Jefatura, una metáfora de lo imposible, soledad, magia

AutorPereira Cuadrado, Arturo
Páginas105-119
— 105 —
Capítulo xiii.
Jefatura, una metáfora
de lo imposible, soledad, magia
No trata este capítulo de exponer una descripción más o me-
nos reiterativa y aburrida de qué es o qué representa la jefatura de
la policía municipal ni de sus funciones. Ni siquiera pretende ser
una argumentación a favor de los jefes de las plantillas.
Sí que pretendo hacer una reflexión sobre lo que a mi juicio
entraña para cualquier jefe realizar su trabajo diario. Es, desde
luego, una visión muy subjetiva y particular, por lo que está fuera
de mi alcance desentrañar la esencia de un trabajo que es perci-
bido y ejercido quizás desde tantas perspectivas como jefes hay.
Comenzaré afirmando que entiendo que el hecho de osten-
tar la jefatura es un motivo de orgullo para cualquier policía y
máxime, si ocurre como en mi caso, la jefatura se ejerce en su ciu-
dad natal.
Es un cargo que permite hacer mucho bien por las personas
y también mucho mal. Aunque nuestras funciones están tasadas
por la ley, el margen de discrecionalidad es suficientemente am-
plio como para que día a día hagamos el bien o el mal. El poder
de disposición sobre la vida de las personas que todo policía tiene
se ve potenciado exponencialmente en el caso de las jefaturas. La
información que los jefes llegan a tener sobre las vidas ajenas es
muy importante y debe ser utilizada siempre en beneficio de los
ciudadanos y de la sociedad.
Si ya adelanté que a las policías municipales se acercan mu-
chas personas para compartir sus vidas, debo añadir que los jefes
nos convertimos en una especie de antenas que atraemos a todo

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