El futuro de las smart cities. Alternativas y propuestas para los nuevos retos sociales

AutorRocío Muñoz Benito
Cargo del AutorÁrea de Economía Aplicada Universidad de Córdoba
Páginas39-57
EL FUTURO DE LAS SMART CITIES.
ALTERNATIVAS Y PROPUESTAS PARA LOS
NUEVOS RETOS SOCIALES
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Área de Economía Aplicada
Universidad de Córdoba
DOI: 10.14679/1432
1. INTRODUCCIÓN
Lo urbano, decía Lefebvre (1976), es una sucesión in nita de actos y encuen-
tros realizados o virtuales, es el reino del uso, es decir del cambio y el encuentro
liberados del valor de cambio. El espacio urbano, es el lugar donde se llevan a cabo
los discursos y prácticas sociales, las relaciones y el intercambio comunicacional,
es la arena para la interacción humana. Lamentablemente debemos asumir que
esta interacción y comunicación se han visto seriamente afectadas en los últimos
tiempos no solo por los terribles efectos que la pandemia ha tenido en las relaciones
interpersonales, sino también en la evolución de las formas de comunicación y el
aislamiento social que algunas tecnologías han provocado, de manera que, aun
coincidiendo en el espacio, las personas pueden sentirse aisladas y a la vez hiper-
conectadas, de manera que no mantienen contacto con lo próximo, pero sí con el
entorno virtual que han elegido y que puede crear un sesgo en su percepción de la
realidad. Es esta una sociedad cambiante y en constante evolución, que demanda
soluciones y que también las crea de manera espontánea. Es una sociedad que en
los últimos años ha puesto a prueba su resiliencia, incluso su supervivencia, pues
bien, este es el escenario sobre el que debemos trabajar, esta es la realidad a la que
las Smart Cities pueden dar respuesta.
Desde el año 2015 los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han marcado
la pauta para un cambio en las sociedades con una hoja de ruta en el marco de la
Agenda 2030, de manera que todos los agentes sociales, a cualquier escala pueden
implicarse desempeñando su labor de una manera más sostenible, más justa, más
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equilibrada en todos los sentidos. Por otra parte, el cambio climático obliga a la
adopción de medidas urgentes que transformen los patrones de consumo, modi-
quen el modelo energético y aseguren la supervivencia de los ecosistemas. En
este mismo periodo, las tecnologías de la información y en concreto la capacidad
de captación y proceso de la información, han alcanzado cotas inimaginables, a
la vez que los datos individuales y colectivos nunca habían sido tan accesibles para
la administración pública y las empresas privadas. La gestión de la información y
la pérdida de privacidad en pro de un bien mayor ha llevado a las sociedades a un
modelo que nos debe hacer re exionar antes de validar realidades distópicas, pero
ya existentes, incluyendo sistemas de puntuación de la reputación o  abilidad como
ciudadanos, lo que repercute directamente en la libertad individual.
Según Fernández Güell (2015) el Sistema Urbano se divide en siete subsistemas:
la Demanda urbana, que incluye a ciudadanos, agentes económicos, agentes socia-
les y turistas o visitantes, que requieren una serie de elementos para vivir y trabajar
adecuadamente en la ciudad. Estos elementos necesarios se satisfacen por medio de
servicios y bienes que se obtienen mediante la interacción con otros subsistemas; el
Subsistema económico, cuya  nalidad es proveer de puestos de trabajo y bienestar
atendiendo a las demandas de los agentes económicos, promoviendo un entorno
competitivo para el adecuado desarrollo de las actividades productivas; en tercer
lugar encontramos el Subsistema social cuya  nalidad es satisfacer necesidades bá-
sicas y avanzadas de residentes y visitantes, es lo que en determinadas economías se
incluye dentro del Estado de Bienestar; en cuarto lugar se encuentra el Subsistema
ambiental, cuya  nalidad es preservar el medio ambiente y promover un modelo
sostenible de gestión del medio urbano y natural; el Subsistema de gobierno cuya
función es la organización de los recursos en el ámbito urbano promoviendo la
gobernanza; el Subsistema espacial, que se nutre y ofrece respuesta y soluciones
a las demandas urbanas tras la interpretación y  ltro por parte de los subsistemas
económico, social, ambiental y político, incluirá medios de transporte para el acceso
a la ciudad, la movilidad interna, los espacios destinados a actividades económicas,
las infraestructuras destinadas a la provisión de servicios públicos, las áreas residen-
ciales, las zonas verdes y espacios de ocio así como los equipamientos colectivos que
sean necesarios; por último, un Soporte tecnológico como elemento transversal
que sirve de apoyo al resto de subsistemas urbanos. Además, habría que considerar
los Factores del entorno que pueden ser de carácter geopolítico, económicos,
sociales y tecnológicos que pueden afectar al funcionamiento y equilibrio de las
urbes (Fernández Güell, 2015).
Este es el escenario complejo en el que nos encontramos y que condicionará el
modelo de sociedad al que podemos aspirar. El concepto de Smart City o ciudad
inteligente no es nuevo, pero nunca ha contado con tantos recursos como hasta
ahora. No solo desde el punto de vista de las tecnologías de la información, sino
desde la perspectiva holística de los avances en materia de accesibilidad, ingenie-
ría, arquitectura, formación de las personas, modelos energéticos alternativos,
nuevos materiales y un largo etc. que atañen a todos los subsistemas urbanos antes
descritos. Las Smart Cities son la evolución natural del lugar donde una sociedad
se desarrolla y progresa y es por ello que deben ser estudiadas para conocer sus
orígenes, evolución y tendencias de futuro.

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