La imagen como herramienta de cambio social. Revisión tras el primer año de la muerte de George Floyd
| Autor | Ignacio Leal-Fernández |
| Cargo del Autor | Universidad Complutense de Madrid, España |
| Páginas | 475-490 |
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LA IMAGEN COMO HERRAMIENTA DE CAMBIO SOCIAL. REVISIÓN
TRAS EL PRIMER AÑO DE LA MUERTE DE GEORGE FLOYD
Ignacio Leal-Fernández
Universidad Complutense de Madrid, España
1. INTRODUCCIÓN
El año 2020 comenzó marcado por la pandemia global. El encierro de la
ciudadanía y el toque de queda suponían el último recurso de muchos países
semiparalizados que trataban de poner solución a las incontables muertes por contagio
de COVID-19. En Estados Unidos la precariedad de su sociedad desigual se vio
agudizada, lo que castigó especialmente a la población afroamericana (Wright &
Merritt, 2020). En este contexto, se produjo el asesinato de un hombre afroamericano
bajo custodia policial, ante la acusación de utilizar un billete falso de veinte dólares en
un colmado de la ciudad de Mineápolis (EE. UU.). La tarde del lunes 25 de mayo de
2020, y a pesar de las advertencias del riesgo de asfixia del propio arrestado, de los
múltiples testigos e, incluso, de otro agente de policía, George Perry Floyd Junior
murió como consecuencia de una maniobra de inmovilización de discutible reputación
(Bailey, 2021) de un agente de similar reputación (Mark, 2020). Una mujer testigo del
suceso registró la escena completa con la cámara de su teléfono móvil. Darnella Frazier
consiguió retratar una imagen representativa de lo que se convertiría en símbolo de la
histórica opresión de las minorías raciales en Estados Unidos. En un artículo, treinta y
nueve días después, The New York Times recogería distintas cifras del número de
manifestantes que participaron en las protestas en Estados Unidos en distintos periodos
del mes de junio, tras la publicación del vídeo de Frazier en Facebook como acto de
denuncia. El vídeo se difundió rápidamente, alcanzando 1,2 millones de
visualizaciones en los primeros tres días («Quién era George Floyd», 2020). Las
movilizaciones serían consideradas como las más numerosas de la historia del país
(Buchanan et al., 2020; El jura do declara , 2021). Entre 15 y 26 millones de personas
se manifestarían en el país, en más de 4700 focos de protesta; una media de 140
protestas por día. Comparado con el movimiento 15M en España, se trataría de
aproximadamente el triple de los 6 u 8,5 millones de personas que salieron a las calles
(«Hasta 8,5 millones», 2011). Resultaría significativo que no se tratara de un evento
planificado, como lo fue por ejemplo la marcha por la mujer en 2017 en Estados
Unidos, con hasta 5,2 millones de manifestantes (Ettinger, 2020). Las manifestaciones
se extenderían por todo el mundo.
El 2 de junio, ocho días después del asesinato, la iniciativa «Black Out Tuesday»,
promovida desde la industria musical, fundiría a negro sus redes sociales digitales,
«apagando la conversación» para invitar a reflexionar sobre la violencia policial y el
racismo. La plataforma musical Spotify añadiría ocho minutos y cuarenta y seis
segundos de silencio a sus listas de reproducción en honor a Floyd, subrayando así el
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tiempo que duró la maniobra de asfixia que acabó con su vida. El mundo del deporte,
el cine, la moda, la cultura, la política, así como múltiples empresas y organizaciones
se unirían a la condena que, según quiénes, buscarían limpiar su conciencia.
La familia de la víctima obtendría la que hasta la fecha sería la mayor
compensación económica de la historia de los Estados Unidos previa al juicio
(«Mineápolis pacta una», 2021). Los despidos de los cuatro agentes implicados en el
suceso fueron casi inmediatos. Su puesta a disposición judicial no resultaba habitual en
situaciones similares, ya que el 98% de estos agentes no son imputados, al alegar
defensa propia (El jurado declara, 2021). La muerte de Floyd recogida por Frazier
determinaría transformaciones institucionales, como la reducción de partidas
presupuestarias a cuerpos de seguridad; cambios legislativos, como la derogación de la
ley neoyorquina bajo la cual se arrestaba a mujeres transexuales («Nueva York da»,
2021); o la declaración del día de la conmemoración de los derechos civiles como
festivo nacional («Empresas declaran festivo», 2020). En el último año, solamente en
el país habría casi ciento setenta retiradas de símbolos que homenajeaban a los estados
confederados de los EE. UU. que defendieron la esclavitud en el siglo XIX (Douglas
et al., 2021).
2. OBJETIVOS
La muerte de Floyd, sin duda alguna, colocó el racismo y la brutalidad policial
sobre la mesa, suponiendo un punto de inflexión ante el cual la sociedad no ha podido
volver la cabeza (Douglas et al., 2021). Pero nada hubiera tenido lugar sin la extensión
de la tecnología de los smartphones ni las redes sociales digitales. Este estudio tiene
por objetivo revisar la literatura académica escrita durante el primer año del caso en el
ámbito de las Ciencias Sociales y con relación a las redes sociales de internet.
Como objetivos específicos, se lanza una búsqueda en la base de datos Scopus, se
recuperan los artículos para su análisis cualitativo y se extraen los temas abordados en
las investigaciones sobre la muerte de Floyd y sus consecuencias.
3. METODOLOGÍA
La recogida de datos se realiza en la base de datos científica Scopus. Dado el
interés de este estudio en la bibliografía escrita y constatada la trascendencia del
nombre de George Floyd en todos los medios de comunicación, en las redes sociales
digitales, y otras fuentes de documentación, se procedió a la búsqueda.
Dicha búsqueda incluye el nombre de George Floyd relacionado con las redes
sociales digitales desde el año en el que se produce el suceso —2020— hasta el
momento de recogida de los datos. Se limita la búsqueda al área de Ciencias Sociales y
a publicaciones en inglés de acceso abierto. Se obtienen un total de doce resultados.
A continuación, se procede al análisis cualitativo de los textos según el método
inductivo, extrayendo los temas que van apareciendo como relevantes. Igualmente, se
recogen otras menciones con menor peso y enfoques en la redacción que se consideran
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