como un Derecho penal simbólico,
aunque este es un tema algo controvertido. La Hipótesis de Investigación para
este capítulo se puede enunciar de la siguiente forma: Investigar cuáles son las
vías en que la política puede luchar en contra, mitigar o evitar las expresiones del
discurso que surgen de los odios particulares o políticos: la misoginia, el racismo, el
odio a las personas con discapacidad, el odio por motivos religiosos, la homofobia y
la transfobia.
Lejos de ser algo ajeno a la política, éste es uno de los temas a los que más
atención se ha prestado desde los años 90, ya que la Filosofía política ha girado
más en torno a temas sobre la identidad. En concreto, los casos analizados de la
ministra italiana y el embajador en la OEA se podrían calicar como experiencias
de falta de respeto o humillación.
3
Estas situaciones son calicadas por Honneth
como reconocimiento erróneo -misrecognition- y tienen consecuencias perjudicia-
les para la formación de la identidad del individuo (Honneth, 2004, 354).
2 “Martha Chávez sobre Zeballos: Por sus rasgos andinos, quizá debió ir como embajador a Bo-
livia”, América TV, 1 septiembre 2020, https://www.americatv.com.pe/noticias/actualidad/martha-chavez-so-
bre-vicente-zeballos-quiza-debio-ir-bolivia-como-persona-rasgos-asi-andinos-n424780 consultado 7 abril
2022.
3 En este apartado extraigo algunos materiales de Pérez de la Fuente (2020).
Cap 2: Minor ías 101
La teoría de la justicia para Honneth debe basarse prioritariamente en
injusticias culturales, que están en el origen de otro tipo de injusticias, en lo que
denomina la lucha por el reconocimiento, que dene como:
“El reconocimiento debe entenderse como un género que comprende
diversas formas de actitudes prácticas cuya intención primaria consiste
en un acto particular de armación de otra persona o grupo” (Honneth,
2007b, 330).
Durante las últimas décadas, la relevancia de la identidad se ha incre-
mentado tanto en la Teoría Política como en las agendas políticas de democracias
constitucionales. El discurso con respecto a minorías ha representado un reto
para algunas aproximaciones teóricas y prácticas a la política. Las cuestiones de
“¿Quién soy?” “¿Dónde pertenezco?” han devenido aspectos centrales de algunas
perspectivas en deliberaciones públicas.
Esto ha sido etiquetado como la lucha para el reconocimiento. En un inu-
yente ensayo, Taylor explica que hay dos ideales, los cuales están a veces en conicto
uno con el otro. El primero es la igual dignidad de todos los seres humanos. Este
comporta la política de igualdad y no discriminación, y es la lectura común de la
herencia de la Ilustración. Pero Taylor expone que hay otro ideal relevante, también
con una base universal: el reconocimiento de la identidad diferenciada de cada ser
humano. Las relaciones entre los dos ideales son complejas y no siempre armonio-
sas. En algunos casos, cada ideal conduce a una solución diferente (Taylor, 1993).
Cabe plantear que, desde sus diversas idiosincrasias, los valores y prácticas
del sexismo, el patriarcado, el racismo biológico, el racismo cultural, el capaciti-
simo, las ideologías de la normalidad, la intolerancia o el fundamentalismo reli-
gioso, el heterosexismo y el generismo, aunque puedan estar internalizados cultu-
ralmente, son opuestos al ideal de igual dignidad humana y, en algunos casos, al
ideal de identidad diferenciada. Estos ideales -igual dignidad, identidad diferen-
ciada- son actualmente las fuentes de legitimidad de las sociedades democráticas y
están formalizados en las diferentes declaraciones de derechos.
La cuestión relevante, en este ensayo, es qué promueve parte del vocabula-
rio moral detrás de la política de reconocimiento: las identidades y las diferencias
también tienen que ser pertinentes en las democracias si éstas quieren ser legíti-
mas. A pesar de que el liberalismo es una teoría que da al pluralismo una función
importante, las aproximaciones liberales al pluralismo cultural insisten sobre pri-
vatizar las culturas así como las religiones. Esta visión es defendida por Barry y

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