Nadie se queda atrás: ni excluidos socialmente, ni policías, somos una red

AutorPereira Cuadrado, Arturo
Páginas27-32
— 27 —
Capítulo iv.
Nadie se queda atrás: ni excluidos
socialmente, ni policías, somos una red
En estrecha relación con lo afirmado en el capítulo anterior
debemos tener en consideración que, dentro de las obligaciones
del cuerpo de la policía municipal está velar por el bienestar de
los más desfavorecidos. Soy consciente que tal afirmación no es
compartida por algunos e incluso muchos de mis compañeros.
Hay un sentimiento general entre los policías municipales de que
realizar como labores propias, lo que podríamos resumir afir-
mando que son trabajos de ayuda humanitaria, no constituyen
funciones propiamente policiales.
Discrepo absolutamente de este criterio. Además, consi-
dero que mantenernos al margen de este tipo de servicios sería
un error. Lo sería porque estaríamos renunciando a un crédito
extraordinario de cara a la valoración social de nuestro trabajo.
Tal y como yo lo veo, trabajos estrictamente policiales como la
represión del tráfico de drogas que, en el caso de la policía lo-
cal, en general se circunscribe, salvo excepciones, a combatir el
denominado “trapicheo” en las calles o domicilios previamente
identificados, no aportan ni por aproximación los dividendos o
créditos en cuanto a la valoración social, como lo hacen aquellos
que han sido denominados como de ayuda humanitaria.
Más allá de ser considerados en general por la ciudadanía
como una policía próxima, y próxima significa pegada a la reali-
dad social, lo cierto es que ejercemos como tal y queramos, o no,
nos vemos implicados en este tipo de actuaciones humanitarias.
Es totalmente compatible una labor “estrictamente policial”
con esa otra labor “menos policial” de ayuda a los más necesita-

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